Entrevista

José Vicente Rangel: “los irracionales llenan el vacío en la oposición”

José Vicente Rangel

José Vicente Rangel

“Creo que hay una gran oportunidad, si se asume el liderazgo y se presenta un proyecto de país alterno, de reconstruir democráticamente la oposición. pienso que tiene que haber gente nueva, con más visión del país, con nuevas concepciones del trabajo político, que llenen ese vacío”

“El liderazgo de Rosales no ha cuajado. Él reconoció los resultados por la participación de Petkoff y Borges, quienes le hicieron ver el error que iba a cometer. Había una fuerte presión del sector zuliano, que era el más cercano a él, para que no aceptara”.

“No creo que éste sea un gabinete radical. En todo caso la radicalidad la pone el Presidente, nunca los ministros. Vamos a ver si los nuevos ministros soportan el ritmo que le imprime el Presidente Chávez”.

“He sido un crítico muy ácido con el tipo de oposición que ha hecho la oposición venezolana, pero al mismo tiempo he sido uno de los que más ha reclamado una oposición para Venezuela. El no tener una seria, racional, consciente, le ha hecho mal al Gobierno”.

Normal, absolutamente normal; distendido, como siempre, consecuente con su forma de ser y de pensar, José Vicente Rangel, el ex vicepresidente, el ex ministro de la Defensa y el ex canciller de la quinta República, regresa a la que fue una de sus más firmes pasiones: el periodismo.

Regresa, dice, con más capacidad para el análisis político porque a él no hay quien le venga con cuentos. ¿y cómo? Al poder lo conoce desde fuera y desde adentro. Ahora, relajado y resguardado por un firme ángel militar, el hasta hace poco hombre fuerte del proceso rearma su infalible red de contactos, pide dato a todo el que le llama y se prepara para volver —despojado, según confiesa, de añoranzas hacia el poder— a las cámaras y a la tarea de convertirse, de nuevo, en el adalid de las denuncias. ¡Que se prepare la quinta, que la cuarta ya tuvo su dosis!

—Tras dos meses fuera del Gobierno ¿Cómo evalúa el nuevo gabinete?

—Creo que es muy prematura una evaluación. Es un cambio muy reciente. Hay gente muy capaz que se incorporó, como también hay gente muy capaz que salió. Exclúyeme a mí, porque yo no era ministro.

Vamos a ver si los nuevos ministros soportan el ritmo que le imprime el presidente Chávez. Ése es el punto. Ver si soportan el ritmo chavista.

—Le preguntaba porque la oposición ahora casi lo pide a gritos...

— ¿A quién?

—A usted. Dicen que era la persona de diálogo.

—Bueno, eso es porque ahora no estoy en el Gobierno. Antes era el blanco de sus ataques.

—La oposición piensa que éste es un gabinete mucho más radical ¿Comparte ese criterio?

—No creo. En todo caso la radicalidad la pone el Presidente, nunca los ministros.

Yo soy un hombre del diálogo y el Presidente también lo es. Fíjate, yo he estado examinando para un trabajo que estoy haciendo los llamados a diálogo que permanentemente hizo Chávez, y fueron decenas, unos velados otros abiertos. Incluso, un dato muy importante, después del golpe del 11 de Abril, el día 28 de ese mismo mes, se publicó en la Gaceta Oficial un decreto del Presidente creando la comisión para el diálogo. Tuve el honor de ser designado por él como coordinador de esa mesa y es bueno citar este dato porque estaba muy fresco el 11 de Abril y, sin embargo, el llamado del Presidente fue a todos los sectores, incluyendo a los que participaron en el golpe. La respuesta de la oposición fue el desprecio, la descalificación, y en lugar de dar una repuesta política racional y sentarse, serenamente, a la mesa de diálogo, salieron a preparar el golpe de diciembre del 2002.

Luego hubo otros intentos, pero la oposición ha estado, sistemáticamente, opuesta al diálogo. Y una de las mejores expresiones de eso fue lo que sucedió en las elecciones parlamentarias del 3 de diciembre del 2005. Esa era la gran oportunidad para que la oposición se insertara en el proceso institucional, que tuviera una representación parlamentaria, que creo que hubiese sido buena, por lo menos 30 parlamentarios, voces disidentes que se necesitan en una Asamblea...

—Pero después de su contundente triunfo el 4 de diciembre, el Presidente ha estado duro, parece que el diálogo fuera una tarea pendiente. A pesar de que la campaña estuvo centrada en el mensaje del amor.

—Porque en el campo de la oposición, la tónica ha estado siempre ceñida al cuestionamiento tácito o expreso de los resultados electorales.

Yo no quiero satanizar a la oposición, pero sí considero que el lenguaje y la actitud de la oposición no facilitan el diálogo. Entonces, la tendencia es que el Presidente se coloque en el terreno de darles respuesta del mismo tipo.

Por ejemplo, yo creo que ha sido muy desafortunada la actitud del candidato presidencial Manuel Rosales. Él no ha asumido con visión de estadista el liderazgo de la oposición que le otorgaron cuatro millones de votantes. Lo ha hecho de manera muy limitada, con muchas fallas, con una visión muy pequeña, muy reducida de lo que es el país y en lugar de asumir los temas fundamentales, por ejemplo, el debate político de la importancia del Socialismo del siglo XXI, o el tema de la reforma constitucional, el de la especulación y el acaparamiento, o el tema de la Habilitante, no con estribillos ni con caracterizaciones maniqueas, sino con seriedad, ha perdido la gran oportunidad y creo que eso, incluso, se percibe en el campo de la oposición. Hay mucha gente decepcionada en la oposición.

—Pero eso era previsible.

—Era previsible debido a la incapacidad que demostró durante la campaña, pero muchas veces, cuando se presentan las circunstancias, los hombres son capaces de trascender a esa incapacidad, a esa falta de sentido político. Yo esperaba un poco eso de Rosales.

Creo que él cometió un gravísimo error cuando no renunció a la Gobernación del Zulia, y luego siguió proyectando ese error después de los resultados electorales. Él no se puede ocupar únicamente los fines de semana del resto del país. Así no se conforma un liderazgo nacional, y él está aferrado a la Gobernación del Zulia, por lo cual deja de lado, el verdadero caudal que es toda Venezuela.

—¿Será que no quiere perder su cuota de poder?

—Sí, pero ese es un poder muy relativo. Un hombre que aspira a proyectarse como un líder nacional debe tener una visión mucho más amplia y no puede estar atado a un cargo burocrático.

—¿Y qué influyó para que Rosales reconociera los resultados? ¿Entró en razón a última hora o alguien le abrió los ojos?

—Sí, yo he estado recabando información acerca de lo que ocurrió ese día, particularmente a partir de las cuatro de la tarde. Había una fuerte presión del sector zuliano, que era el más cercano a él, para que no reconociera los resultados, ahí fue determinante la participación de Petkoff y de Julio Borges que le hicieron ver el error que iba a cometer y además las graves consecuencias que traería para el país: un enfrentamiento en las calles entre militantes de la oposición y los militantes del Gobierno.

Fue ese consejo oportuno el que lo decidió a reconocer los resultados electorales. Lo hizo con mucha reticencia.

Lo más preocupante en estos momentos en el cuadro de la oposición es que, debido a que el liderazgo Rosales no ha cuajado, se está produciendo un vacío, y ese vacío empiezan a llenarlo las tendencias más irracionales, es decir, los que resultaron derrotados con la participación electoral y con el reconocimiento por parte de Rosales de los resultados.

Uno lo percibe a través de internet, y no es que internet sea un reflejo de la sociedad, pero sí se ve muy activa la gente que cuestiona a Rosales, así como también en algunos medios que le sirven a la oposición donde es muy fuerte la participación de los sectores que lo cuestionan, entonces a mí me preocupa que un paso decisivo como fue ese, en el cual a través de la participación electoral yo pensaba que se iba a recuperar democráticamente la oposición, por falta de un liderazgo, de claridad política y de un proyecto de país para competir con Chávez, vaya cobrando fuerza esa tendencia que no es otra que la de aquellos que han estado amarrados al esquema del 11 de Abril y del golpe petrolero, a la salida no institucional, al salto en el vacío, a la aventura que tanto perjuicio le ocasionó y le sigue ocasionando a la oposición.

—¿Y a qué se debe la vocación autodestructiva de la oposición?

—Es realmente acertada esa expresión: Hay una vocación autodestructiva en ese sector que es minoritario dentro de la oposición. Pero se fortalece en la medida en que existe un vacío, en que no hay continuidad en la política de la participación electoral y de reconocimiento de la victoria de Chávez.

Ese ausentismo de Rosales de, inmediatamente después de las elecciones, haberse ido a Miami, y ahora volver allá a recibir un premio, lo presenta como una persona que no está realmente sincronizada con lo que está exigiendo el país.

—¿Tocó fondo la oposición? ¿Es posible reconstruirla o saldrá del propio chavismo la alternativa a Chávez?

—Los que tenemos un sentido de optimismo en la vida y en la historia siempre confiamos en que las situaciones mejoren.

Carlos Blanco decía en su columna el domingo que yo había sido un crítico implacable con los disidentes. Eso no es cierto, yo he sido un crítico muy ácido con el tipo de oposición que ha hecho la oposición venezolana, pero al mismo tiempo he sido una de las personas que más ha reclamado una oposición para Venezuela.

Considero que el no contar con unos adversarios serios, racionales, conscientes, le ha hecho mal al Gobierno y al propio Chávez.

Creo que hay una gran oportunidad, si se asume el liderazgo y se presenta un proyecto de país alterno, de reconstruir democráticamente la oposición. Claro, no se puede estar pensando en una reconstrucción exclusivamente con base en lo que existe, pienso que tiene que haber gente nueva, con más visión del país, con otra concepción del trabajo político, que llenen ese vacío. Sinceramente, no creo que salga del propio chavismo porque en el chavismo hay una discusión permanente, hay mucho debate; si se llegase a cerrar esa discusión sí pudieran surgir algunos problemas, pero no creo que, por ahora, esté planteado.

Pienso que el liderazgo de la oposición, más que estar indagando acerca de Chávez y del chavismo, tiene que deberse a esos cuatro millones de personas que le dieron respaldo, explorar en ese universo qué está pensando, cómo canalizar ese sentimiento. Y acogerse, definitivamente, a las instituciones de la V República.

—¿Trabajar para el 2008, por ejemplo?

—Para ese y otros episodios. Para las elecciones de alcaldías y gobernaciones, porque aquí van a haber elecciones en el sector gremial, el campo estudiantil. Una fuerza se reconstruye siempre desde abajo no desde arriba.

Mañana espere la segunda y última entrega de la entrevista con J.V. Rangel.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5137 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Notas relacionadas