Embajador chileno en la ONU desobedece linea pro yanki de su gobierno y genera crisis diplomática

Cancillería llamó a informar a jefe de la misión en Ginebra, Juan Enrique Vega, quien no rechazó sesión especial de DD.HH. sobre Irak en la ONU

Embajador desobedece a Lagos y abre nuevo conflicto con EE.UU.

La rebeldía del diplomático, quien sorpresivamente se abstuvo, causó profunda molestia y desconcierto en las autoridades de la Cancillería y de La Moneda, ya que abrió un nuevo frente de conflicto con Estados Unidos.

Desobedeciendo la instrucción dada por el propio Presidente Ricardo Lagos de rechazar y desalentar los esfuerzos de un grupo de países miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para realizar una sesión especial sobre la situación humanitaria en Irak, el embajador ante Ginebra, Juan Enrique Vega, decidió sorpresivamente cambiar el voto y abstenerse durante la reunión realizada ayer en la que finalmente no fue aprobada la propuesta.

Tras evaluar la situación durante varias horas, la Cancillería resolvió llamarlo a informar a la brevedad, lo que constituye una clara señal de la molestia que ocasionó lo que en el gobierno catalogaron de "arrebato personal". Fuentes diplomáticas coinciden en que la única salida al impasse es la destitución inmediata, ya que Vega no sólo dañó la política exterior, sino que también la autoridad presidencial. La renuncia se le pediría hoy.

La rebeldía del diplomático causó profundo malestar y desconcierto entre las autoridades de la Cancillería y de La Moneda, ya que abrió un nuevo frente de conflicto con Estados Unidos, considerando que el propio embajador en Washington, Andrés Bianchi, había comprometido su negativa ante el Departamento de Estado, tal como lo habían solicitado representantes de la administración de George W. Bush en Washington y Santiago.

Preocupados por las repercusiones negativas que tendría en las relaciones de Chile y EE.UU. la decisión de Lagos de no apoyar a la administración Bush en su ataque a Irak, en La Moneda se resolvió dar pie atrás en esta ofensiva e iniciar una rápida recomposición de lazos. En esa línea, la idea ahora era respaldar el accionar del país del norte, al rechazar una sesión especial para evaluar la situación de los derechos humanos en Irak. Sin embargo, lejos de mejorar las relaciones, la decisión de Vega contribuyó a enturbiar aún más la ya delicada situación bilateral.

Según una alta fuente de gobierno, la actuación de Vega "es algo muy grave, ya que el embajador no cumplió con las instrucciones dadas por la canciller Soledad Alvear". A esto se suma, que el diplomático no ha entregado una versión clara que justifique su desobediencia. Las altas fuentes consultadas aseguraron que el actuar de Vega no tiene precedentes en la historia de la diplomacia chilena.

El representante en Ginebra fue instruido el viernes pasado de no respaldar una reunión extraordinaria para debatir las consecuencias de la guerra en la población iraquí con el objetivo de no tensionar más las relaciones bilaterales, sino que -por el contrario- hacer un potente gesto hacia el gobierno de Bush, tras la "decepción" que causó en EE.UU. la negativa chilena de apoyar una ofensiva bélica contra Saddam Hussein.

Al ser consultado por su decisión, Vega aseguró al diario La Tercera que "no hubo cambio de voto". Explicó que ayer sólo hizo "lo que tenía que hacer en ese instante. No estoy diciendo que cumplí instrucciones de Cancillería. Le digo, no hay ningún comentario sobre eso. Yo hice lo que tenía que hacer".

El embajador justificó su abstención en que "nosotros creemos que hay una situación humanitaria complicada, pero que, sin embargo, en este instante está siendo tratada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Y por eso nos abstuvimos". En esta línea, precisó que no correspondía el rechazo "porque no se puede decir que no hay una situación humanitaria complicada, sino simplemente que no era el momento adecuado para tratarla".

Sorpresa

Antes del mediodía, informaciones internas provenientes de la misión en Ginebra encendieron las luces de alarma en la Cancillería: contraviniendo toda instrucción, el embajador Vega había resuelto unilateralmente abstenerse. Paralelamente, las autoridades chilenas fueron alertadas de esta situación por sus propios pares estadounidenses, quienes manifestaron su desconcierto por lo ocurrido.

Tras confirmar estos antecedentes un desconcertado canciller (s) Cristián Barros se comunicó de inmediato con el Presidente Lagos, quien a esa hora iniciaba una visita a la Décima Región.

En cuestión de minutos la rebeldía de Vega se conoció en todas las reparticiones del ministerio. Días antes de la votación, el embajador socialista había dado claras señales de no compartir las instrucciones que recibió desde la Dirección General de Política Exterior de esta cartera. De hecho, el jefe de esta área, embajador Carlos Portales, y el subsecretario Cristián Barros debieron reiterarle en varias ocasiones la postura que debía asumir -a nombre del gobierno de Chile- ante la ONU. Incluso en los pasillos del ministerio de Relaciones Exteriores se rumoreó que Vega había amenazado con abandonar su cargo.

Pese a estos antecedentes nadie apostó a que el diplomático se atrevería a cambiar el voto a última hora, sobre todo considerando que desde Ginebra se recibieron mensajes que reconocían las limitantes que tenía esta comisión para cumplir con el objetivo de la convocatoria a una sesión especial: pedir el fin de las acciones unilaterales en contra de Irak, llamar a la ONU y a agencias humanitarias a ayudar a Irak, y solicitar la presencia de una misión del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que investigara las consecuencias humanitarias de esta guerra.

Una alta fuente de gobierno confidenció que lo más sorprendente es que la justificación que Vega dio a su abstención "fue impecable y muy contundente, dejando muy en claro que Chile estaba por rechazar la realización de una sesión especial para tratar el tema de los derechos humanos en Irak. De ahí que nadie se explique por qué argumentó un rechazo y finalmente se abstuvo".

En la página web de la Comisión de DD.HH. de la ONU se informa que en su fundamentación del voto, Vega señaló que "los chilenos esperaban que la crisis se hubiese resuelto en forma pacífica y que se hubiese evitado el sufrimiento de la gente. El diálogo en esta sesión podría no ayudar a esta gente. Por eso Chile se abstiene".

Voto rebelde deja a Chile en posición muy incómoda

La abstención chilena de ayer en la Comisión de DD.HH. de la ONU atentó directamente contra la política fijada por la Cancillería de hacer gestos hacia EE.UU. para recomponer la relación con ese país, que resultó dañada luego de que el gobierno de Ricardo Lagos afirmara públicamente que rechazaría la propuesta de EE.UU. en el Consejo de Seguridad para atacar Irak.

Las presiones sobre la embajada en Washington para que Chile no actuara en contra de EE.UU. en otras instancias internacionales fue directa y constante. El gobierno decidió aminorar los costos, para así no poner en mayor riesgo la relación comercial con ese país, cuyo elemento más tangible es el Tratado de Libre Comercio. En esa línea se decidió hacer una serie de gestos hacia la Casa Blanca. El primero de ellos fue mostrarse dispuestos a participar en la reconstrucción de Irak terminada la guerra. Luego se sumaría el rechazo a la sesión especial de DD.HH. y en abril el voto contra Cuba.

Parte de esta estrategia para recomponer relaciones fue coordinada con México, el otro latinoamericano miembro no permanente del Consejo de Seguridad.

De hecho, México sí continuó en la línea de acercamiento con EE.UU., pues fue uno de los 25 países que ayer votó en contra de la sesión especial. Posición a la que incluso se alinearon naciones que han manifestado una dura postura contra EE.UU. como Francia y Alemania. Chile, en cambio, con su abstención quedó junto a la República del Congo, Gabon, India, Senegal, Sri Lanka y Togo. La compañía en la que dejó el embajador Juan Enrique Vega a Chile es otro motivo de decepción en la Cancillería: "Quedamos con países que prácticamente no tienen opinión propia en política internacional".

En el edificio de RR.EE.., además, se evalúa que el país se hizo un fuerte autogol a su credibilidad internacional, pues no sólo se le había asegurado a EE.UU. el voto en contra, también se habían dado garantías al resto de los países.



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La fuente original de este documento es:
La Tercera (Chile) (http://www.latercera.cl/lt/FrontDoor/0,4427,3255_5658,00.html)



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