La Hora del Pueblo, la Hora del Transportista

El Pueblo dedicado a la actividad de garantizar la movilidad del propio Pueblo, eso es el sector transporte. No se puede escindir al transportista del ciudadano al que le sirve, pues ellos forman y son parte de la ciudadanía, por ello el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, los menciona específicamente en el Programa de Gobierno para la Independencia Nacional y el Socialismo que presentó hace tres años y, los convocó junto a otros sectores a un amplio debate de ideas y propuestas “…en el seno del pueblo venezolano, que sirva para elaborar el II Plan Socialista de la Nación Simón Bolívar (2013-2019) y seguir conformando el gran bloque histórico, democrático y popular integrado por los obreros y obreras, campesinos y campesinas, estudiantes, afrodescendientes, indígenas, académicos y académicas, pequeños y medianos productores y productoras del campo y la ciudad, comerciantes, transportistas…”1

Este reconocimiento que hace el Presidente Chávez no es un simple desiderátum sin contenido práctico, por cuanto en lo concreto se ha venido desarrollando un conjunto de políticas públicas agrupadas en vértices que conforman la Misión Transporte, uno de los cuales es la dotación de nuevas unidades de trasporte público, no sólo en la modalidad de transporte masivo extra, intra y sub urbano a través de sistemas públicos y financiamientos individuales, sino también, en la modalidad individual tipo taxis.

La realidad del servicio de taxis en Venezuela ha sido compleja, pero en el Zulia se han generado anacronismos que de no vencerse estaríamos condenados a la anomia, inseguridad y falta de urbanismo. El servicio se ha desarrollado de manera silvestre, sin regulación y en la total informalidad, cualquier persona es taxista, cualquier vehículo es el indicado y cualquier criterio conforma la tarifa. Frente a ello, el usuario tiene pocas oportunidades, salvando algunas excepciones, de recibir una prestación de calidad, segura, cómoda y con una tarifa justa.

Pero del lado del operador la situación no es mejor, pues la dinámica capitalista ha infectado con sus métodos la relación de trabajo y, el taxista, de ser un trabajador independiente, un emprendedor del transporte, un pequeño empresario, ha derivado en un empleado sometido a la más salvaje de las explotaciones. En este sentido, reciben un vehículo “alquilado”, por el cual deben pagar un diario en efectivo que automáticamente los excluye del sistema bancario, son responsables muchas veces de las reparaciones del carro y sólo le es vendido cuando ya el vehículo ha dado toda su vida útil, no reciben prestaciones sociales, ni utilidades, ni seguros médicos, no les pagan cesta ticket y están sometidos al horario y a las condiciones del propietario del vehículo, que de igual forma, tiene varios en las mismas circunstancias y es quien recibe todos los beneficios.

Esa es la razón por la cual estos profesionales del volante andan en las calles manejando de la manera ofensiva que lo hacen, siempre contra reloj para hacer el diario y, en el resto del día, lo poco que les queda, es para ellos; sin descanso, tratando de cobrar de más en cada carrera, aprovechándose de las necesidades de los pasajeros, si llueve es más, si es una señora con bolsas de comida es más, y así se incluyen en un “sálvense quien pueda”, donde los más afectados son ellos mismos y los ciudadanos que reciben un servicio costoso, inseguro y descortés. Allí se genera la división de un mismo Pueblo, de una misma clase, los ciudadanos se sienten distintos al taxista y viceversa, pareciera que cada uno tiene intereses opuestos y por el contrario ambos son las víctimas de la lógica capitalista.

Por eso, este programa de entrega de Taxis (en el Zulia lo nombramos ZUTAXI) tiene un contenido socialista, pues a aquellos avances explotados, maltratados, se les está dando la oportunidad de adquirir un vehículo, usando la propiedad privada individual al servicio de la colectividad. Demostrando que este tipo de propiedad no se encuentra reñida con un sistema justo de distribución de riquezas y que junto a la propiedad colectiva permite el ideal socialista. Un sistema de transporte de taxis formada por propietarios capacitados para su trabajo, que prestan su servicio en alianza con el Estado, pueden proporcionar un servicio centrado en la satisfacción de los ciudadanos sin salir a “matarse” por pagar el diario sino para cumplir con un servicio, regulado a través de un taxímetro que le proporcionará la tarifa justa al usuario.

De manera que si estos vehículos taxis de la misión transporte van a parar a manos de los capitalistas que se disfrazan de dueños de líneas de taxis para que sean manejados por avances, seguiremos replicando el mismo esquema que hasta ahora existe, estaremos desarrollando el capitalismo en detrimento del hombre. “O es por la vía del capitalismo o es por la vía del socialismo, Nosotros aquí lo hemos dicho, socialismo” (Alocución del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Resultados de la gira por Eurasia, Palacio de Miraflores, Salón Ayacucho, Martes 3 de julio de 2007).

1 Introducción del Segundo Plan Socialista, para el período 2013-2019, (Plan de la Patria)

 

elperiodistadelagaita@gmail.com



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