Caracas, julio 29 - Con sus manos sobre el mausoleo donde reposa el comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, los presidentes Rafael Correa y Nicolás Maduro ratificaron, una vez más, el compromiso de Venezuela y Ecuador de continuar el legado de unidad y trabajo por los pueblos que siguen el ideal del líder socialista.
Pasadas las 11:30 de la mañana de este lunes, ambos mandatarios iniciaron el recorrido por el Cuartel de la Montaña 4 de Febrero, en Caracas, flanqueados por el bosque de banderas de las naciones latinoamericanas y caribeñas, como parte de la visita oficial que realiza Correa para revisar la agenda bilateral y abordar temas sobre la unidad de la región.
Antes de ingresar al espacio donde reposa Chávez, los dos líderes se detuvieron frente a la llama ardiente ubicada al frente del cuartel, como símbolo de las palabras del comandante, expresadas el 8 de diciembre de 2012: "Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado".
Allí, Maduro intercambió unas palabras con su par ecuatoriano y le señaló el Palacio de Miraflores, las barriadas, parques y avenidas que se divisan desde la vista panorámica que ofrece el frontispicio del cuartel, desde donde el 4 de febrero de 1992 el entonces teniente coronel, Hugo Chávez, lideró una rebelión cívico militar contra el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, que tenía sumido en la pobreza a más del 80% de los venezolanos.
Pocos minutos después, ambos entraron al recinto que alberga la Flor de los Cuatro Elementos, emblemática obra arquitectónica que sostiene el mausoleo del hombre que cambió la historia política venezolana con cambios sociales profundos que han llevado a que Venezuela sea el tercer país con menor pobreza en Latinoamérica, es decir 27,8%, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Con un semblante de tristeza y seriedad, en silencio, escuchando de fondo el Himno nacional venezolano en la voz del pueblo y Chávez, Correa caminó seguido de Maduro al féretro donde posó sus manos y mirada, firmes, tal como si estuviera frente a frente con el líder con el que compartió innumerables encuentros y momentos, tanto antes como después de haber sido electo y posteriormente reelegido por el pueblo ecuatoriano.
Por más de 15 minutos ambos presidentes intercambiaron palabras y silencios, acompañados del Himno y coplas llaneras.
Tras el momento de reflexión y un fuerte golpe en la estructura de mármol, como una palmada en el hombro de un buen amigo, el mandatario del Ecuador dio por terminada la visita al Cuartel de la Montaña, rumbo al Palacio de Miraflores donde sostendrá un encuentro con el presidente obrero, Nicolás Maduro, encargado de continuar junto al pueblo venezolano el legado de Chávez.
