Cadivi, Cencoex. La cara oculta de quienes estudiamos fuera de Venezuela

Son diversas las historias de quienes nos atrevemos a salir del país hoy día en búsqueda de mejoramiento académico. Invito a aquellas y aquellos que padecen y han padecido el tortuoso camino de lo que implica el trámite constante para la solicitud de cupo académico a compartir sus experiencias. Quizá así nos escuchen.

Soy profesora de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) desde hace más de siete años; tiempo en el que se me ha apoyado como docente e investigadora (como estipula el reglamento de capacitación docente) para el logro de las metas que benefician mi persona, mi entorno, a la universidad, a la ciudad de San Cristóbal donde nací y crecí y al país que siempre he llevado en el alma: República Bolivariana de Venezuela.

Hace 10 meses que vivo en Quito, Ecuador. Fui seleccionada (como becaria) por  la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) para hacer una maestría en políticas públicas. Área de estudio que ha llamado mi atención ampliamente, sobre todo si pienso en la educación de mi país.

En esta aventura de estudios me acompañan mi hijo de 8 años y mi hija de 3. Al llegar a Quito, me acerqué al Consulado para hacer nuestro registro y además para solicitar las remeses de los niños. Me informaron que mis hijos no tenían derecho a remesas porque yo tenía una beca de Flacso (520Usd), les dije que la beca era para la manutención de una persona (el/la becaria) no para los niños. Fue imposible hacerles entender lo antes expuesto. De manera que, con los nervios, ansiedad y con las lágrimas a punto de salir por pensar en mis hijos en que los había arrastrado a esta incertidumbre de vida… decidí renunciar a la beca de Flacso, que económicamente representaba menos. Días posteriores fui de nuevo al Consulado con la carta de recibido, sellada por Flacso donde exponía las razones a la renuncia del estipendio que me habían ofrecido. Insistieron, inentendiblemente en decir que yo era becaria.

Bueno hasta el día de hoy, 21 de agosto de 2014 mis niños se quedaron sin remesas  y yo sin beca. “Vivimos” del cupo académico que solicité ante Cadivi antes de venir. Cupo que fue APROBADO. Los conocedores del tema saben que Cadivi asigna los tres (3) primeros meses de manutención, luego se deben hacer solicitud complementaria y sucesiva, cada cierto tiempo. Para ello es necesario cumplir con una serie de requisitos que deben ser enviados a Venezuela cada tanto (envío que cuesta 50USD). Uno de los requisitos es el registro consular.

Me arriesgo a contar públicamente que cada vez que he tenido que solicitar registro consular ha sido un verdadero tormento. Ni hablar del tiempo y la energía que he perdido en esas gestiones. Tiempo y energía importantes para mi desempeño diario en Flacso.

En estos momentos estamos a la espera de que Cadivi (o Cencoex) aprueben  manutención de los próximos meses por venir. Meses que inician ahora en septiembre, junto con inicio de año escolar de niños, compra de útiles, uniformes, además de pago de alquiler de vivienda y bueno todas las responsabilidades que tenemos los seres humanos adultos. Acá no contamos con seguro médico privado porque no tenemos dinero para pagar ese beneficio. Afortunadamente, un día que se enfermó la pequeña, la atención en el Hospital de niños de Quito fue pertinente.

Si alguien con un cargo directivo (en Cencoex, o la extinta Cadivi) lee esto, por favor tomen en consideración los casos de estudiantes, no podemos estar esperando meses por una manutención, tenemos pagos que cumplir. Sin hablar de las contingencias que a veces se presentan… de igual manera, aprovecho para contar que desde fuera es imposible entrar a la página web de Cadivi, por lo que no se puede revisar en qué estado se encuentra la solicitud ni hacer registro de complementaria ni sucesiva.

La mayor inversión de un país es su capital humano, H. Chávez siempre creyó en ello!

 

ardigm@yahoo.com

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 7237 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter