Cartas desde Miami
Romaní huye a Miami mientras Ricardo Koesling se queja de retraso en las remesas de dólares
Caracas, Especial VEA.- Cartas recibidas de Miami informan de las actividades de los conspiradores, actualmente en estado de desmoralización por los resultados de las encuestas que dan a Chávez una apreciable ventaja. Robert Alonso Bustillo está preparando su viaje a España a fin de ponerse a salvo ante cualquier gestión de extradición por parte del Gobierno de Venezuela. Alonso está comprometido junto con Orlando Urdaneta y otros dirigentes de AD-Copei en el caso de los paramilitares colombianos detectados en la finca Daktari, propiedad de su padre, en las cercanías de El Hatillo.
Como España no hay tiene tratado de extradición con Venezuela, Alonso ha sido aconsejado por los servicios de inteligencia de Estados Unidos de “mantenerse tranquilo” ya que su nombre está muy cuestionado, por su origen cubano, entre la colonia de los conspiradores antichavistas. Ayer se informó que el Salvador Romaní, uno de los activistas de los equipos terroristas, se vino a Miami en huida acelerada en vista de la imputación presentada por la Fiscalía. Romaní es un cubano con mucho tiempo de residencia en Venezuela y fue, junto con Ricardo Koesling y el alcalde Capriles Radonsky, el principal organizador de la agresión a la embajada de Cuba en Caracas. Koesling es esperado en Miami para participar en un programa de TV que ofreció Marcel Granier montar con la participación de Robert Alonso Bustillo.
El viaje de Koesling se ha retrasado por la resistencia de Granier a pagar los pasajes y viáticos con sobreprecio que exigen. Según comentarios de Alonso Bustillos y Orlando Urdaneta, el grupo está preparando acciones terroristas en Caracas con la cooperación de paramilitares colombianos. Actualmente hacen “arreglos” con los papeles de la finca “Daktari” a fin de burlar la acción de la justicia. El grupo conspirador de Miami se mantiene en estrecha relación con Carlos Ortega, para servir como enlace en el envío de las remesas de dólares que han destinado los servicios norteamericanos a fin de mantener a los exiliados venezolanos.
