Binóculo N° 235

El síndrome del funcionario

En estos días un camarada, amigo de años, me recriminaba sobre mi actitud crítica en contra del proceso. Y me alertaba además que ellos en su oficina trabajaban mucho y hacían lo posible por resolver los problemas de la gente.

Efectivamente es como él dice, conozco en todo el país muchas dependencias del Estado y departamento o direcciones de alcaldías y gobernaciones donde la gente trabaja mucho y trata de resolver los problemas sin complicarle la vida a la gente. Son personas no solo comprometidas con el proceso, sino que entienden el valor de ser eficiente en sus puestos de trabajo. Eso es lo que yo he definido como el Síndrome del Funcionario. Desafortunadamente creen que porque lo están haciendo bien, igual de bien está funcionando toda la burocracia del Estado, incluso el gobierno. Pero no es cierto. Nada más alejado de la verdad. Y ejemplos hay por miles.

Por ejemplo no existe una cosa más ineficiente y más delictiva que la banca del Estado. Bueno, realmente es un pleonasmo decir banquero y decir delincuente. Los son por definición. Y además, no sé de qué brillante cabeza salió que un funcionario de un banco cambiaría de pensamiento por el hecho de la banca pasara a manos del Estado. Todos son escuálidos, enemigos de la gente. Gente sin escrúpulos pendientes solo de desgraciarles la vida a los demás. La banca privada no es menos. El problema está en que Chávez entendía el verdadero poder y el verdadero valor del sistema financiero. Y al final se generó una especie de competencia entre privada y pública, para ver cuál de las dos es más delictiva y más ineficiente. Por ejemplo, vaya al Banco de Venezuela (al menos en Carabobo) y verá la mayor violación a los derechos humanos, sometiendo a personas de la tercera edad, algunos con una bolsa de orine pegado a la barriga, pararse en una cola soportando un inclemente sol de 38 grados, sin que a los funcionarios se les haya ocurrido o poner un toldo o cambiar la estrategia para que eso no ocurra. Por otra parte, yo denuncié públicamente, muchas veces, por mi programa de radio, que había una banda de damas funcionarias que cobraban 50 palos por una tarjeta de crédito y nunca ocurrió nada. Se hicieron multimillonarias allí. No sé si estarán trabajando todavía y tampoco me interesa, pero en todo Valencia eran muy conocidas. De la noche a la mañana, compraron apartamentos, carros, viajaron a Aruba, Curazao, Cartagena, Costa Rica y Panamá. Era vox populi entre los clientes del banco todo lo que hacían. Una llegó a prestarle a un comerciante dos millones de bolívares. Otra compró tres camiones de transporte para que los administrara el marido. Todo eso ocurría en esa sucursal del Banco de Venezuela y nunca pasó nada.

Otro ejemplo, los funcionarios del BNC cobran 180 palos para entregarle a un comercio un punto de venta. Es gratuito, y además un servicio del banco, pero no es cierto. Si el comerciante no los paga, simplemente no tiene punto. Claro te atienden con toda amabilidad y llenan todos los requisitos, pero eso es simplemente un formalismo.

Desde la semana pasada se está entregando solo diez mil bolívares, al menos en Carabobo, pero la mentirosa Superintendencia de Banco emite un comunicado desmintiendo la versión. Digo mentirosa porque esa fue la tragedia de los usuarios toda la semana pasada y seguramente lo será ésta. Funcionarios del Banco del Tesoro, dicen que una cosa dice la Sudeban y otra es la realidad. Será por eso que usted paga con tarjeta de débito de ese banco y el lector del aparato dice que su saldo es insuficiente; es decir, no pudo comprar, pero el dinero se le descontó. Y cuando llama al banco para denunciar la anomalía, éste le afirma que efectivamente fue así y que en el mes próximo se le abonará, o sea, que cuando le devuelvan los 10 mil, solo valdrán 8 mil.

Otra más de la ineficiencia y la corrupción, el gobierno anuncia con bombos y platillos que acaban de llegar varios barcos con juguetes, carne y leche, pero resulta que a ninguna comunidad, al menos las de Carabobo, les ha llegado una bolsa de Clap que tenga aunque sea un pollo, mucho menos un kilo de leche. Toda esa carne, cerdo y leche a dónde ha ido a parar. Nadie sabe. Pero eliminaron los Bicentenarios y los Mercal, a la postre la mejor estructura de distribución de alimentos que se ha creado en todo el mundo. La sustituyeron por una vaina que en su esencia no es nada.

Otro ejemplo, en el Saime de Los Colorados, hay –o había- un policía que le decía a las personas, literalmente, "ve al cajero, saca tres mil y después hablamos". Lo decía a boca jarro, sin prurito de ningún tipo. ¿Me van a decir que los funcionarios de allí no saben lo que hace ese policía y que no forman parte del negocio?

Muchos nos hacemos preguntas todos los días. Alguien sabe qué ocurrió con la fábrica de motos KLR, y qué ocurrió con las motos que se fabricaron. Alguien sabe qué pasó con la fábrica de motos Vera. Alguien sabe qué pasó con la fábrica de bicicletas. Me imagino que el gobierno sabe que es imposible comprar un carro Cherry, o un QQ, o cualquier carro del Estado, si no tiene, primero los dos millones del soborno y luego lo que puede pagar para que se lo den. También imagino que el gobierno sabe que cobran dos millones por conseguir un Yutong de los pequeños para las líneas de transporte privado, y un millón por conseguir un taxi. También un millón para que le entreguen un apartamento de Ciudad Chávez, nada menos, de Ciudad Chávez.

Hablando de Yutong, los Transcarabobo fue el primer experimento interesante sobre el tema transporte público, la mayor evidencia de que vivimos en un país del tercer mundo. Fue una maravilla. Hasta había una plataforma en la parte de atrás de esos vehículos que se extendía a la acera para que los discapacitados subieran en silla de rueda. Los choferes daban los buenos días y dentro del colectivo había un derroche de amabilidad que empalagaba. En estos momentos, la mitad de esos autobuses están tirados en estacionamientos de Puerto Cabello y Valencia con vidrios rotos, parachoques destrozados y con falta de algún repuesto. Por no hacerle mantenimiento, les fundieron los motores. Imagine un aparato de esos, rodando 15 horas diarias por tres y hasta seis meses sin que le cambien el filtro de aceite. Un filtro es más o menos una cosa elemental que podría fabricarse en Venezuela, pero esos son importados, nada menos que de China. Es decir, un desastre, como es la famosa fábrica de Maduro en Yaracuy

Hoy los Transcarabobo son un monumento a la incompetencia. Ya a ninguno les sirve el aire acondicionado, también por falta de mantenimiento. Los cauchos se explotan rodando, montan a los pasajeros dando vueltas con el caucho, los choferes te miran obstinados (siempre les pagan retrasado, sin cesta ticket), tampoco creen en aquello de la tercera edad y pasan cada dos horas por las paradas. Es decir, lo que pretendió ser un sistema nacional, que comenzó con una eficiencia envidiable, en menos de dos años terminó siendo la porquería que es.

Más ejemplos, si usted busca una placa, debe meterse en la página del INTT y pedir una cita. La respuesta siempre será la misma: "no hay placa". Pero si tiene 25 palos, en dos días se la entregan sin ningún tipo de contratiempos.

Más ejemplos, Venvidrio era una eficientísima empresa que generaba doce millones de dólares de ganancia al mes. Qué ocurrió que hoy está quebrada recibiendo dinero del Estado para poder funcionar.

De los 15 centrales azucareros que hay en el país, doce son del Estado. Ninguno produce ni siquiera un kilo del producto. Pero el ineficiente Estado pretende que los tres restantes, que son privados, cubran la demanda del país, a precios que no se corresponde con la realidad. La otra parte de la gravedad del problema es que todos los trabajadores de esas doce centrales, siguen cobrando salario, cesta ticket, utilidades, vacaciones y pare de contar

A Lácteos Los Andes le han inyectado recursos en diez oportunidades. Aún le tienen que inyectar recursos porque no produce para cubrir los costos. Es la única empresa del país que vende alimentos y está quebrada. Y era una exitosísima empresa privada que fabricaba unos 80 rubros, incluyendo un exquisito queso tipo palmizulia.

Son miles los ejemplos que podemos enumerar sobre la ineficiencia del Estado, que es la consecuencia directa de la corrupción.

Yo no tengo ninguna duda de que hay una mezcla allí de corrupción con conspiración. Muchos están siendo pagados para hacer que las cosas funcionen mal. No es nada nuevo. Fue una vieja práctica adeca para decir que el Estado era ineficiente y todo se debía privatizar. Y soy de los que cree que ese es el gen del problema de eso que nuestros líderes llaman revolución, una palabra que solo existe en el vocabulario de ellos, porque estoy seguro que tampoco lo creen.

Ese es el debate que debe darse en nuestro proceso. Cómo se enfrenta ese problema y porqué es fundamental darle fuerza al poder popular, por cierto donde ya existen consejos comunales que son verdaderas bandas de delincuentes, chantajistas, matraqueros, extorsionadores y pare de contar.

Todas estas cosas deben estar en la calle, ser motivo del debate, del enfrentamiento, de la polución de ideas, de la efervescencia de propuestas. No conozco una sociedad donde no haya sido menester usar la represión para contener el flagelo de la corrupción, incluyendo China ejecutan a los corruptos.

Si bien es cierto que constitucionalmente no era posible hacer el referendo, no lo es menos que el gobierno le tuvo miedo a ello visto los resultados del 6D. No olvidemos que Chávez cuando la oposición comenzó a recoger firmas, él mismo dijo "vamos a referendo, no necesitan recoger firmas". Todos fuimos con él a darle una paliza a quienes la merecían. Este no es el caso de ahora, pero urge abordar los problemas porque éstos regresan el año entrante, y no lo vamos a resolver volviendo a correr la arruga. Muchos menos fanatizándonos, diciéndonos mentiras, creyendo que todo está perfecto, que es en esencia lo que ocurre con los funcionarios públicos y con mi amigo, quien por trabajar mucho y ser honesto, cree que todos los demás lo son. Nada más alejado de la realidad.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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