1º Feb. 2015 - La agresión económica es el arma principal del imperialismo para reventar este proceso revolucionario, afirmó este sábado Daniel Retamal, miembro del Partido Comunista de Chile, quien además resaltó que hoy Venezuela está sufriendo la misma agresión que Chile en 1973.

“La experiencia chilena y venezolana son dos procesos de emancipación donde buscamos la soberanía, la libertad y las mejores condiciones de vida para nuestros pueblos; esa es la primera coincidencia entre estos dos procesos”, expresó durante una entrevista en el programa TV Foro, conducido por el periodista William Castillo.

Recordó que el enemigo más grande de América Latina es el mismo de muchísimos años: Estados Unidos.

“El imperio dominaba en aquella época y Estados Unidos es quien quiere recuperar ese dominio en esta nueva era, como le llamaba el presidente Rafael Correa. Hay avances de diferentes tipos que hacen que la agresión sea un poco diferente pero en el fondo es la misma”, sostuvo.

Señaló que en Venezuela existe una reserva moral para defender el proceso bolivariano e instó a seguir fortaleciendo el poder popular en el país. "Afortunadamente en Venezuela existe una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) comprometida que no tuvimos nosotros y es lo que tenemos que aprovechar".

Retamal, quien vivió el golpe de Estado contra Salvador Allende, relató que el país heredado del gobierno anterior a Allende venía con un sistema de distribución concentrado en el sector privado.

“El tema vital era la distribución, ¿Cómo llegaban esos alimentos a la población?; nosotros le dimos una pelea de 50 años para ir creando las dos condiciones; la jurídico-administrativa del país y el sujeto histórico que realizaría el cambio socio-económico”, agregó.

¿La misma historia en Venezuela?

Luego de presentar el primer capítulo del documental la Batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas, el periodista Castillo leyó un fragmento de la novela escrita por la chilena Isabel Allende en 1982, "La casa de los espíritus".

"La organización era una necesidad, porque «el camino al socialismo» muy pronto se convirtió en un campo de batalla. Mientras el pueblo celebraba la victoria dejándose crecer los pelos y las barbas, tratándose unos a otros de compañeros, rescatando el folklore olvidado y las artesanías populares y ejerciendo su nuevo poder en eternas e inútiles reuniones de trabajadores donde todos hablaban al mismo tiempo y nunca llegaban a ningún acuerdo, la derecha realizaba una serie de acciones estratégicas destinadas a hacer trizas la economía y desprestigiar al Gobierno.

Tenía en sus manos los medios de difusión más poderosos, contaba con recursos económicos casi ilimitados y con la ayuda de los gringos, que destinaron fondos secretos para el plan de sabotaje. A los pocos meses se pudieron apreciar los resultados.

El pueblo se encontró por primera vez con suficiente dinero para cubrir sus necesidades básicas y comprar algunas cosas que siempre deseó, pero no podía hacerlo, porque los almacenes estaban casi vacíos. Había comenzado el desabastecimiento, que llegó a ser una pesadilla colectiva. Las mujeres se levantaban al amanecer para pararse en las interminables colas donde podían adquirir un escuálido pollo, media docena de pañales o papel higiénico".




Vea el documental la Batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas (Capítulo I)