La mafia de la cabilla en ciudad Guayana y la patria que queremos

Abro este escrito con un extracto de unas inexorables palabras de Carlos Marx:

“… por más honrados que seamos o queramos ser, llegaremos a ser ladrones, si no logramos mirar más allá de nosotros mismos. No hay forma de escaparse. El proletariado, el cual no tiene nada que perder y sí un mundo que ganar, es la clase social que tiene en sus manos y su corazón la fuerza única para construir la nueva sociedad."

Aquí, en Guayana, donde está la siderúrgica de Venezuela, no se consigue cabillas… ¿cierto que cuesta creer esta realidad? pero es así, se volvió más preciada que el oro y el diamante; no se consigue abiertamente por las vías convencionales de venta (ferreterías y afines). Donde las "venden", tienes que comprar otras cosas para que tengas la buena pro que te vendan una cabilla de media pulgada de 12 metros en 80 bs y de 6 metros en 40 bs, cuando el precio de venta regulado cerca de los 20 bs. Imagínense ustedes la bicoca que se meten quienes están en el negocio ilícito de la venta de cabillas y la necesidad que hacen pasar a todo un pueblo para ellos hacer su billete. Amén de los productos como los nervios para placa que utilizan la cabilla como insumo para su fabricación.

Una expresión de esta inexistencia se puede evidenciar diariamente en las afueras de FERRESIDOR (ubicado en San Félix - Ciudad Guayana), donde el pueblo hace cola desde la noche de un día hasta el siguiente para poder comprar un poquito de cabillas de media pulgada a precio regulado (cuando hay); pero que irónicamente venden por fuera a 80 bs.

Gracias  a la valentía y persistencia de algunos compañeros y compañeras sidoristas quienes corriendo el riesgo por las múltiples llamadas de amenazas de muerte, siguieron denunciando incansablemente esta situación; gracias a esta tenaz lucha, obtuvieron un resultado: lograron que se iniciara un procedimiento judicial con el arresto de algunas personas presuntamente involucradas en este hecho que a todos nos afecta considerablemente. Ahora quedan las preguntas: ¿caerán más?; ¿quedará desarticulada esta mafia?; ¿ahora si habrá cabilla por doquier?

Lo sucedido debe llevar a la reflexión que no habrá progreso posible en nuestra sociedad, no tendremos una sociedad distinta, si la gente no se organiza y denuncia..... Esto es una prueba de ello..... ¿Riesgos? los habrá. los venezolanos que integran, participan o ayudan a las mafias que pujan por impedir el nacimiento del estado revolucionario, no entregarán sus prebendas, beneficios, poder... y en aras de seguir ahí comiendo del estado, harán lo que sea, se articularán con quien sea, comprarán a quien sea, presionarán con amenazas para evitar que ellos sean tocados y sus procedimientos extirpados.... por tanto, el camino es la denuncia, y deberá ser hecha por colectivos organizados, articulados, que aglutinen fuerza y que no improvisen su accionar.... el combate por la libertad dado en el Campo de Carabobo es de dimensión insignificante comparado con el combate contra el estado burocrático y corrupto que se niega a morir.

No obstante, esta situación de la cabilla es sólo un ápice, una expresión de lo que estamos llamados a cambiar. desmontar poderosas mafias enquistadas en el estado como una de las acciones para construir una nueva sociedad, no es un trabajo nada pero nada fácil; es una batalla contra un gigantesco y poderoso monstruo deforme de millones de brazos, oídos, corazones, pies, cerebros y ojos en todas partes que se niega a morir; y nosotros, educados por el cine y la televisión, desde nuestra práctica diaria, con nuestros propios intereses individuales, egoísmos, anti valores y bajas pasiones como la traición, lo alimentamos muy bien, tanto así, que lo mantenemos vivo, sano, rozagante y fuerte.... así que, contra esto, sólo no se puede luchar, pero organizados hay más esperanza de quitarle un buen tajo, y en consecuencia, hacer valer la justicia y las leyes creadas en nuestra revolución bolivariana que nos permitiría encaminarnos hacia la patria socialista que nuestro líder presidente, siempre incansable e incesante, llama tanto al pueblo, gobierno y partido a construir.

Si quiero un país distinto, debo actuar distinto!

la patria es el hombre………… patria o muerte!




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