Realmente uno no deja de asombrarse cuando se percata de que a estas alturas se siga utilizando una metodología con tinte burocrático para que la población pueda tener acceso a las distintas misiones del Estado, donde a todas luces se observa la falta de planificación. Voy a referirme específicamente a la misión El amor mayor, resulta curioso que después de varios decretos y medidas de diferente tenor se beneficiaron hasta los "zánganos" que no requieren este beneficio porque tienen algún otro medio de vida, dejando rezagados a los más necesitados y dando lugar a prácticas inescrupulosas, a través de las cuales supuestos agentes cobran entre 3 y 6 mil bsf a ancianos ávidos de adquirir este beneficio.
Hace varios meses el presidente de la república tomó la decisión de abrir el compás y decreta que las personas de la tercera edad, aun cuando no hubiese cotizado el seguro social, tenían derecho a disfrutar de la pensión y para llevar a efecto tal medida creó la misión el amor mayor, indiscutibles las buenas intenciones del primer mandatario, pero no se estructuró un plan de acción para agilizar sino por el contrario se han creado más trabas burocráticas, al abrir las inscripciones a nivel nacional la afluencia fue masiva, pero al crear los "cuartetos" que visitarían a los solicitantes para verificar sus condiciones socio-económicas, comenzaron a surgir nuevas trabas, tal como la excluyente norma que establece que si en el hogar donde habite el solicitante existan más de dos salarios mínimos, éste no calificaba para ser pensionado, es que acaso cuando se llega a la tercera edad se hace necesario vivir a expensas de los familiares?
Nadie quiere a una edad adulta ser una carga para nadie, por otro lado aun hay ancianos que habiendo realizado la inscripción al buscarse en la página del IVSS encuentran que en su status aun no han sido verificados; no imaginemos que si aun no nos visitan en zonas urbanas como será la realidad para los viejitos en zonas rurales apartadas y de difícil acceso, innumerables son los que llaman clamando que se haga valer su derecho en los programas radiales, en especial por radio nacional en el programa los derechos humanos de jubilados y pensionados que dirige Arturo Fremant y Aurimare capote, solo me resta decir: Sr presidente flexibilice estas reglas para que las trabas burocráticas no impidan el normal cumplimiento a este derecho universal.
*Sobreviente de los años 60
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