Necesitamos libros, no explosivos.
Bases nuestras, de Paz, para la liberación y el desarrollo sustentable. No bases ajenas, de guerra y para nuestro propio sometimiento.
Comida y agua para todos. No aviones de avance para incinerar campos y contaminar embalses.
Centros de estudio de lo nuestro. No plataformas militares a cargo de extranjeros.
Necesitamos pacifistas, no mercenarios.
Soldados-Pueblo, no gorilas indignos ni vende-patrias ni para-militares.
Necesitamos intelectuales-Pueblo, no vedettes.
Educadores para la dignidad y la emancipación permanente. No instructores permanentes, ilustrados por la Escuela de las Américas en toda suerte de coacciones, carnicerías y torturas.
Necesitamos líderes en el compromiso de clase, no blandengues, deshonestos, pitiyanquis, petulantes o lumpen-proletarios.
Jóvenes estudiosos, consecuentes, humildes, críticos, orgullosos, no reses (y perdón a las pacíficas reses).
Hombres amorosos, respetuosos de la mujer, de los niños, de la naturaleza. No bestias machistas, resentidas y egoístas.
Mujeres amorosas, respetuosas del hombre, de los niños, de la naturaleza. No falsas feministas, revanchistas y egoístas.
Necesitamos de ti como un ser más sensitivo, más brillante, más creativo, más perspicaz, más digno.
Bien decía Martí: “Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer”.
Necesitamos de ti más protagonista de las más altas misiones para derrotar a cada minuto esas bestias mutantes que son la alienación, el consumismo, el individualismo, el culto a Holywood y el aburguesamiento.
Necesitamos cuadros socio-políticos y culturales más preparados. Cuadros preparándose más y re-politizándose más a cada minuto. No simples prosélitos o burócratas.
Necesitamos de traductores de lo que fue el socialismo real, histórico, pasado, ya cancelado. Y visionarios y constructores de lo que puede y debe ser el socialismo nuestro, hoy y mañana, en cada contexto y de la mano de todos nuestros hermanos de lucha de clase del mundo.
Para controlar el narcotráfico y la narco-dependencia necesitamos más poesía. Más musa para encantar el mundo y más claridad histórica e ideológica para dar sentido a la vida y a nuestros proyectos. No más acorazados, portaviones, bombarderos y factorías de pertrechos.
Necesitamos inventar la religión de la solidaridad. Y huir de todas aquellas que glorifican el fanatismo, la cultura del odio y la apología de la muerte.
Requerimos que tú y cada uno de nosotros lleguemos a realmente ser en democracia, a inventar en democracia, a equivocarnos en democracia, a enmendar en democracia, pero unidos. Unidos así, con mayúsculas… Es decir, Unidos —pero no por los Estados Unidos—.
Advertía Bolívar: “De la paz se debe esperar todo, de la guerra nada más que desastre”.
En este delicado contexto todos los patriotas y pacifistas (y no sólo los revolucionarios) estamos en la obligación de preguntarnos: ¿Cómo prepararnos para evitar la guerra?
“Haga cada uno su parte de deber —nos requería Martí— y nada podrá vencernos”.
delgadoluiss@gmail.com