Guerra Económica Soterrada, Terrorismo de Mercado y Golpe “suave” Continuado

En estos tiempos donde algunos sectores de la oposición venezolana, (y hago hincapié en la palabra “algunos” para no incluir a los sectores de oposición serios y pacíficos) siembran la violencia, el odio, la intolerancia y la locura guarimbera, mediante las acciones más salvajes y criminales, jamás vista en los anales de la historia contemporánea del país, se impone una reflexión sobre los elementos de todo este cuadro de intento desestabilizador, de todo este libreto de circo violento puesto en la agenda política actual por el sector violento antes mencionado, que incluye la relación estrecha entre la guerra económica planteada contra el pueblo de Venezuela y el golpe suave continuado contra la Revolución Bolivariana.


La extrema derecha venezolana aplicando sus mecanismos continuados de desestabilización de la Revolución Bolivariana y de ataque contra el pueblo venezolano, instaura una nueva modalidad de la guerra económica (no es primera vez que lo hace en Venezuela y no es la primera vez que la Revolución sale en contraofensiva y victoriosa), en esta ocasión se trata de una guerra económica soterrada, en el pasado la derecha generaba sus ataques contra el pueblo, contra la constitución y contra la democracia, y los reivindicaba, desaparecían algún producto, generaban algún “paro” y salían por los medios de comunicación que eran sus armas, salían por la TV, la radio o prensa escrita reivindicando “yo lo hice”; ahora en virtud de la madurez política y de conciencia actual del pueblo venezolano, logrado gracias a las enseñanzas y orientación del Comandante inmortal Hugo Chávez, la extrema derecha venezolana en esta ocasión al hacer uso de sus herramientas de engaño y ataque contra el pueblo y su economía (tomando en consideración que estamos en un escenario de economía en revolución y de que cualquier ofensiva planteada de acaparamiento, especulación, sobre dicho escenario lo percibiría el pueblo como un ataque directo y criminal contra el mismo) no lo reivindican, por ende se convierte en una guerra económica soterrada.


Es importante remarcar que el acaparamiento, la especulación no son solamente irregularidades en el proceso económico-comercial, sino también son delitos, tanto de orden económico como de orden penal, acaparar y especular es equivalente poner una bomba contra el pueblo, en tanto y en cuanto estas actividades criminales están orientadas a matar al pueblo de hambre, asfixiando y estrangulando la economía nacional, es lo que llamo Terrorismo de Mercado, que como elemento de desestabilización es un crimen contra nuestro pueblo.


En cuanto al golpe suave puesto en marcha por la extrema derecha venezolana y que por estos días nos han dejado escenas realmente conmovedoras, en donde grupos fascistas, grupos violentos, que no entienden que es posible la convivencia en el marco de la diversidad, arremeten contra todos y contra todo!, la disidencia, la protesta, las manifestaciones son legitimas en tanto se practiquen en el marco democrático, sean pacificas y sean instrumentos para el ejercicio de las libertades, pero hay que establecer una diferencia entre oposición y subversión, entre manifestación pacífica y pirotecnia fascista, como lo que ocurrió estos días en el país, en los que grupos minúsculos diseminados por el país, crean situaciones de tensión, de zozobra colectiva, acciones estas rechazadas por la mayoría de los venezolanos conscientes y patriotas.



Wruisberg Garrido

Economista



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