Se cumplen 156 años de la abolición jurídica de la esclavitud en Venezuela

Enrique Arrieta

Enrique Arrieta

Credito: ABN

Caracas, marzo 24 - Hoy se cumplen 156 años de la abolición jurídica de la esclavitud en Venezuela.

Fue un 24 de marzo de 1854, cuando en un acto de hipocresía y de profunda crisis financiera, el entonces Presidente de la República de Venezuela, José Gregorio Monagas, lanza el decreto de abolición de la esclavitud, después que nuestras ancestras y ancestros africanos pusieron sus inteligencias, cuerpo, alma y vida en trece años de guerra de independencia, a los blancos criollos y a la nueva oligarquía latifundista, se les ocurrió que los soldados africanos y sus descendientes tenían que volver al régimen de la esclavitud…, eso sería terrible para la moral de hombres y mujeres niños que aspiraban la igualdad social que tanto ofreció Bolívar en sus decreto y el compromiso asumido ante el primer Presidente de la República de Haití, Alexandre Petión, en 1816. 

Por la fuerza de las armas y la represión someterían a la esclavitud a miles y miles de patriotas descendientes de africanos. Más de treinta años, tuvieron que esperar para que los africanos y sus descendientes se les decretara la libertad, que no fue tal pues, antes de darle la ansiada libertad, el Estado se comprometía a indemnizar a los "amos" por cada esclavizado y lo peor es que al darse el pago, los ex esclavizados no les fue entregado tierra, posibilidades de educación ni alimentación, teniendo que pasar a la fase de neoesclavitud llamada peonaje o trabajarle a los amos gratis, por solo un mendrugo de pan. 

En Río Chico los grandes cacaos recibieron sus indemnizaciones en 1856, es decir, en tierras barloventeñas el decreto de la abolición se cumplió dos años después.

La situación anterior es la que explica la de marginalidad y exclusión en la que siguen viviendo la mayor parte de los descendientes de africanos en Venezuela, al no poseer la tierra que es la base donde se desarrolla el trabajo humano, los afrodescendientes se hicieron los eternos peones de las grandes familias dueñas de los medios de producción, se quedaron en la mayoría de los casos sin acceso a la educación y privados del acceso al conocimiento científico contemporáneo, en Aragua esta situación se ilustra de manera dramática con la negación de centros de educación media y superior en las comunidades que antes fueron habitadas por los africanos esclavizados, basta decir que antes del Gobierno del Presidente Hugo Chávez sólo existía un liceo en Ocumare y otro en Choroní para atender la formación media de centenares de adolescentes de Costa de Maya, Cepe, Chuao, Choroní y todos sus caseríos, Cumboto, La Trilla, Aponte, Ocumare, Las Monjas, El Playón, Cata, Cuyagua. 

La única manera de cambiar esta situación fue mediante la organización de un colectivo de hombres y mujeres afroaragueños como Jorge Guerrero Veloz, Jarwin Echenagucia, Yolimar Álvarez, Argenis Delgado, José Célis, entre otros, quienes en articulación con el equipo de dirección de la Zona Educativa del estado Aragua liderizado por Maritza Loreto impulsaron la creación en 2003 de los Centros de Educación Integrales Comunitarios (CEICO) en poblaciones como Cumboto, Chuao, Cuyagua, los cuales no sólo llevaron la educación media por primera vez a estas comunidades sino que además incorporaron a los sabios abuelos de la zona a la formación de los mas jóvenes.

El racismo de hoy, entendido como una actitud de discriminar y subestimar a una persona por su color de piel, está más que demostrado que fue un invento que surgió, a partir de la mal llamada trata negrera y el sistema esclavista con fines capitalista de explotación de las y los africanos y sus descendientes. El racismo o segregación racial es científicamente falso e indemostrable, moralmente vergonzante y jurídicamente inviable. Sin embargo, existe y está aún en el mundo entero. No por casualidad después de una masacre racial, el 21 de marzo de 1960, en Shaperville, Sudáfrica, la ONU decretó el 21 de marzo como Día Internacional contra la Discriminación Racial, por el asesinato de 70 personas.

Muchos países han avanzado en la lucha contra el racismo y la discriminación en el campo jurídico y las políticas públicas.
Venezuela aún no tiene una ley que lo penalice como sí existen otros países como Brasil, el mismo Estados Unidos y algunos países europeos.

Diversas iniciativas de la Red de Organizaciones Afrovenezolanas han sido recogidas y materializadas por el Estado, lo cual se ha traducido en la ganancia de espacios de la vida pública por parte de este sector poblacional. Así, hoy pueden enumerarse algunos avances, como la creación de la Comisión Presidencial Permanente contra la Discriminación Racial en el Sistema Educativo Venezolano, ideada como una instancia vigilante de la ruptura de estereotipos que generan en el imaginario de niños y niñas afrodescendientes un proceso de autoexclusión.

“Si no me parezco a lo que veo entonces me avergüenzo de mi origen y trato de imitar ese patrón para hacerme visible”, ilustra Enrique Arrieta.

Con el mismo espíritu, se diseñó una Ley Orgánica de Educación que por primera vez reconoce que las comunidades afrovenezolanas poseen especificidades que deben ser incorporadas al estudio, especialmente en la evaluación de referentes para el repaso de la historia.
Asimismo, se creó la Subcomisión de Asuntos Afrodescendientes en la Asamblea Nacional, donde se debaten iniciativas parlamentarias en atención a estas comunidades, como las adaptaciones hechas sobre las leyes de Juventud y Defensa Pública, las cuales incorporan políticas específicas contra la racialización.

Entre los avances en materia de reconocimiento también destaca la celebración que desde el 2006 tiene lugar cada 10 de mayo, decretado como Día Nacional de la Afrovenezolanidad.

Entre los avances pendientes, destaca la elaboración en curso de un censo poblacional que refleje en cifras desagregadas la población de origen africano que hace vida en Venezuela. “Es un acuerdo que Venezuela suscribió con las Naciones Unidas y que el Instituto Nacional de Estadística prevé materializar para el año que viene, cuando la huella de África será contada en cifras”, señala Arrieta.

“Nuestra Constitución Nacional, en su artículo 21, establece que el Estado adoptará medidas positivas en atención a los grupos humanos objeto de procesos de marginación, propiciando su incorporación social”, dice. Se trata de la denominada discriminación positiva, a partir de la cual se evalúan las condiciones en que vive un sector específico, en este caso los afrovenezolanos, y se diferencian sus rasgos y carencias por medio de estadísticas.

“Es la población que menos acceso tiene al agua potable, a la educación media y superior y eso hay que precisarlo; así como dar a conocer particularidades genéticas que responden al origen étnico, como la propensión a enfermedades como hipertensión arterial y ciertos tipos de anemia”, ilustra.

Asegura que, una vez precisados los datos será más fácil avanzar, en consonancia con el carácter multiétnico y pluricultural de la población que consagra la Carta Magna.

“Queremos que nuestra gente se identifique en su historia, pues un pueblo que no entienda su pasado jamás entenderá su presente ni su futuro. Concentramos el mayor esfuerzo en las comunidades para explicar que ha habido políticas que no son inocentes, que responden a estructuras de poder que buscan invisibilizar y discriminar”, detalla. Paralelamente, trabajan en la descolonización de la educación para revertir patrones que muchas veces generan en el estudiantado afrodescendiente vergüenza étnica.

Asimismo, acercar la oferta de carreras con pertinencia socioeconómica a las poblaciones afrodescendientes a través de la Misión Sucre, a fin de que los cupos no sean abarcados en su totalidad por los mismos que, tradicionalmente, han tenido acceso a la universidad. También prevén proponer los cumbes como equivalencia de las comunas para los pueblos afrovenezolanos, espacios libertarios para las relaciones sociales, económicas y políticas: “Son formas organizativas que se parecen más nosotros”, dice.

En el campo político, aspiran conquistar espacios en la Asamblea Nacional y a nivel ministerial, lo cual posibilitará mayores escenarios de diálogo e inclusión.

“Sabemos que desmontar el andamiaje de la dominación cultural es un proceso lento que debemos impulsar con el apoyo de los medios masivos, sobre todo los del sistema público, donde consideramos falta presencia de afrovenezolanos”, expresa.

Arrieta considera que han empezado a recorrer el camino la nueva independencia, pero insta a una celebración bicentenaria que reivindique figuras que, al igual que los héroes reconocidos, fueron clave en la gesta liberadora y plantearon la construcción de una país de iguales.

“Insistiremos en conjugar nuestra agenda con la del gobierno, con el socialismo como única vía para lograr los objetivos y con una meta bicentenaria fundamental: exclusión cero”.


 El anteproyecto de Ley Contra la Discriminación Racial fue presentado ante la Comisión de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional (AN) para su debate, análisis y posterior elaboración del informe que será expuesto ante la plenaria y llevado a su primera discusión.

La Subcomisión de Legislación, Garantías, Deberes y Derechos de los Afrodescendientes de la AN fue la instancia encargada de elaborar el anteproyecto.

Por otra parte, el pasado 11 de marzo la Comisión Presidencial para la previsión y eliminación de toda las formas de discriminación racial se reunió en la sede del ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), a fin de continuar la discusión sobre la Ley contra la discriminación racial y étnica.

Luego de siete reuniones, representantes de esta comisión y de la Asamblea Nacional, Ministerio Público, Defensoría del pueblo, del ministerio del Poder Popular para la Mujer, la Cancillería, entre otros, se reunieron con diversos juristas a fin de definir los parámetros para la creación de esta ley que sancionaría cualquier acto de discriminación que ocurra en nuestro territorio.



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