Navidad, sensación de escasez y consumismo

Venezuela al igual que otras naciones del mundo se caracteriza porque la mayoría de su población es católica o simplemente de alguna religión relacionada con el cristianismo, por ende, se festejan las navidades como símbolo del nacimiento del hijo de Dios. En algunos países como Pakistán, China, Taiwan, Japón e Israel las celebraciones no son a escala nacional, solo ciertas etnias o grupos de personas cristianas son las que conmemoran esos días.

Desde el 1º noviembre se decretó el inicio de la época decembrina en nuestro país, poco a poco las gaitas y parrandas retumban en las emisoras radiales, los comercios deslumbran con los adornos navideños, las decoraciones empiezan a engalanar las mayorías de las casas venezolanas, las personas comentan sobre hallacas, cestas navideñas, flores, reyes magos, aguinaldos, utilidades, por cierto esta ultima muy deseado, también se habla de ponche crema, nacimientos, niño Jesús, pan de jamón, pernil, pavo, uvas, nueces y de las misas de aguinaldos, otros pocos menos autóctonos comentan sobre santa Claus, el árbol navideño, el muñeco de nieve, y el espíritu de la navidad, en fin, Pacheco se empieza a sentir, pues queda claro que estamos en pleno inicio del ambiente navideño, un ambiente deseado por muchos y odiados por pocos, una época de reflexión, de compartir, de unión y reconciliación.

Las Navidades en Venezuela en los últimos años han tenido sus historias, historias muy recordadas como las que sucedieron en el año 2002, un periodo muy significativo, ya que, fue un año decisivo para el proceso revolucionario, un año de golpes, contragolpes, conspiraciones y sabotajes. Recordemos que en diciembre de ese año un grupo de personas, en su gran mayoría pertenecientes a la burguesía rancia del país que eran para entonces dueños o presidentes de empresas en especial FEDECAMARAS y la CTV le quitaron la ilusión y la esperanza navideña a toda una población que venían de una cultura de celebraciones navideñas constantes y sin problemas, con unos de los actos más inhumanos y crueles de nuestros tiempo, el paro Patronal-Petrolero que comenzó el 02 de diciembre y se extendió por más de 60 días. Fue un periodo de incomodidad, de angustias y desespero para las masas en general, ya que, se vieron afectados de forma directa tanto económica como emocional, todo esto debido a un programa de conspiración y manipulación mediática auspiciados por la burguesía nacional, el imperialismo norteamericano y las grandes corporaciones de la comunicación venezolana para un propósito en especifico cual era: derrocar a Chávez.
11 años después aún se respira esos aires de conspiración de aquel año, pues ahora con la denominada “Guerra Económica” se mantiene en zozobra y preocupación a la población. Pero ¿qué es la guerra económica?, es simplemente una estrategia implementada por la burguesía nacional implicando a las grandes empresas de comunicación, alimentación, distribución, medicina, en pocas palabras todo el sector privado conjuntamente con el imperialismo norteamericano para derrocar al gobierno del Presidente Nicolás Maduro. Esta maniobra promueve la estimulación del dólar paralelo, la inflación, el desabastecimiento o escasez que actúan de forma directa en la mente de las personas creándoles así diversos factores emocionales como la repugnancia, tristeza, ira y desesperación.

Se ha comprobado que el humano es sensible a ciertos factores emocionales más allá de comprender que éstos, son estimulados de forma deliberada, debido a que los laboratorios psicológicos intentan afectar la necesidad potencial o básica de las personas para poder adquirir los diversos productos de su consumo diario, y al no poder adquirir dichos productos por las diversas razones que fuesen entran en juego los diversos factores emocionales en las personas. La derecha venezolana apuesta a la desesperación que pueda reinar en la población al no poder conseguir los productos de la cesta básica, que satisfagan sus necesidades principales, he ahí cuando la sensación de “escasez”, entra al escenario como arma contundente de desestabilización de la burguesía, no porque exista una real escasez en el mercado venezolano, sino porque se crea una escasez ficticia más que todo psicológico motivado a ciertos factores como el acaparamiento, y es la navidad el escenario perfecto para implementar con más contundencia que antes dichas acciones, debido a que diciembre es un mes donde se activa el mercado por el mayor número de demanda, ya que existe en la sociedad una cultura de consumo compulsivo que se refleja más en el periodo navideño, mayormente dichas demandas se deben a la compra de regalos, estrenos, los ingredientes de las hallacas, el pernil, el pavo entre otros; y es hacia ahí donde las armas oligarcas apuntan, no es extraño que empiecen o terminen de desaparecer los artículos que involucren dichas demandas.

A pesar de la inflación que se refleja con el aumento de los precios de todos los productos en el mercado, los venezolanos siguen sin perder la cultura consumista. Venezuela se ubica en los niveles de consumo medio alto en comparación con el resto de Latinoamérica, es hasta contradictorio que en un país en vía hacia el socialismo el nivel de consumo sea alto, pero eso se debe al poco nivel de conciencia de ahorro que existe entre algunos de los ciudadanos, y es por ello que el capitalismo hace estragos con el bolsillo del venezolano, aunque aparentemente le importa poco, ya que se acerca la próxima quincena.

@g_cristofer



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Cristofer García


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