(Caracas,25-04-07).-Concurrido homenaje a la memoria de Jesús Faría, le fue dedicado la mañana de este miércoles en el Salón de los Escudos del Palacio Federal Legislativo, con el bautizo de su autobiografía: “Mi línea no cambia, es hasta la muerte”.
El acto fue presidido por el Segundo Vicepresidente del parlamento venezolano Roberto Hernández (PCV / Yaracuy), en compañía de Euro Faría, hijo de Jesús Faría, Maria Bernal Álvarez de Lovera, viuda de Lovera y demás familiares, contó con la presencia de una amplia gama de camaradas de lucha, amigos y conocidos de trayectoria revolucionaria dentro de las filas del Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento Obrero.
El Diputado Roberto Hernández (PCV / Yaracuy), dio inicio al acto, recordando la excepcional vida de este luchador incansable por las causas y los derechos del proletariado venezolano. “Jesús Faría, no es una figura más de la política venezolana, no fue un militante del Partido Comunista, sino un hombre venido a sus filas de los sectores intelectuales, de las capas medias, venido solo con la conciencia y el estudio, Jesús Faría era un hombre que venía de lo más profundo de las clases explotadas venezolanas”, señaló el diputado.
“...La vida de Jesús Faría, tiene lazos que parecen obra de la ficción...”; agregó el diputado, “...parecen, para quienes no hemos vivido que fuera la expresión de hechos imaginados, y resulta que su vida es una vida muy real y es una vida del hombre que nace en el campo venezolano en 1910, cuando apenas se iniciaba la dictadura de Juan Vicente Gómez y que a los catorce años se fue a trabajar a los campos petroleros, cuyos campos llevaban a cabo la mas cruel explotación, no sólo de nuestros suelos, sino de nuestros hombres.”
Recordó el diputado las penurias que cuenta Jesús Faría sufridas durante su infancia, el hambre, la miseria, las enfermedades, “... y que lo que producían las cabras, no era para la propia subsistencia, sino para vender algo con que producir un dinerito...” “...Narra por ejemplo que vivían en un palafito cinco o seis obreros, en las condiciones más espantosas y cuenta que alguna vez uno de ellos se enfermo y el médico que fue, salió corriendo lleno de vómitos, espantado de ver aquel espectáculo”.
“... Era el esfuerzo por subsistir y al mismo tiempo por alcanzar un mínimo de condición humana y de igual manera, el esfuerzo por trascender de aquella situación, es una resistencia, primero individual y a la manera de la Venezuela de aquella época, el enfrentamiento personal a los gerentes y a los ingenieros “yanki”, que llevaron incluso, a llevar a cabo agresiones de tipo físico era casi permanente, indico el diputado.
Recordó el diputado que en una oportunidad un gerente, quiso vejar a Jesús y este se le paro como todo un hombre venezolano de frente agarro el machete y se le enfrento y el gerente, más nunca se le ocurrió al gerente vejar a ningún trabajador, así comenzó la lucha de resistencia obrera a las empresas imperialista, que luego trascendió la lucha sindical, la lucha de los obreros por organizarse, que devino en su inscripción en las filas del Partido Comunista de Venezuela.
En este libro se narra, su vida en el partido, las persecuciones de las que fueron objeto muchos luchadores sindicales de la época, las cárceles, la prisión que sufriera durante el periodo entreguista, dictatorial y pro-imperialista del gobierno de Pérez Jiménez, dónde Faría pasa ocho años preso.
Denunció el diputado que Jesús Faría era un preso del imperialismo y que el imperialismo conocía directamente las acciones de Jesús, como dirigente obrero petrolero y sabían cuál era el peligro de un hombre como Jesús, la fidelidad a sus compañeros y a su compromiso y lealtad con su patria, por lo tanto el imperialismo no podía permitir que un hombre como él estuviera en libertad, ni en la clandestinidad.
Jesús Faría es un ejemplo de lucha constante, cuenta el diputado que aprendió a leer a los 24 años, edad en la se inscribió en las filas del PCV, los clásicos del marxismo los leyó en la cárcel, se conocía los clásicos de la literatura universal, leyó en cinco idiomas: ingles, ruso, italiano, francés y español, adicionalmente, indico Hernández que Jesús fue un gran escritor reconocido incluso por escritores venezolanos de gran envergadura, tales como Miguel Otero Silva, Arturo Uslar Pietri, Jesús Hernández y Manuel Caballero, quien hoy en día milita en las filas contrarias, “le oí decir yo” acentuó el parlamentario “que Jesús era la más grande pluma, que había dado Venezuela en toda su historia”.
Invito a la lectura de este libro escrito por un hombre de una pulcritud literaria y que sabía expresarse con gran sencillez y crudeza al mismo tiempo. Es la expresión íntima de un ser humano que se dejó ver tal cual y como vivió, pero sin dejar de un lado la ternura y la sensibilidad de un hombre de la literatura, considero Hernández que este libro es de gran importancia, para el momento histórico que vivimos en la Venezuela actual.
“Mi línea no cambia, es hasta la muerte” es una autobiografía literaria con prólogo de Roberto Hernández (PCV / Yaracuy), quien narra la vida, obra y lucha de un hombre que aprendió a combatir por los derechos y los principios de los venezolanos y especialmente por la clase obrera petrolera.
Es un libro que cuenta en 369 paginas, dividido en doce capítulos, que relatan desde su infancia, su experiencia de vida, sus conocimientos sobre los tratados Leninista y Marxistas, su militancia en las filas del PCV, los golpes de estado, las cárceles, la lucha armada, su visión de futuro y sus argumentos sobre el por qué se derrumba el proyecto socialista de Europa, un discurso como diputado en el año de 1969 y palabras de Miguel Otero Silva.
A Jesús Faría: “... ya no lo ven como representante exclusivo de una bandería, sino como un fruto legítimo del pueblo venezolano que figurará en la historia contemporánea de ese pueblo como uno de sus más aguerridos combatientes”. Miguel Otero Silva.
Acto final se procedió a llenar de pétalos de rosas el libro con lo que quedó sellado en los anaqueles de la historia, la vida de este gran hombre a la que la patria siempre le recordará “¡Hasta la victoria siempre!”.
