Los medios del imperialismo intentan ocultar la decisión de lucha de los trabajadores franceses

La Huelga en Francia no se apaga: "Este país es la punta de lanza para luchar por una sociedad más justa"

Caracas, octubre 25 - En Francia se está a las puertas de una Revolución aunque las grandes corporaciones mediáticas hayan sacado de sus titulares la lucha de los trabajadores de Francia. Para la globalización mediática la lucha  obrera fue lucha mientras Sarkozy fue el protagonista de los titulares. Ahora, a las puertas de la promulgación de la ley de pensiones son los trabajadores y estudiantes los que mantienen la llama encendida aunque esos mismos medios ya no lo reflejen.

El pueblo francés dio un salto cualitativo en sus luchas y ha demostrado que no es sumiso, que no va a aceptar las medidas de ajustes y que continuará movilizado más allá de las decisiones del gobierno derechista de Sarkozy.

El sistema capitalista no puede aceptar retirar sus medidas y el pueblo está señalando que la única manera de defender sus luchas y conquistas es cambiando el gobierno y la estructura que lo soporta.

Francia se encuentra, a pesar del silencio mediático en medio de una verdadera insurrección por sus Derechos y está dando ejemplo a los trabajadores europeos y del mundo.

El capitalismo saca cuentas de sus pérdidas. Los trabajadores sacan cuentas de sus luchas

La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, calcula que cada jornada de protesta contra la reforma de las pensiones cuesta a Francia entre 200 y 400 millones de euros. Desde que se inició el conflicto, ya se han producido ocho,sin contar con las huelgas renovables cada día en determinados factores. El equipo de Lagarde, hoy por hoy, asegura que la factura llega entre los 1,6 y los 3,2 miles de millones de euros, entre horas de trabajo que no se han cumplido y pérdidas en otros sectores. Además andan preocupados por el perjuicio que 'los revoltosos' causan a la imagen de Francia en el mundo.
Esas son las cuentas que sacan.
  
Los trabajadores, en cambio, sacan otras conclusiones y desafian a Sarkozy, tal y como se desprende de lo declarado por Charles Foulard, luchador símbolo de las protestas.

Foulard, quien fuera bombero y es activista petrolero contra la ley de Reformas de Pensiones, fue muy claro hoy: "Hasta la victoria no vamos a parar"
  
Charles Foulard, representante del sindicato CGT en la petrolera Total,  permanece en la entrada  bloqueada de la estratégica refinería de Grandpuits y también dijo: "Este país es la punta de lanza para luchar por una sociedad más justa. Desde Mayo del 68 no se ha visto en Francia una parálisis parecida".

Foulard es partidario  de mantener  los bloqueos de los depósitos de combustible, de estrangular el flujo de gasolina para forzar al Gobierno a dar un paso atrás, situado en el ala dura de su propio sindicato (más duro, en cualquier caso, que su secretario general, Bernard Thibauld), Foulard, en los primeros días de la huelga, ya avisó cuando Sarkozy afirmó que no iba a permitir que los trabajadores impidieran la salida de camiones con carburante: "Vais a ver cómo jugamos al ratón y al gato con la policía". Su pronóstico se cumplió: en un mismo día, por ejemplo, la policía desbloqueaba un depósito prioritario en La Rochelle, al este del país, y los sindicalistas, horas después, bloqueaban otro parecido en Caen, al norte.

También la refinería en la que trabaja, Grandpuits, situada a 70 kilómetros al sureste de París, siempre en huelga, con el depósito bloqueado desde el primer día, se ha vuelto también una especie de termómetro del estado del movimiento contra Sarkozy debido a que sus depósitos abastecen a la capital. Controlar Grandpuits significa, ni más ni menos, controlar el bombeo de gasolina a París. Así, la lucha entre un Gobierno decidido a aprobar cuanto antes su reforma de pensiones y unos sindicatos aplicados a torpedearla se ha convertido, también, en la pugna personal entre un presidente de la República que tachó de inaceptables los bloqueos de depósitos de gasolina y un veterano sindicalista al que no se retira así como así de la entrada de su refinería de Grandpuits.

 Una encuesta que  publica hoy en el diario Ouest-France, mantiene que el 63% de los franceses justifica las nuevas jornadas de protesta.

El proyecto de ley que retrasará las pensiones, mientras tanto, sigue su camino legal: hoy está siendo examinado por una comisión paritaria Congreso-Senado, que se encargará de aquilatar el texto definitivo (tras las reformas incorporadas por el Senado en la última semana) para que los diputados de la Asamblea Nacional lo aprueben, definitivamente, el miércoles. Entonces restará sólo un paso: que el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, lo promulgue, cosa que hará, según la prensa francesa, sobre el 15 de noviembre. La votación del miércoles no aplacará el movimiento: Los sindicatos han convocado para el jueves otra nueva jornada de protesta, la novena.

¡No permitamos el silencio frente a la lucha de los trabajadores franceses!

¡La Huelga en Francia no se apaga!




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