04/07/12.- Siete mujeres y dos hombres que lideran el Departamento de Desarrollo de Productos de la planta Lácteos Los Andes, ubicada en la población de Cabudare, estado Lara, lograron en sus ensayos que la empresa de producción social saque al mercado próximamente postres refrigerados de parchita, manzana y pera.

Estos dulces embasados en plástico de 125 gramos serán elaborados en la planta Nueva Bolivia, ubicada en el estado Mérida, y, posteriormente, serán distribuidos en la red pública para su degustación.

Pero sus estudios no van solamente en la creación de nuevos rubros, también estos trabajadores, que en su mayoría son jóvenes, se las ingenian para que los productos que ya están en los anaqueles puedan ser perfeccionados.

María Rojas, desde hace dos años trabaja en la empresa socialista, nacionalizada en el año 2008, su experiencia en el departamento ha permitido evaluar lo que pide el público consumidor.

“Cuando salgo a un abasto o supermercado y veo el producto con marca Los Andes, siempre estoy atenta a las opiniones de los demás porque eso nos permite mejorar y, además, consultamos a los consumidores si les gusta o no”, precisó Rojas.

Explicó que el Departamento de Desarrollo se encarga de hacer las pruebas industriales de rubros y también llevan en sus manos la responsabilidad de estudiar el comportamiento que pueda tener el nuevo producto desde su preparación hasta su envasado.

“Posteriormente se le hace un seguimiento de vida útil, de tal manera de que podamos determinar cuánto tiempo dura bajo las condiciones de almacenamiento previamente definidas; y después pasaría a la parte de trámites legales, que sería la permisología”, comentó Rojas.

TRÁMITES LEGALES DE LOS PRODUCTOS

En la empresa también funciona la Unidad de Trámites Legales. Gabriela Rodríguez es una de las que lleva la tutela en el departamento. Su trabajo consiste en tramitar todos los registros de los productos.

Precisó que luego que diseñan el perfil del rubro se lo envían a un laboratorio externo aprobado por el Ministerio de Salud. Una vez admitido, proceden a asignarle el código de rótulo, se le realiza su composición nutricional y, posteriormente, es llevado a la planta de producción para su elaboración.

PANEL SENSORIAL QUE APRUEBA EL RUBRO

En el equipo también existen varias personas que realizan evaluaciones sensoriales o gustativas a los productos.

Rodríguez precisó que este panel de trabajadores son los encargados de estudiar las características sensoriales del rubro. Es decir, evalúan su sabor, color y olor.

Para analizar los alimentos, el panel debe cumplir con el siguiente perfil: no deben sufrir de ningún tipo de alergia, ser hipertenso y que puedan tolerar los productos que realicen en los ensayos y no ser fumador. “A ellos se les da un entrenamiento riguroso para mejorar la capacidad de análisis. Se le hace pruebas de colores, de olores y sabores”, precisó Rojas.

Asimismo, la trabajadora comentó que toda la formulación del producto pasa por la evaluación del panelista sensorial.

“Si ellos no los aprueban, el producto no puede ser sacado al mercado”, mencionó Rojas.

GARANTIZAN LA EDUCACIÓN

En la empresa socialista Lácteos Los Andes sus trabajadores han logrado muchas conquistas luego de su nacionalización.

Actualmente, en la empresa se conformó un consejo de trabajadores, dándole participación en las tomas de decisiones en cuanto a la adjudicación en los procesos de compras de uniformes, equipos de protección de seguridad y el servicio de alimentación.

Por otra parte, la fuerza laboral cuenta con una Universidad Bolivariana de Trabajadores Jesús Rivero, para garantizar la educación universitaria a todo el personal de la planta socialista.

La casa de estudio, que funciona dentro de la planta, se especializa en la autoformación colectiva, integral y permanente de la clase trabajadora, desde la práctica social productiva hasta la formación humanística.

Igualmente, se les está dictando un diplomado de sistematización de experiencia para el personal graduado. En la planta también está presente el programa educativo Misión Ribas.

JOSELIN ARTEAGA/ CIUDAD CCS