De la verdad sobre Venezuela y el conflicto de la frontera

¿Por qué cuando eran los venezolanos quienes contrabandeaban ropa, alimentos y calzado desde Cúcuta para el Estado Táchira, nunca al gobierno colombiano, se le ocurrió cerrar la frontera o, acaso el contrabando entonces no era un delito?

Una persona colombo venezolana de mi más profundo afecto pero de ideología opuesta a la mía; para evitar una discusión política que pudiera afectar nuestra sentimental relación, sobre la base de que como ella dice: "con la boquina cerrada me veo más bonita”, hábilmente me pidió responder solo la pregunta con la cual inicio este artículo.

A propósito argumente: si bien es cierto el contrabando es un delito  y como tal figura entre las razones aducidas para impedir el desangre económico de nuestros coterráneos, no fue lo único que obligo al presidente Maduro cerrar la frontera. Sin embargo, ese contrabando no tiene la misma connotación hoy de cuando, por el alto valor del bolívar, se daba a la inversa.

No hay que olvidar que otrora se puso de moda el “dame dos que esta barato” lo cual le garantizaba al comerciante cucuteño engordar sus bolsillos en detrimento de su homologo del tachira a quien, por el contrario, se les quedaba fría su mercancía.

El problema ahora es que lo que se pasa ilegalmente a Colombia es el 30 por ciento de productos subsidiados para defender a los nuestros de la guerra economica pero no puede ser que igualmente subsidiemos a los vecinos.   

El frustrado intento de asesinar por la espalda a tres de nuestros militares en pleno centro de San Antonio del Táchira por paramilitares, fue el detonante que obligo a nuestro jede de Estado activar el estado de excepción; un episodio criminal que ahora, ningún medio de comunicación recuerda.

Sin pretender obstinadamente afirmar que hubo  excesos en el tratamiento de nuestra Guardia Nacional a los colombianos repatriados, pese a no haber visto ningún vídeo donde se aprecie tan criminal proceder, más que los testimonios de quienes huyeron por las mismas trochas por las que ingresaran ilegalmente a nuestro país. Considero debe abrirse una investigación al respecto para, de  ser cierto, castigar en forma ejemplar a quienes hayan podido caer en semejantes excesos.

También  es cierto que últimamente se ha cerrado la frontera colombo venezolana en el Estado Zulia. Ello obedece igualmente a proteger nuestros productos subsidiados e impedir que paramilitares se sigan infiltrando también por allí a nuestro territorio.

La gran prensa mundial dibuja a Venezuela como una nación al borde del colapso económico mientras sus portavoces de la oligarquía nacional le hacen el juego diciendo que el país se está cayendo a pedazos.

 Paradójica-mente, miles de colombianos siguen emigrando al nuestro, huyendo a la miseria y la muerte, producto de una violencia donde sus hijos son reclutados por paramilitares y rezagos de la FARC, como lo han reconocido recientemente sus autoridades. Por eso sus compatriotas se siguen sumando a los más de cinco millones que se les adelantaron en viajar a Venezuela.  

Una verdad silenciada por la conspiración mediática es que toda esa guerra económica no ha podido impedir la inversión del gobierno revolucionario en programas sociales como: el aumento periódico del sueldo mínimo, el incremento del número los pensionados, el aumento en infraestructuras dirigidas a  la educación que van desde el preescolar y la secundaria hasta la universitaria; La misión Barrio Adentro garante de la salud. Las Casas de alimentación para amparar a los más necesitados; La misión Barrio nuevo barrio tricolor tendente a mejorar las viviendas ubicadas en los cerros, donde incluso, se construyen funiculares para facilitar un transporte moderno a sus habitantes, como el que solo se construía para las clases privilegiadas; El programa de viviendas equipadas con su respectivo mobiliario del cual, el 25 por ciento ha favorecido a colombianos nacionalizados, entre otros no menos importantes, como la entrega de instrumentos para niños y adolescentes que  deseen estudiar música y formar parte de nuestras orquestas sinfónicas que viajan por todo el mundo dando cuenta del milagro que acá ocurre, amén de los teléfonos móviles, computadoras y tabletas portátiles de comunicación para estudiantes desde la primaria hasta los postgrados. Todos estos beneficios no discriminan a nadie y son totalmente gratuitos.

Tales programas no se dan en países de “gran crecimiento económico” pero si en uno de “intolerable inflación” lo cual ha llevado a concluir en la sentencia: solo en socialismo lo extraordinario se hace cotidiano.

Como todos los venezolanos bolivarianos amo a Colombia donde tengo familiares nacidos en Cúcuta y mis mejores deseos son porque  el presidente Santos acepte la mano que le ha extendido nuestro presidente a fin de que sea el dialogo directo, el camino a crear una nueva frontera para el progreso, la paz y el bienestar de las dos hermanas repúblicas.



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Mauro Briceño Prato


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