El precio de la máquina imperial de matar

El Congreso de EEUU revela el "costo oculto" de las guerras de Bush

Al fundamento histórico de las "guerras de Bush" no hay que buscarlo en los sótanos de la psiquiatría o del fundamentalismo religioso (como hacen la mayoría de los analistas de la izquierda y la derecha), sino en los sótanos de las corporaciones armamentistas del lobby judío de Wall Street (el "poder real" del capitalismo norteamericano) que siguen cosechando multimillonarias ganancias con las políticas de conquista militar del Pentágono. Curiosamente, el Congreso de EEUU (que avaló todas las conquistas militares lanzadas históricamente por la Casa Blanca) acaba de "revelar" que los costos de las guerras del Pentágono se duplican según un informe parlamentario difundido el martes.

El 11-S no solamente instaló un nuevo sistema de control social por medio de la manipulación mediática con el "terrorismo", sino que además inauguró un "nuevo orden internacional" (sustitutivo de la "guerra fría") basado en la "guerra contraterrorista" que sirve de justificación a las nuevas estrategias expansionistas del Imperio norteamericano y de las corporaciones trasnacionales capitalistas.

En un planeta sin guerras inter-capitalistas, ya casi sin conflictos armados (al margen de Irak, Afganistán y Medio Oriente), la leyenda de Bin Laden y el "terrorismo internacional" sirvió (y sirve) para alimentar y justificar las estrategias expansionistas del Imperio norteamericano, para crear nuevos y potenciales mercados a la trasnacionales capitalistas de EEUU y Europa, y para mantener en funcionamiento a los complejos militares industriales que han encontrado en la "guerra contraterrorista" su nueva tajada ganancial en el negocio armamentista.

En términos reales, y al margen de cualquier otra consideración geopolítica o estratégica, la "guerra contra el terrorismo" fue inventada para hacer negocios y abrir un nuevo ciclo de expansión capitalista con las conquistas militares que lanzaron Bush y los halcones tras el 11-S.

 

En febrero del año pasado, un informe del Pentágono señalaba que EEUU se preparaba para actuar en "guerras convencionales simultáneas", y en conflictos irregulares y prolongados como en Irak.

El presupuesto solicitado por el presidente George W. Bush en febrero pasado, para el Departamento de Defensa de Estados Unidos al Congreso legislativo, para el año fiscal 2007-2008, es el más grande desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), según coincidieron en ese momento varios medios estadounidenses.

De un total de 2,9 billones de dólares de presupuesto federal, la administración Bush, presionada por la oposición en control del Congreso para que retire las tropas de Irak, decidió destinar un récord de 700.000 millones de dólares en gastos de defensa y seguridad, sorprendiendo a sus propios detractores y opositores.  

"El presupuesto más grande desde la era Reagan", tituló el periódico The Washington Post, con el subtítulo: "Iraq, Afganistán gastan más que la guerra de Vietnam" (1964-1975).

"El gasto en la guerra superará a las marcas de la guerra de Corea (1950-1953) y Vietnam", tituló el diario The Congressional Quarterly, en tanto que The New York Times mencionaba en su portada la la palabra "Récord" para definir el multimillonario presupuesto militar de los halcones.

Uno de los títulos de The Washington Times decía: "La asignación a programas de seguridad superó a las de todo el resto del mundo combinadas", y en el primer párrafo del artículo señalaba que fue "la más grande suma desde 1946".

"Lo que es extraordinario del presupuesto militar de este año es que es el más grande desde la Segunda Guerra Mundial, pero, por supuesto, no estamos peleando la Segunda Guerra Mundial", subrayó en febrero el experto en temas de defensa William Hartung, del Instituto de Políticas Mundiales, en Nueva York.

"Estamos combatiendo redes terroristas armadas con explosivos y rifles de asalto AK-47. Esto debe ser considerado un triunfo del lobby de las armas, que por supuesto nos vende cosas que no necesitamos cuando el presidente dice que estamos bajo peligro mortal", añadió.

El "costo oculto" de la máquina de matar

Pero si el nuevo presupuesto militar de Bush presentado en febrero pasado dejó boquiabiertos a los expertos militares, un estudio realizado por miembros del Partido Demócrata en el Congreso de Estados Unidos y difundido este martes revela que la guerra en Irak y Afganistán costó -hasta ahora- casi el doble de lo que se previó originalmente.

El estudio de los congresistas demócratas revelado por The Washington Post, y que fue presentado este martes en el Capitolio, señala que los "costos ocultos" han elevado el precio de las guerras en Irak y Afganistán a aproximadamente 1,5 billones de dólares.

Esa cifra es casi el doble de los 804.000 millones de dólares que la Casa Blanca ha gastado o solicitado, según el texto demócrata del Comité Económico Conjunto del Congreso, que examina los costos ocultos de las guerras, puntualizó el Post.

Según este comité, los "costos ocultos" incluyen los precios más altos del petróleo, el gasto de atender a los veteranos heridos y los intereses por el dinero pedido prestado para pagar las guerras, aclara el diario dejando en descubierto la participación de los grupos financieros en el negocio de financiación de las guerras.

En el informe difundido por el Post, los demócratas del comité económico conjunto del Congreso dicen que ambas campañas militares (Irak y Afganistán) han costado unos US$20.000 a la familia promedio del país.

Una de las proyecciones que hacen los autores del documento es que en la próxima década el monto podría ascender a US$46.300.

El informe calcula los costos ocultos generados por el conflicto, incluidos el aumento en los precios del combustible y los tratamientos médicos con que se asiste a los veteranos de guerra heridos.

El Comité Demócrata estima que el tratamiento médico al que son sometidos los veteranos podría añadir US$30.000 millones más a los costos de las intervenciones militares, incluyendo los pagos por incapacidad y los ingresos que dejarán de percibir aquellos ex combatientes afectados con desórdenes postraumáticos.

El informe consigna que las cifras indican que los conflictos costaron a los contribuyentes alrededor de US$1,5 billones (millones de millones).

El Post citó a expertos en financiación bélica que señalaron que es difícil calcular el impacto preciso de la guerra en los precios mundiales del petróleo y añadieron que era especular demasiado calcular cuánto costaría la guerra con el tiempo porque las situaciones cambian a diario en el campo de batalla.

El negocio de la guerra

Los gastos militares aumentaron el año pasado un 3,5 por ciento hasta alcanzar los 1,2 billones de dólares (casi 900.000 millones de euros) al aumentar los costos de la "guerra antiterrorista" y de las operaciones de la ocupación estadounidense en Irak y Afganistán, según el informe anual dado a conocer este año por el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).

Con un gasto en armamento que insume el 46 por ciento del total mundial, EEUU encabeza la lista de los que más desembolsan en armamento, seguido de Gran Bretaña, Francia, China y Japón, cada uno con entre el cuatro y el cinco por ciento, según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo.

EEUU es el país con el mayor gasto militar en el planeta, dado que su presupuesto supera el del total combinado de los 32 países más ricos del mundo.

El Gobierno de EEUU ha destinado 432.000 millones de dólares a la categoría "guerra mundial contra el terrorismo" desde septiembre de 2001 hasta junio de 2006, añadió el informe del SIPRI.

¿Pero quién se beneficia de esta inversión para alimentar la máquina de matar del Imperio?

Según un informe de la organización Project on Government Oversight, entre los consorcios que se benefician en primer lugar de este multimillonario negocio de la guerra se cuentan Lockheed Martin, la gigante aeroespacial Boeing, Northrop Grumman, contratista de la Fuerza Aérea, Raytheon, y General Dynamics.

Northrop Grumman también juega en grande en el área de buques de combate, pues son de su propiedad los astilleros de Newport News, en Virginia y Pascagoula, en Mississippi.

Los tres consorcios también obtienen fabulosas ganancias del proyecto de Bush para colonizar la Luna y enviar una misión tripulada a Marte, que conforman la base de la nueva carrera armamentista en el espacio.  

Boeing y Lockheed Martin también son las tres mejor posicionadas en el campo nuclear-espacial debido a los fabulosos contratos relacionados a lanzamientos espaciales, así como con el área de satélites y misiles, manteniendo ambos consorcios una sociedad para operar la Alianza Unida del Espacio (United Space Alliance), empresa conjunta a cargo del lanzamiento de los transbordadores espaciales.

Los costos desembolsados para presupuestos de guerra son abonados por el Tesoro de EEUU y absorbidos por toda la población norteamericana a través de los impuestos, pero las ganancias de las guerras de conquista van a las arcas de las grandes corporaciones sionistas del Complejo militar y de Wall Street.

Como puede apreciarse, las acciones militares criminales y conquistadoras de Bush no responden al "fundamentalismo religioso" sino a la voluntad y los intereses de los consorcios económicos (bancos, empresas, armamentistas y petroleras) que llegan detrás de los tanques, misiles y aviones, para apoderarse del petróleo y de los recursos naturales, y concretar fabulosos negocios con la "reconstrucción" de los países destruidos militarmente

Se trata de un súper-negocio de la muerte (la sangre de la guerra negociada en números capitalistas) donde Bush, el "loco", el "religioso fundamentalista", es apenas la frutilla de la torta.


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