Según participantes, más de 500 mil personas marcharon contra la guerra en Washington

Con el cielo encapotado como testigo, en un día de comienzo de otoño, la capital norteamericana sintió en sus calles y avenidas la presencia de más de 500 mil personas que marcharon contra la guerra en Irak. El pasado sábado el movimiento anteguerra tuvo un nuevo comienzo. El grito de lamento de Cindy Sheehan, que vio morir a su hijo de sólo 24 años en una guerra sin sentido, ha sido el catalizador de un gigante dormido que comienza a despertar tempestuoso, mientras la resistencia iraquí acrecienta su lucha contra el invasor imperialista.

Las calle adyacentes a la Casa Blanca fueron el escenario donde se desplegó el multirracial melting pot estadounidense. Ciento de organizaciones sociales de distintas índole y de todo el país, atendieron el llamado de Answer y Coalition for Democracy, convocantes de la manifestación. Miles de latinos residentes en los Estados Unidos, junto a afroamericanos, indígenas y blancos, levantaron su voz contra la invasión a Irak y la guerra que mantiene la administración Bush en ese país.

Desde la Elipse en la parte frontal de la Casa Blanca, la cual se encontraba cerrada a los manifestantes, pasando por el Obelisco y hasta Lafayette Park, exactamente detrás de la casa donde habita el asesino de Bagdad, los manifestantes dejaron sentir su repudio a la guerra. Llamaba la atención el desafío que significaban los insultos e improperios de toda especie que los marchistas dejaban oír a su paso por Lafayette Park, en la parte trasera de la Casa Blanca. Allí se detenían y a voz en cuello expresaban su rechazo a la invasión del ejército norteamericano y a la guerra.

Además de personalidades como Jesse Jackson, Joan Báez, Ramsey Clark, entre otros, representantes de etnias indígenas manifestaban sus oraciones para proteger a los jóvenes que aún permanecen en Irak, mientras que efectivos del ejército marchaban con sus uniformes. Grupos musicales, pancartas, muñecos con la cara de Bush, franelas del Ché, o de Chávez, se confundían con las consignas contra la guerra.

Las autoridades intentaron sabotear la asistencia a la marcha cerrando el corredor vial AMTRAK de trenes del noreste de la ciudad que comunica con grandes centros poblados adyacentes como New York, Filadelfia, Baltimore y Boston. Esto lo hicieron argumentando supuestamente razones de seguridad. Sin embargo, esta medida no pudo contener el vendaval humano que colmó a Washington. Lo cierto es que la propia CNN habla de una asistencia de 450.000 personas. Los participantes en la misma dicen que fueron muchos más. Quizás haya sido una de las más numerosas manifestaciones desde Vietnam que se realiza en la capital norteamericana. Simultáneamente, en otras ciudades del país, se llevaron a cabo manifestaciones contra la guerra. Al día siguiente, el domingo, la actividad continúo con talleres y conversatorios con veteranos de otras guerras y jóvenes miembros de las fuerzas armadas que han regresado del infierno iraquí, así como con soldados objetores de conciencia. Está previsto que para el próximo mes de noviembre se realicen nuevas marchas en otras ciudades norteamericanas.

El movimiento anteguerra de nuevo despierta. Una madre desconsolada y las consecuencias de Katrina, que pusieron al descubierto los males de la sociedad norteamericana, pueden ser la chispa que incendia la pradera.


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