El canciller Moratinos reveló ayer en Congreso de España información secreta sobre participación del anterior gobierno peninsular en golpe de Estado del 2202. Leyó dramáticos documentos. Contó detalles de reunión de Charles Shapiro y Manuel Viturro con Carmona.
El canciller español, Miguel Ángel Moratinos reveló ayer, en el Congreso de su país, nuevos detalles y documentos que demuestran la aprobación implícita del anterior gobierno de la Península, encabezado por José María Aznar, al fracasado golpe de Estado en Venezuela contra el presidente, Hugo Chávez, en abril de 2002.
El entonces embajador de España en Caracas, Manuel Viturro se reunió, junto con su colega de Estados Unidos, Charles Shapiro, con el presidente de facto, Pedro Carmona, la tarde del 13 de abril, para pedirle que mantuviera la situación dentro de un aparente trámite de legalidad.
La tarde anterior Carmona había expedido el llamado Decretazo que clausuraba la Asamblea Nacional y esa situación preocupaba a Estados Unidos y España, tal y como se lo dijeron los dos diplomáticos a Carmona.
“La reunión nos permitió incluso subrayar nuestra sorpresa por la disolución de la Asamblea y decirle que actitudes como esa podían hacer difícil que pudiésemos en el futuro, expresar nuestra amistad hacia él y nuestra comprensión hacia el anunciado proceso de consolidación de las instituciones democráticas en Venezuela”, rezaba uno de los muchos telegramas enviados por Viturro de la Torre a su Cancillería en Madrid.
El contenido de tales telegramas fue revelado ayer por el canciller Moratinos, en el pleno del Congreso español, en medio del intenso debate que enfrenta el gobierno del Partido Socialista (Psoe) en el poder, con sus opositores del Partido Popular (PP), luego que el propio Moratinos, con motivo de la visita de Chávez a España durante la semana pasada, dijera que el PP -en el gobierno hasta abril de este año- había apoyado el golpe de Estado en Venezuela.
“Fuimos recibidos -decía el telegrama de Manuel Viturro, del 13 de abril- por el Presidente del Gobierno provisional, Pedro Carmona, y por el Ministro de Asuntos Exteriores, José Rodríguez Iturbe. Desde primer momento, puntualizábamos que se trataba de una gestión de representantes de dos países amigos de Venezuela que por su parte se consideraban amigos del Sr. Carmona y que la gestión no tenía por objeto inmiscuirnos en asuntos internos”.
De esa manera, el gobierno del PP de José María Aznar seguía el 13 de abril apoyando el golpe, al que ya había dado un primer espaldarazo con la declaración conjunta suscrita con Estados Unidos.
En dicho texto -advirtió ayer Moratinos-, “se expresaban el deseo de una normalización democrática plena, la consolidación de las instituciones democráticas con ayuda de la Organización de Estados Americanos”, sin hacer ningún cuestionamiento a la ilegal presidencia de Carmona, ni preguntarse por la situación del presidente Chávez, quien permanecía retenido. Cuatro países, Argentina, Chile, México y Brasil, se negaron a firmar esa declaración y, al contrario, promovieron un pronunciamiento del Grupo de Río que condenara de forma categórica el ataque a las instituciones venezolanas.
Moratinos presentó ante los diputados otros de los telegramas que Viturro enviara a Madrid en los días previos al golpe, para demostrar que el gobierno del PP tenía suficientes elementos de juicio para comprender lo que estaba ocurriendo en Venezuela en esa primera quincena de abril.
A la una de la madrugada del 12 de abril, hora de Caracas, Viturro escribió a la Cancillería: “...estrategia oposición dirigida a conseguir salida Presidente Chávez a través presión ejército, está dando, pues resultado. Confederación Trabajadores Venezuela patronal aprovecharon conflicto Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa) para conseguir movilización masiva población caraqueña que por su parte puso ayer tarde muertos necesarios para provocar intervención ejército, única fuerza en este país, frente a debilidad partidos políticos oposición, capaz de poner fin al Gobierno del Presidente Chávez”.
El 9 de abril, el diligente Viturro, había escrito:
“Siguen los rumores de golpe de Estado militar y se ha confirmado presencia en Caracas del General Enrique Medina Gómez, destinado en Washington como representante de Venezuela en Comité Militar OEA, que goza de gran prestigio entre Fuerzas Armadas y que, se dice, podría liderar golpe cívico militar en unión de Efraín Vázquez Velasco, Comandante del Ejército de Tierra”.
Y un día antes, el ocho de abril, habló de la estrategia que tenían los opositores para generar violencia: “...circulan rumores distintos sectores oposición, vinculados preferentemente a Bandera Roja, están recibiendo algún tipo armas para generar en momento y lugar adecuados (se menciona universidad Central Venezuela-Caracas) situación caos que pudiera llevar, intención citados grupos, a intervención ejército (Tierra, Armada y, más dividido, Aire) para restablecer tranquilidad y, llegado el caso, establecer junta patriótica, que contaría, por primera vez, con apoyo totalidad partidos oposición”.
Luego de una documentada exposición, y tras leer estos telegramas, Moratinos concluyó:
El gobierno de Aznar “no condenó el golpe de Estado, lo endosó y le ofreció legitimidad internacional”.
DECLARACIÓN
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La polémica sobre el apoyo del gobierno de José María Aznar al fallido golpe se encendió una vez que Miguel Ángel Moratinos refrendó las declaraciones echas por el Presidente Hugo Chávez, durante su visita a España, la semana pasada.
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