Madrid, 04 Mar. ABN.- La amenaza contra España por su apoyo a la guerra de Estados Unidos contra Iraq no fue tomada en serio por el Gobierno del ex presidente José María Aznar, según los análisis de hoy de aquellos hechos.
El 18 de octubre de 2003, cinco meses antes de los atentados de Madrid, un vídeo que acababa de emitir Al Yazira, la cadena árabe de televisión con sede en Qatar, involucraba a España en las amenazas de posibles hechos de sangre. La nueva declaración de Osama Bin Laden desde su refugio secreto, posiblemente en las montañas de Afganistán, formulada en un mensaje de 16 minutos de duración dirigido al mundo, por primera vez citaba a España entre sus objetivos por el apoyo de Aznar a la guerra contra Iraq.
"Nos reservamos el derecho de responder en el momento y lugar oportunos contra todos los países que participan en esta guerra injusta.
En particular Gran Bretaña, España, Australia, Polonia, Japón e Italia", dijo entonces el terrorista saudita. Europol interpretó el mensaje del jefe de Al Qaeda como una amenaza directa y concreta a España, recuerda el comisario Mariano Simancas, uno de los jefes de ese organismo. No era la primera vez que Bin Laden se refería a España. El 7 de octubre de 2001, en el vídeo en el que se atribuyó los atentados de Nueva York y Washington, mencionó al Al-Andalus, junto a Palestina y Cachemira, como territorios que Al Qaeda considera perdidos por la nación musulmana. Aquel 18 de octubre Angel Acebes, entonces ministro del Interior de Aznar, se encontraba en La Baule, Francia, junto a su homólogo Nicolás Sarkozy, y anunciaron un frente europeo contra la inmigración ilegal en el Mediterráneo y se refirieron a la amenaza de Bin Laden. "Nuestras fuerzas de seguridad no han bajado la guardia en ningún momento. La respuesta a este desafío consiste en mantener la atención, confiar en la preparación de los expertos y mantener la colaboración internacional", dijo Acebes.
Mientras, en Madrid, el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, declaró que no había ningún indicio objetivo o dato concreto que hiciera pensar que España tenía una mayor predisposición a un ataque. Pese a la gravedad de la amenaza de Bin Laden, Acebes no convocó a su regreso una reunión conjunta de los servicios de seguridad.
Todo el potencial humano y material estaba dirigido contra ETA y cada servicio trabajaba por su cuenta. No había coordinación.
Los tres servicios de seguridad emitieron sus informes reservados con opiniones radicalmente contrarias a la que Zaplana trasladó a la opinión pública, y el 27 el servicio de espionaje envió al Gobierno un informe en el que señalaba que la advertencia debía tomarse en serio. No se hizo nada, los cuatro trenes de cercanía fueron volados, y el viernes 11 se conmemora el primer aniversario de la matanza. Los responsables de las fallas de seguridad no las admiten.
