Un misterio los objetivos en México de los militares británicos rescatados en cueva Alpazat

MARTIN HERNANDEZ ALCANTARA, LA JORNADA DE ORIENTE Y AGENCIAS

Cuetzalan, Pue., 25 de marzo. Los seis militares británicos que quedaron atrapados desde el jueves de la semana pasada cuando realizaban operaciones de "entrenamiento" en una cueva de Alpazat, en Cuetzalan, fueron rescatados sanos y salvos, informó el general Manuel Díaz, comandante de la 25 zona militar.

El operativo de salvamento duró aproximadamente 11 horas y movilizó a unos 40 elementos del Ejército Mexicano, cinco expertos en cavernas y cuatro buzos, dos de ellos británicos y dos mexicanos. También llegó a la zona personal de la Cruz Roja, cinco ambulancias y representantes de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla.

El embajador de Gran Bretaña en México, Vijay Rangarajan, confirmó en el lugar que funcionarios de la Secretaría de Energía también ingresaron a la gruta con contadores geiger para diagnosticar si existían gases en el lugar. Esto con el propósito de descartar el rumor de que los exploradores buscaban uranio o gas radón, explicó el diplomático.

En las maniobras de salvamento, todos los cuerpos del Estado mexicano se supeditaron a los mandos del ejército de Inglaterra y a la embajada de ese país. La subordinación fue tal, que el militar británico que estuvo al frente de las labores de socorro utilizó el equipo de radiocomunicación del Ejército Mexicano para dirigir desde la comunidad de Atyozinapan las faenas en Alpazat.

"¡Me da vergüenza ver cómo mi comandante se comporta con los extranjeros!", dijo un integrante de las fuerzas armadas nacionales que atestiguó las tres reuniones de planeación que tuvieron las autoridades inglesas con sus homólogas mexicanas.

Sólo los periodistas rompieron la "veda" que intentaron imponer los milicianos y diplomáticos europeos, y reclamaron a Vijay Rangarajan que pretendiera coartar el libre tránsito y además controlar la información, suministrándola a su conveniencia.

Cuando Rangarajan se negó a que los reporteros, fotógrafos y camarógrafos bajaran a Alpazat, éstos echaron abajo los palos y las cuerdas con las que las autoridades mexicanas -por órdenes de las inglesas-, improvisaron una cerca para restringir el paso a aproximadamente mil 500 metros de distancia de la cueva, y llegaron hasta las inmediaciones de la falla, donde el acceso fue impedido por un retén de la Policía Judicial estatal.

El diplomático se negó a hablar con los medios de comunicación, pero informó que los ingleses estaban en calidad de civiles y no de militares, como se había dado a conocer, además de que se negó a revelar a dónde serían trasladados para su atención.

No obstante, el coronel Ian Blair-Pieling, agregado militar de la embajada del Reino Unido para México y Centroamérica, presente también en la zona, dijo que "ellos (los espeleólogos) tenían la aprobación del ejército británico para el uso de su propio tiempo para entrenamiento de aventura, pero no es una orden", aseguró.

La Oficina de Comunicación del Ministerio de Defensa inglés calificó el proyecto como "una exploración de aventura con objetivos de entrenamiento", y explicó que el personal militar británico escoge una actividad a su gusto para desarrollar habilidades.

Las labores dependieron por completo de los buzos, quienes ingresaron a Alpasat alrededor de las 6:30 horas y sacaron al último militar cerca de las 17:20. Al salir, los militares británicos lucían buen talante. La Cruz Roja reportó que su estado de salud era "inmejorable".

Pasadas las 17:00 horas, los militares rescatados fueron presentados ante los periodistas, dejaron que les tomaran imágenes, pero se negaron a hacer declaraciones. Luego subieron a la planicie, acompañados por Vijay Rangarajan y se marcharon en una camioneta del Ejército Mexicano sin dar ninguna explicación, al igual que su representante diplomático.

"No están en calidad de detenidos", aseguró el general Manuel Díaz, tras la polémica suscitada por la presencia del equipo.

Hasta ese sitio arribaron pobladores de Atyozinapan movidos por la curiosidad. En un momento dado hubo entre 100 y 150 personas alrededor del retén de la Policía Judicial y por espacio de dos horas el tráfico de vecinos fue incesante; hubo inclusive familias enteras que acudieron a la zona sólo para ver la cueva.

Junto con los otros seis ingleses que durante todos estos días esperaron afuera de la cueva, fueron trasladados a un hotel de la cabecera municipal de Cuetzalan, de donde serán trasladados a la ciudad de México. De inmediato el edificio fue custodiado por policías estatales y municipales.

Pese a que el gobierno inglés reconoció que la docena de militares realizaba entrenamiento bélico en las cavernas de la región, Vijay Rangarajan sostuvo su dicho de que el grupo se dedica a la "espeleología" y tenía la encomienda única de "hacer mapas" de la red de cuevas.

Cuando al comandante de la 25 Zona Militar, Manuel García, se le cuestionó quién estaba al frente de las labores de socorro, respondió que Protección Civil del gobierno estatal. Ante la misma pregunta, el regidor de Gobernación del ayuntamiento de Cuetzalan, Moisés Zamora Vázquez, expresó: el control absoluto "es de la embajada de Inglaterra. El personal de la embajada es el que está ordenando todo, ellos nos dijeron cómo se debe hacer y pidieron que no se permitiera el paso a cierta distancia de la cueva", señaló.

(CON INFORMACION DE AFP, DPA Y REUTERS)





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