Empoderamiento del pueblo: poder popular

Llegó la hora: los excluidos se están organizando, nadie podrá ya ignorarlos. No les alcanza para imponer, pero les sobra para resistir.
Ya no es una utopía, pero decir que está al alcance de la mano sería un error que nos llevaría a pensar que la derecha está muerta.
Surge como una exigencia perentoria en las diversas agrupaciones comunitarias
Vislumbramos capacidad de organización e instrumentos necesarios para construirlo: la Constitución Bolivariana de Venezuela y los Comités Locales de Planificación Pública.

Muchos teóricos del siglo XIX y XX, dedicaron extensas y profundas reflexiones en torno del Poder, y en específico al Poder que debe residir en el pueblo. En lo que respecta al ámbito del movimiento popular, podemos citar tres posiciones típicas:
La concepción clásica del marxismo-leninismo que se expresa como la “toma del poder”·.
La de pensadores influenciados por el postmodernismo, cuya concepción es de la de “huida del poder”.
La de militantes de los nuevos movimientos sociales y políticos que prefieren hablar de la “construcción del poder”. Se trata de una tipificación que permite tomar las diversas concepciones como si se tratase de casos puros y resaltar, de esa manera, las diferencias y oposiciones. En la realidad las concepciones se suelen entrecruzar.

Por razones metodológicas centraremos nuestra exposición en lo que respecta a la premisa de la “construcción del poder popular”, dentro del contexto del proceso revolucionario que vive el país a partir de la victoria del presidente Chávez en 1998 hasta la reafirmación y relegitimación de su magistratura el 15 de agosto de 2004.

Antecedentes: Mafiocracia
Crearíamos un inconveniente conceptual, si nos propusiéramos abordar el tema del poder popular sin contextualizarlo históricamente; es decir, sin tomar en consideración la realidad social, política y económica antes de que Chávez asumiera el poder. Salvo en las aproximaciones teóricas de la izquierda venezolana, no podemos hablar de poder popular, porque el poder estaba secuestrado en una suerte de MAFIOCRACIA, ( conjunción sinistra de políticos con empresarios, jueces, sindicalistas, banqueros) en los partidos políticos, en los gobiernos alternos de AD y COPEI, en la sempiterna CTV, en los empresarios “productivos” (Fedecámaras) gracias a la discrecionalidad de los funcionarios de turno, en la misma Iglesia beneficiaria eterna de los poderosos, en los intelectuales orgánicos, que como cita Gramsci, funcionarios de la superestructura al servicio de la clase dominante que representan y con la cual mantienen una vinculación social y económica muy estrecha.
Como sostienen los investigadores Mario Sanoja Obediente e Iraida Vargas Arenas (Question, octubre 2003) gente de clase media y de la gran burguesía, tanto de la izquierda como de la derecha, que asumió desde de los años 60 un discurso mesiánico que las consagraba bien como vanguardias de la revolución mundial o del anticomunismo mayamero y como defensores autoproclamados, ambos, de los intereses de los sectores populares. Tal es el caso de Pedro León Zapata, Angela Zago, Soledad Bravo, Manuel Caballero, Elías Pino Iturrieta, Teodoro Petkoff, Américo Martín, Arturo Sosa, Orlando Urdaneta, entre muchos.
Pero a partir de 1998, cuando los sectores populares, los monos, asumieron su propia representación política, ambos sectores de la izquierda y la derecha se sintieron traicionados por sus súbditos y particularmente por su caporal, Chávez, quien desdeñó el empleo de gerente por nueve días que aquéllos le ofrecían y se plantó como lo que es, antiguo campesino pobre que defiende preferentemente los intereses de sus iguales.

Asidero Jurídico: La Constitución Bolivariana
Lo popular estaba identificado con la exclusión social de modo encubierto a través de la denominada democracia representativa. Hasta aquí todo era reforma.
En Venezuela el verdadero poder popular comienza a vislumbrarse – a parte de la Batalla de Santa Inés, luego del asesinato de Zamora, cuando las clases populares desatan una guerra de no menos de cinco años en contra de la oligarquía vende patria del siglo 19 - con la Constitución Bolivariana de 1999; y lo podemos observar tal como lo tipifica su preámbulo:
“...con el fin supremo de refundar la República, para establecer una sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, (...)que consolide los valores de libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la convivencia y el imperio de la ley para esta y para generaciones futuras, (...) en ejercicio de su poder originario representado por la Asamblea Nacional Constituyente mediante el voto libre y el referendo democrático...”
De igual modo se percibe el poder popular inicialmente, entre otros, mediante los artículos 5 y 6, que establecen que “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo” y “el Gobierno es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”, respectivamente.

ALGUNAS CONSIDERACIONES CONCEPTUALES

Hegemonía y Construcción del Poder Popular:
Nos serviremos del aporte de Antonio Gramsci por lo que entenderemos como hegemonía: consenso de los ciudadanos. Ese consenso es poder. Construir la hegemonía es construir poder, poder horizontal, democrático, lo cual significa, a la vez, construirse como sujetos.
Gramsci planteaba, para las sociedades avanzadas, con sociedad civil ampliamente desarrollada, que la hegemonía debía preceder a la toma del poder o del Estado. En realidad, ese principio vale para toda revolución y no sólo para las sociedades avanzadas, porque si la hegemonía no se construye en el camino, no se la construirá posteriormente. Se repetirán las prácticas anteriores.
La hegemonía como consenso democrático no puede ser construida desde arriba, porque ello implica subordinación. Quien detenta el poder del Estado o el poder político y económico puede obtener legitimación, que implica aceptación de la dominación, pero no-hegemonía en el sentido de consenso democrático. Este sólo puede lograrse desde el seno de la sociedad civil. Es una construcción que se realiza entre iguales, entre sujetos que se reconocen mutuamente como tales.

Criterios fundamentales para la construcción del poder popular:
No se debe partir de organizaciones o partidos políticos ya estructurados, con línea clara para bajarla a los sectores populares que se están movilizando. Esta nueva práctica expresa todo lo contrario de la construcción de una nueva sociedad en la que sus miembros sean sujetos reconocidos. Esta representación partidaria es la representación de la sociedad en la que unos saben y los otros son ignorantes, unos son esclarecidos y otros andan en tinieblas, unos mandan y otros obedecen.
Es necesario dejar de lado la concepción leninista de que el proletariado o, en nuestro caso, a los sectores populares, se les inyectará conciencia “desde afuera”.
La conciencia crece en la práctica, en la acción, en la lucha.
Hay que tener en cuenta que en ese proceso de práctica-conciencia, de lucha-reflexión se cometen errores, pero esos errores son más fructíferos y tienen mayor importancia histórica que la infalibilidad del mejor “Comité Central”. Los pueblos en su lucha aciertan y se equivocan, logran victorias y sufren derrotas. Aprenden continuamente. Una dirigencia infalible nunca aprende, ya lo sabe todo.
En contra de una determinada élite revolucionaria que desde arriba, desde afuera pretende dar conciencia a los trabajadores, o a los sectores populares, es conveniente hacer efectiva la concepción gramciana de que se debe partir del “buen sentido” que radica en el desagregado y caótico “sentido común” que se encuentra en dichos sectores. O, en palabras del Che, ayudar a desarrollar “los gérmenes de socialismo” que se encuentran en el pueblo.


Génesis del Poder Popular venezolano
Como apuntaran los investigadores Mario Sanoja Obediente e Irradia Vargas, (Question, Feb. 2004) en Venezuela existió desde el siglo XIX una masa social irredenta que anduvo de batalla en batalla buscando una esperanza, una revolución un liderazgo que la guiase para trascender su situación secular de explotación y pobreza. Su encuentro con Chávez – señalan los investigadores- y la revolución bolivariana ocurrió el 4 de febrero de 1992 y se institucionalizó en las elecciones de 1998.
Nosotros añadimos, que se materializó, con la reafirmación del mandato presidencial el 15 de agosto reciente; cuando el movimiento popular guiado personalmente por el primer y único líder, Chávez, a escasos 65 días para el referendo presidencial, logró la organización y participación – a través de una sencilla estructura: unidades de batalla electoral (UBE) y las patrullas, lo cual venía a sustituir el fracasado Comando Ayacucho – de una considerable masa de viejos y nuevos electores, con un mayor nivel de conciencia política (en torno del ideario histórico de la Batalla de Santa Inés, donde Zamora derrotó a los bisabuelos de la oligarquía actual) que dieron al traste nuevamente con las apetencias desmedidas de poder de una oposición enfermiza y fragmentada, “amalgamada” en la mal llamada Coordinadora Democrática.
Con esta nueva y octava victoria del 15 de agosto, consideramos que el paso obligado a continuación debe ser la consolidación de la conciencia social y política de las masas populares, la organización de colectivos sociales conscientes de que la esperanza y el camino hacia la luz de la libertad dependen de su capacidad de luchar por defender sus conquistas sociales. Ello pasa por el proceso de construir un nuevo Estado, para lo cual es necesario hacer un baypass que soslaye la vieja burocracia de la Cuarta República (y muchos factores políticos de esta Quinta).

Ventaja circunstancial y tangible
No se trata de hacerle oposición al sistema; es decir, que es el mismo pueblo, impulsado por su máximo líder, quien propicia e impulsa la construcción del poder popular. Aquí, a diferencia de otros países, este poder no hay que arrebatarlo, lo poseemos. Aunque no debe perderse de vista que existen sectores antagónicos a este proyecto revolucionario, tanto dentro del proceso del cambio como fuera de éste.
Con relación al líder del proceso, Hugo Chávez, posee condiciones nunca antes vista en un sujeto político, que más allá de sus errores, es por demás carismático, lleno de pueblo, percibido como un mortal humano y social, que maneja la misma gramática y los mismos símbolos que el pueblo; de allí, su fácil asimilación a la masa, a lo cotidiano; líder capaz de reírse de sí mismo, (algo auto cuestionable en los líderes de la cuarta república); con un poder de convocatoria hasta ahora no superado por ningún representante de la oposición tanto del presente como del pasado.
Además, debemos añadir lo relativo a las diversas misiones que están hoy día en proceso de ejecución, que apuntan a emprender una modificación de lo existente: eliminar el analfabetismo, promover la salud y la atención sanitaria básica, escolarizar a la población, aumentar el nivel de conocimientos desde la secundaria hasta la universidad, capacitar laboral y profesionalmente a la población, capitalizar vía el crédito la actividad productiva de los colectivos, convertir la defensa nacional en u proyecto que es tanto militar como político, cultural, económico y social. ( Question, No. 20)

Cómo se construye
Conceptualmente, se trata de darle el poder a las comunidades del pueblo soberano, construir desde abajo para que el Estado sea propiedad social de todos los venezolanos. Ello será cual agua que se filtra por las rendijas de la roca y emerge al final como hilos de agua que se unen y forman torrentes, que forman cascadas, que a su vez forman ríos que alimentan océanos. Cuando eso suceda, habrá ocurrido finalmente una Revolución. Cuando el Gobierno se transforme en instrumento del pueblo.

En la Práctica ese Poder popular se construye a través de los Consejos Locales de Planificación Pública, de las asambleas de ciudadanos, impulsando los gobiernos comunitarios y parroquiales, las cooperativas, los comités de tierra urbanos.

CONSEJOS LOCALES DE PLANIFICACIÓN PÚBLICA
Dentro del creciente proceso revolucionario, alentado e impulsado por el Presidente Hugo Chávez, la Asamblea Nacional aprobó, en el año 2002, la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, instancia destinada a permitir una participación protagónica de la comunidad organizada en la toma de las decisiones públicas que les concierne.

Naturaleza
El Consejo Local de Planificación Pública es el órgano encargado de la planificación integral del gobierno local, para lo cual se sujeta en lo dispuesto en el artículo 55 del Decreto No. 1.528 con Fuerza de Ley Orgánica de Planificación, con el propósito de lograr la integración de las comunidades organizadas y grupos vecinales mediante la participación y el protagonismo dentro de una política general de Estado, descentralización y desconcentración de competencias y recursos, de conformidad con lo establecido en la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela.
Cada Consejo Local de Planificación Pública promoverá y orientará una tipología de municipio atendiendo a las condiciones de población, nivel de progreso económico, capacidad para generar ingresos fiscales y propios, situación geográfica, elementos históricos, culturales y otros factores relevantes. El Consejo Local de Planificación Pública responderá a la naturaleza propia del municipio.

Integración
El Consejo Local de Planificación Pública estará integrado por:
Un presidente (a), quien será el Alcalde o Alcaldesa.
Los Concejales (las) del municipio.
Los presidentes (a) de las Juntas Parroquiales
Los representantes de organizaciones vecinales de la parroquia, el o los representantes, por sectores, de las organizaciones de la sociedad organizada y el o los representantes de las comunidades o pueblos indígenas, donde los hubiere.

Entre las Funciones que tendrá el Consejo Local de Planificación Pública se pueden mencionar las siguientes:
Recopilar, procesar y priorizar las propuestas de las comunidades organizadas.
Impulsar y coadyuvar, orientar y presentar dentro del Plan Municipal de Desarrollo las políticas de inversión del presupuesto municipal contempladas en el artículo 178 de la Constitución Bolivariana de Venezuela.
Controlar y vigilar la ejecución del Plan Municipal de Desarrollo
Impulsar con el poder nacional, estadal o municipal, así como con las comunidades organizadas, el Plan de Seguridad Local de las Personas y Bienes.
Elaborar el mapa de necesidades del municipio.
Elaborar un banco de datos que contenga información acerca de proyectos, recursos humanos y técnicos de la sociedad organizada.
Evaluar la ejecución de los planes y proyectos e instar a las redes parroquiales y comunales a ejercer el control social sobre los mismos; entre otras.

Un aspecto importante a considerar es que la comunidad organizada, para postular sus representantes al Consejo Local de Planificación Pública, deberá hacerlo por intermedio de una organización civil creada de acuerdo a la ley, en asamblea de sus miembros.

Así mismo, todo proyecto presentado al Consejo Local de Planificación Pública, deberá ser aprobado previamente por la comunidad respectiva, reunida en asamblea, a fin de garantizar el cumplimiento del art. 62 de la Constitución Bolivariana, que consagra el principio de participación y el protagonismo.

Las alcaldías están obligadas a darle curso a los proyectos que las comunidades organizadas presenten, con cargo a los porcentajes de las asignaciones que correspondan a éstas, por concepto de leyes que otorguen y transfieran recursos para las comunidades organizadas.

En torno a la Contraloría Social, las comunidades organizadas podrán vigilar, controlar y evaluar la ejecución del Presupuesto de Inversión Municipal, en los términos que establezca la ley nacional que regule la materia.

Construir nuevo poder, significa crear nuevas relaciones humanas, nuevas relaciones sociales, nuevas relaciones políticas.
La solidaridad, la ayuda, el diálogo, la creatividad, la fiesta, el compartir constituyen valores esenciales del socialismo, del poder popular, de cada día.
Cuyo fin último es refundar la República, avanzar hacia una economía productiva, logrando el adecentamiento de las instituciones públicas y la construcción de una ética y moral republicana.
En una próxima entrega, abordaremos lo concerniente a las categoría Reforma o Revolución del proceso bolivariano y el estatus de la fuerza laboral petrolera dentro de la construcción del poder popular.

FUENTES CONSULTADAS:
Rubén Dri Retruco. Octubre 2003. “Debate sobre el poder en el movimiento popular”. ( http:/home.planet.nl/- peara/debate.htm )

Hugo Alberto de Pedro. “Crisis Argentina: Construir el poder popular”. La insignia. Argentina. Agosto 2002. (www.lainsignia.org/2002/agosto/ibe_014.htm)

Revista Línea. 2002. “Primero, el acto de poder popular”. Argentina. Pensamiento y Proyectos Alternativos. (www.revistalinea.com.ar/notas/julio2002/actualidad.htm)

Mario Sanoja Obediente e Iraida Vargas Arenas. “El origen de monos y escuálidos” (Un necesario análisis antropológico de nuestra sociedad) Oct. 2003. Question No.16.

Mario Sanoja Obediente e Iraida Vargas A. “La vía del cambio social”. (Un amplio frente social asume el rol de vanguardia) Feb. 2004. Question No. 20.

Antonio Gramsci y El Bloque Histórico, citado en uno de los “Temas de Interés”: “La Gobernabilidad y su impacto en Pdvsa”, suscrito por la Gerencia Corporativa de Asuntos Públicos. Agosto. 2004.

Constitución Bolivariana de Venezuela

Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública. Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES) Junio 2004.

Entrevista a William Izarra. Coordinador nacional Comando Maisanta; El Mundo, Lunes 23 de agosto. p.12.

Documental: Memoria del Saqueo. Crisis Argentina. Argentina. 2004. Transmitido por Vive TV.







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