Jueves 19 de diciembre de 2013 / Priselen Martínez Haullier
Estalló la guerra a lo interno de la oposición y la mecha la prendieron el gobernador de Miranda, Henrique Capriles y el coordinador nacional del partido Voluntad Popular Leopoldo López, a quienes cada vez más les cuesta disimular sus diferencias.
A la “frialdad” con que, según López, Capriles defendió los resultados del 14 de abril, se suma la estrategia y el efecto de la campaña del 8 de diciembre que lideró Capriles, que granjeó una derrota que, al parecer, Leopoldo López no está dispuesto a asumir.
En abril pasado, mientras López era partidario de la calle para defender los resultados, Capriles desmovilizó una marcha que había convocado hasta el CNE y echó mano de la “arrechera” con las cacerolas.
En realidad la pulseada entre los dos, no es nueva, data del 2005, cuando López se fue a UNT, tras pelear codo a codo por el liderazgo en Primero Justicia.
A la luz de los resultados del 14 de abril, Voluntad Popular le ganó a los “justicieros” obteniendo 17 alcaldías de todo el país y Primero Justicia apenas se quedó con diez.
En los preparativos para la contienda del 8 de diciembre, cada uno por su lado, recorrió más de 100 municipios del país promoviendo las candidaturas a alcaldes y concejales de la Unidad, no obstante, quienes vieron los toros desde la barrera en la MUD concluyeron que parecía una competencia entre ambos.
Pero no todo ha sido batalla entre los dos dirigentes de la variopinta oposición. En enero del 2012, López declinó a su aspiración en las primarias presidenciales de la MUD en favor de Henrique, quien el fin de semana reveló porqué lo hizo López: “Sabía que iba a llegar tercero”.
En medio de esta batalla soterrada en la MUD, Capriles respondió a PANORAMA: “No sé cómo sacan cuentas porque he visto fotos de alcaldes que se no son de ese partido. Además, todos los alcaldes ganaron gracias a la unidad, sin unidad no ganaban. Plantear las cosas así es la política chiquita en la que yo no estoy”.
López, por su parte, respondió a las críticas hechas por quien declinó su aspiración a Miraflores y lo convirtió en su coordinador nacional de campaña para las presidenciales del 7 de octubre, expresando que “en la Unidad hay diferencias, no divisiones (...). He planteado antes y después de las elecciones que fue un error no haber defendido con contundencia la mayoría expresada el 14 de abril. Y eso no es una mentira. La mayor muestra es que nosotros ganamos y no estamos gobernando. A mis hermanos de lucha, a los compañeros de la Unidad, al pueblo de Venezuela les digo: todos mis esfuerzos están dirigidos a enfrentar al Gobierno nacional (...) y no a quienes hacemos vida en la Unidad. Para ello, creo en la tesis que venimos impulsando, calle y voto (...)”.
Jesús Hernández Godoy, politólogo, señala que Capriles “a pesar de haber conseguido, hace ocho meses, un resultado electoral contra Nicolás Maduro favorable, él mismo lo desperdició con su campaña contra el CNE; Voluntad Popular en las municipales consiguió un número importante de alcaldías y Leopoldo López, que nunca ha negado sus aspiraciones presidenciales, está diciendo: ‘ahora me toca a mí’ y para nadie es una circunstancia que está allí para ir contra el chavismo, pero no hay unidad”.
Para Víctor Bolívar, analista político, estas diferencias Capriles-López son “posiciones circunstanciales, pues ambos tienen claro el norte de lo que necesita el país y eso priva por encima de cualquier tendencia o rivalidad e interés personal”.
Edgar Gutiérrez, politólogo, no cree que se haya acabado el pacto, ya que “la noción primordial es preservar la unidad que es distinto”.
A lo interno de la coalición opositora quienes ven los toros desde la barrera coinciden con los analistas al destacar que el “matrimonio obligado” que se convirtió la relación Capriles-López llegó a su fin, pero seguir en el mismo lado para continuar con el objetivo que a la final los une: enfrentar a la maquinaria del Psuv y al Gobierno nacional a quienes no han podido doblegar.