Polémica médico-asistencial con ribetes demagógicos

La polémica entre la Federación Médica y el Gobierno por las declaraciones del Presidente del Colegio Médico del Estado Aragua, es una demostración más de la ignorancia que hay en nuestro país en materia de salud pública no sólo por el público en general y los políticos sino también por el propio gremio médico.

En el país hay una crisis medico asistencial que abarca desde 1960 hasta el presente por falta de ambulatorios de atención primaria, clínicas públicas , hospitales, médicos, enfermeras y trabajadoras sociales, y se arma un escándalo político por el deceso de tres infantes en el Hospital Central de Maracay en circunstancias consideradas normales por quienes ejercen la medicina pública o privada en nuestro país.

¿Cuántos fallecimientos han ocurrido en el país por la carencia de un sistema de salud eficiente? Sólo Dios lo sabe porque no tenemos un sistema estadístico confiable.
La iatrogenia producida por la voracidad comercial de los laboratorios farmacológicos y la actuación irresponsable de los médicos, por decir lo menos, está produciendo pingüe beneficios a los fabricantes y traficantes de medicamentos, así como a las clínicas privadas y los profesionales de la medicina. Pero también una tragedia en el público, de la cual se habla muy poco.

El número de reacciones adversas a medicamentos en EEUU fue de 2.2 millones en 1994, según un estudio meta análisis realizado por investigadores canadienses, publicado en JAMA 1998; 279:1200-1205.

En el año 2000 murieron en los hospitales estadounidenses 7.560 pacientes por errores de medicación y 186 mil debido al efecto pernicioso de los medicamentos. Lo que ocurre en Venezuela no lo sabremos jamás. Los médicos lo negarán.

El año 1992 el número de camas hospitalarias por cada mil habitantes en Venezuela había descendido de 4,1 en 1960 a 2,4 en 1990 cuando debía haber habido por los menos 5 camas por mil habitantes, de acuerdo a los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se necesitaba construir para ese momento, alrededor de 300 hospitales de 200 camas y por lo menos unas 500 clínicas con especialistas, una etapa intermedia entre el ambulatorio de atención primaria y la hospitalización. Paralelamente había 685 ambulatorios de atención primaria atendidos por médicos inexpertos (acabados de graduar), cuando ha debido existir unos 20.000 ambulatorios, atendidos por médicos especializados en Medicina Familiar, para garantizar como mínimo 5 consultas por año en atención primaria de salud a cada habitante del país como aconseja la experiencia mundial en salud pública.

Una política de Salud además de atender prioritariamente a la prevención de las enfermedades, debe ocuparse de crear mecanismos para atender a los que tienen la desgracia de enfermarse. Esto es, articular una cadena de espacios para atender los cuadros patológicos y establecer pautas de tratamiento para aliviar o curar a los enfermos.

¿Cómo hacerlo?
Es aceptado universalmente que toda persona debe tener la posibilidad de por lo menos 5 consultas médicas por año. En Cuba y España se proporciona más de 5 consultas.

Si Venezuela tiene una población de 30 millones de habitantes, grosso modo se necesitarían 30.000 ambulatorios de atención primaria. 60 mil médicos especializados en Medicina familiar (no médicos recién graduados inexpertos), 120 mil enfermeras y 30 mil visitadoras sociales. Según fuentes oficiales en 2006 había 1.907 consultorios de Barrio Adentro 1. Sinceramente no sé cuantos tenemos hoy.

Está establecido internacionalmente que un sistema de Salud debe tener por lo menos 5 camas hospitalarias por mil habitantes. Esto es que Venezuela requiere de por lo menos 150.000 camas hospitalarias. En 1999 había 40.774 camas hospitalarias para una población de 24.896.000 habitantes (1,64 camas por cada 1.000 habitantes). Si hubiésemos doblado en los diez últimos años el número de camas hospitalarias que tenía el país, tampoco hubiéramos llegado a la deseada cifra de 5 camas por mil habitantes.

Entre el ambulatorio Barrio Adentro 1 y el hospital debe haber una instancia formada por especialistas, laboratorios y equipos de diagnóstico, esto es lo que hoy conocemos como Centros de Diagnóstico Integral (CDI), eso permite que los pacientes referidos desde Barrio Adentro 1 sean exhaustivamente estudiados por especialistas. Aquellos pacientes que requieran atención hospitalaria deben ser referidos al hospital correspondiente y los que no, enviados de vuelta a los CDI o Barrio Adentro I, donde supervisarían la evolución del paciente con el tratamiento prescrito.

Se estima que debería haber alrededor de 2 a 4 CDI por hospital, dependiendo del número de camas. En esta forma no habría aglomeraciones ni en los hospitales, ni en los CDI, ni en los ambulatorios. Es decir, que es indispensable una estrecha comunicación entre Barrio Adentro I, Barrio Adentro II y Hospitales. ¿Por qué no la hay entre los ambulatorios existentes, los CDI y los hospitales?

Para 2006 se había instalado 472 CDI. Si se construyeran en los próximos 10 años, 20.000 ambulatorios, 900 CDI y 400 hospitales, ¿Dónde conseguiríamos los médicos especialistas, técnicos, enfermeras, trabajadores sociales, etc, necesarios para esas instancias del sistema de salud? Preguntémosle a los rectores de las universidades y a los ministros a quienes compete el problema.


rengifoa@gmail.com





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