Landaverde, de 76 años de edad, fue diputado del Congreso Nacional de Honduras por el Partido Demócrata Cristiano; su hermano, Moises, fue un dirigente sindical, también asesinado en los ochenta.
El asesinato fue perpetrado en Tegucigalpa, cuando Ladaverde se trasladaba a en un vehículo con su esposa Hilda Caldera, sobrina del ex presidente venezolano Rafael Caldera, quien se encuentra gravemente herida, reseñó el diario hondureño El Buen Tono.
El pasado 21 de noviembre, Landaverde denunció que el asesinato del general Arístides González, titular de la Dirección de la Lucha Contra el Narcotráfico, en 2009, había sido ejecutado por la Policía y solicitó la depuración del cuerpo de seguridad.
Al conocer la fatal noticia, el ex mandatario Manuel Zelaya, afirmó que "el brazo del crimen ha permeado las casas del Estado; en todos los organismos operadores, el brazo del crimen está allí".
Su esposa Hilda Caldera, dijo que Landaverde "era un mártir de los medios. Los medios de comunicación lo llamaban de día y de noche, porque él se enfrentaba y se enfrentaba solo y así, solo, lo mataron".
Honduras lidera las listas de criminalidad en el continente con una tasa de homicidios de 82 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Días atrás, el pasado martes 6, el crimen organizado cobró la vida de la periodista Luz Marina Paz, con lo que el país llega tener 17 comunicadores asesinados en dos años y que motivó al Comisionado de los Derechos Humanos de ese país (Conadeh), Ramón Custodio, a decir que los comunicadores sociales de Honduras viven un agudo peligro.
Desde el pasado primero de diciembre, el Congreso hondureño ordenó la militarización de las tareas de seguridad luego de que las denuncias contra la Policía por sus supuestos vínculos con el crimen organizado aumentaran.