2 de octubre de 2015.- La estrategia utilizada para consumar en 1973 el golpe de Estado contra el Gobierno de Salvador Allende, en Chile, acción caracterizada fundamentalmente por la desestabilización económica, con el acaparamiento y la usura en productos de primera necesidad, pretende ser reeditada por la derecha en Venezuela contra la Revolución Bolivariana, advirtió este viernes el analista de medios de comunicación Orlando Romero.

En entrevista concedida a Venezolana de Televisión, en el programa especial Cóndor y Buitre: caso Chile, Romero recordó que en la ejecución del plan golpista de la derecha chilena, en 1973, algunas corporaciones mediáticas actuaron como cómplices.

Mencionó que los medios —entre ellos el periódico El Mercurio y algunas ONG como Patria y Libertad— se encargaron de actuar en el desarrollo de una guerra psicológica y de desprestigio para golpear la moral del pueblo chileno y del Gobierno de Allende, con el ataque a integrantes de su gabinete.

"Este tema debe ser discutido en cada hogar venezolano: hay una re-edición de una estrategia para derrocar a un gobierno progresista", exhortó.

El golpe de Estado contra Salvador Allende fue provocado tras la promoción, por parte de la derecha chilena, de la escasez y angustiar a la población. Tras el fin del ese gobierno sobrevino una dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet, que duró 17 años y medio y la cual dejó más de 3.200 personas asesinadas, casi 1.200 detenidos desaparecidos y 34.000 personas que sufrieron torturas y fueron encarceladas injustamente.

Omar Hurtado, historiador venezolano, refirió al respecto que el golpe contra Allende tenía como objetivo detener "cualquier asomo de reconocimiento de los derechos de la masas, de reivindicación de las postergadas conquistas sociales, de reivindicación del derechos a una vida más dignas para las masas, de los menos favorecidos por el capitalismo".

Indicó que escenarios como ese eran y siguen siendo una amenaza para el sistema capitalista y neoliberal, ya que un gobierno progresista significa para los poderosos un golpe a sus intereses y a sus privilegios.

"De manera de que el socialismo chileno impulsado en un país de instituciones pacíficas, de claro orden civiles, de un orden institucional consolidado, que, inclusive, había sido avizorado por el Libertador Simón Bolívar, en la Carta de Jamaica, fue entendido por un gobierno más que reaccionario que guiaba entonces a Estados Unidos como una amenaza a sus intereses", dijo en dicho programa.

Tras los 24.000 documentos desclasificados en 2003 por el Departamento de Estado de Estados Unidos salió a la luz pública que en una reunión que tuvo lugar el 15 de septiembre de 1970 en la Casa Blanca, el presidente norteamericano Richard Nixon dio instrucciones a Henry Kissinger, al fiscal general John Mitchel y al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), Richard Helms, "de promover un golpe de Estado que impidiese a Allende ser investido el 4 de noviembre o que lo derrocara luego de su recién creado gobierno".

Para ello, Helms le dijo a Kissinger que "el pretexto más lógico para lograr poner en marcha a los militares sería una repentina situación económica desastrosa", y le hicieron llegar una advertencia a Frei, todavía presidente: "No dejaremos que llegue una sola tuerca o tornillo a Chile si Allende se hace del poder. Haremos todo cuanto esté en nuestros manos para condenar al país y a sus habitantes a las privaciones y la pobreza más absolutas".

Otra estrategia que debía impulsarse era la guerra psicológica en Chile, y ello pasaba por afectar profundamente la economía nacional.

Sin embargo, Hurtado rescata el compromiso y la consciencia patriota que tienen los pueblos de América Latina. "Vemos con optimismo el compromiso del pueblo nuestroamericano (...). Hay que rescatar que hay mayor grado de consciencia de los pueblos, mayor grado de participación política", principalmente en Venezuela, gracias al impulso de las ideas del comandante y líder socialista Hugo Chávez.