Ahora sí les llegó la hora

La lucha contra el latifundio y la búsqueda de la soberanía alimentaria en Venezuela

Después de que se disuelve de facto la Gran Colombia en 1830, se abre lo que se conoce como el ciclo del “caudillismo”. El país es insertado en el mercado capitalista mundial con el café como producto básico de exportación convirtiéndose esto último en la primera actividad comercial y mercantilista de explotación agrícola.

La Insurrección Campesina que estallo en septiembre de 1846, bajo el lema de tierras y hombres libres, fue un movimiento de carácter popular y social que se extendió hasta mayo de 1847, entre sus líderes estaba Ezequiel Zamora el Jefe del Pueblo Soberano, quien se convirtió en el caudillo nato del pueblo. Esta insurrección fue la expresión violenta y armada de la lucha de clases entre explotados y explotadores. En este sentido resulta pertinente considerar lo planteado por Federico Brito Figueroa:

El latifundio no solamente subsiste sino que se incrementa a expensas de las tierras baldías nacionales y municipales, incorporadas al domino privado sin limitación alguna y en términos que superan el proceso de “ocupación y composición” ocurrido en Venezuela colonial, en la segunda mitad del siglo XVIII.

Posteriormente Zamora resurge en La Guerra Federal, adoptando el canto “Oligarcas, Temblad”, como himno de la Revolución, esta se caracterizo por ser una lucha armada, con carácter de guerra civil, sostenida entre los liberales contra el gobierno de los conservadores entre 1859 y 1863, una de las causas fundamentales de la misma se encontraba en el reparto desigual de las tierras, y la ganadería en manos de unas cuantas familias de caudillos militares que habían luchado en la Independencia. Es importante mencionar que en este periodo ocurre la abolición de la esclavitud, de esta manera se inicia el latifundio

La economía venezolana se sustentaba a finales de 1878 de los ingresos provenientes de la agricultura del cacao y del café, en esta misma época se inicia la explotación del petróleo en el estado Táchira en la Hacienda “La Alquitrana” con la participación de la compañía petrolera del Táchira.

En el año 1914 es cuando comienza el auge del petróleo en Venezuela, al mismo tiempo se desarrollo un conjunto de valores contrarios a las costumbres y raíces culturales esto se hizo para domesticar y dominar al pueblo venezolano, iniciándose el éxodo del campo a la ciudad y la constitución de los cordones de miseria en las grandes ciudades, por parte de quienes cultivaban la tierra, al ver que los obreros petroleros percibían un mejor ingreso.

De tal manera, se instauro el modelo de producción capitalista y una alianza entre la clase burguesa con los terratenientes que habían robado las tierras, al mismo tiempo que el Estado estableció su relación con los sectores dominantes transnacionales para así tributar a los intereses del imperio y dar inicio a la hegemonía del capitalismo. A raíz del posicionamiento de la industria del petróleo en la economía Venezolana; esté pasa de productor agrícola a monoproductor minero, comenzando a depender de la renta petrolera.

Bajo el paradigma de la Revolución Verde se acentuaron los problemas ambientales en nombre de la expansión de la frontera agrícola y se incrementaron los desequilibrios sociales.

En tal sentido, las reflexiones del documento del PFG en Agroecología, generado por una construcción colectiva en el año 2005 son ilustrativas al respecto que:

Venimos de un enfoque perverso de la agricultura. A finales de la década de los años cuarenta e inicio de los cincuenta, se configura el enfoque industrial de la agricultura venezolana: La revolución verde (grandes extensiones de cultivo). Ello supuso un característico paquete tecnológico, pensado en los países del mundo desarrollado, con base en una tecno-ciencia especialmente orientada por las disciplinas mecánicas y químicas y cuya búsqueda fundamental, se limitaba a la eficiencia de los procesos productivos, específicamente al aumento de los volúmenes de producción; ello en sí mismo, constituyó lo que se llamaría la modernización de la agricultura en nuestros países.

Como parte de la lucha reivindicativa por la tenencia de la tierra en Venezuela ocurre un hecho muy importante como fue la promulgación de La Ley de la Reforma Agraria el 5 de Marzo de 1960 durante la presidencia de Rómulo Betancourt. Este documento fue producto de un consenso nacional, en donde participaron sectores como la Iglesia y el Partido Comunista de Venezuela, entre otros. Se perseguía una meta en común: la equitativa distribución de las tierras.

La promulgación de una Reforma Agraria en nuestro país fue de vital importancia, ya que se pretendía que los campesinos tuvieran mayores oportunidades de adquirir las tierras, eliminando así el arrendamiento de las mismas. Además, se buscaba eliminar el sistema latifundista y el estrato social de los terratenientes.

Con esta reforma se quería que los campesinos retornaran a los campos que habían abandonado, luego del boom petrolero. Su buscaba implementar un sistema de propiedad, tenencia y explotación justa de la tierra, basado en la equitativa distribución de la misma.

Este cambio en las políticas agrícolas perseguía que los campesinos pudieran tener acceso a los créditos para que se le fuera posible trabajar la tierra, además de una atención integral que le garantizase su estabilidad económica, su bienestar social y la garantía de su libertad y dignidad. Sin embargo su objetivo no fue logrado.

Antes de que se promulgara la Reforma Agraria en 1960, hubo dos intentos de ley que no pudieron aplicarse: la del Presidente Medina Angarita (1945) y la de Rómulo Gallegos (1948)

No fue, sino hasta el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1989, cuando en el país, se hizo sentir el clamor de las masas enardecidas que decidieron romper el silencio y las ataduras impuestas por el bipartidismo y la cultura política complaciente.

Ya para el 27 de febrero de 1989, producto de la aplicación de estas medidas, el descontento en las calles era incontrolable. Lo que empezó como una protesta legítima en Guarenas, La Guaira y Caracas como principales focos del país -fomentada por grupos estudiantiles junto al pueblo pobre- se convertiría al cabo de pocas horas, en la mayor masacre que haya sufrido el pueblo venezolano humillado y vejado por la burguesía hambrienta de riquezas y desprovista de humanismo.

Para el 4 de febrero de 1992 millones de venezolanos clamaban por el fin de la cuarta República, cuyos gobiernos dejaron a la mayor parte de la población en condición de pobreza, tras aplicar durante años políticas neoliberales recetadas desde el exterior por el Imperialismo Yanqui.

La noticia de la rebelión cívico-militar, comandada por el entonces teniente coronel del Ejército Hugo Rafael Chávez Frías contra el presidente Carlos Andrés Pérez, fue recibida con gran júbilo y entusiasmo por los más desposeídos, el pueblo en su mayoría que clamaba por un cambio social.

Prueba de ello fueron los estruendosos cacerolazos que se produjeron en los días subsiguientes en apoyo a los casi tres mil soldados patriotas que por amor a la patria arriesgaron su vida por defender la dignidad del pueblo venezolano.

El "Por Ahora" pronunciado por Chávez, luego de entregarse a las desprestigiadas autoridades gubernamentales, se convirtió en un etho, una esperanza para todo el pueblo venezolano, que ante todo valoró en el líder revolucionario el hecho de haber aceptado la responsabilidad por la acción militar aun a costa de su propia libertad.

También el 27 de noviembre de ese año se estremecería una vez más el corazón de la patria del pueblo venezolano, cuando otro grupo de soldados hizo cierta la promesa del Comandante Chávez e intentó poner fin al gobierno de Pérez, considerado el padre de la corrupción en Venezuela con su lema borrón y cuenta nueva.

El año 1998 se convierte en un icono de la historia democrática en Venezuela, con el triunfo contundente de la Revolución Bolivariana en la persona del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, quien recoge las banderas del ideario Robinsoniano, Bolivariano y Zamorano para la lucha antiimperialista y creación de una nueva hegemonía del poder basada en el pueblo y construido con el pueblo que había sido anteriormente marginado de lo que por derecho le correspondía disfrutar de las riquezas del país.

Sin embargo producto de la radicalización de la lucha de clases, con avances de la Revolución en materia fundamental como la disputa contra el latifundio se promulga la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, presentándose acontecimientos como el paro generado por la clase burguesa, lacayos del imperio estadounidense, iniciado en el 2002, el cual desencadenó en un golpe de estado el 11 de abril de ese mismo año. Al mismo tiempo, el sabotaje petrolero acaecido entre diciembre de 2002 y enero de 2003, pretendió el desabastecimiento como un golpe certero a la seguridad alimentaria del país.

En este contexto nace la Universidad Bolivariana de Venezuela, por Decreto Presidencial el 18 de julio de 2003, para promover la eficacia, pertinencia y calidad en el proceso de construcción del conocimiento; rompiendo con los esquemas de disciplina aisladas en los claustros universitarios de la cuarta República, estableciendo nuevas interconexiones que consideran, originan, discuten y dan dimensión ética y sentido humano a los nuevos avances tecnológicos y a las nuevas tendencias políticas, sociales y culturales de los pueblos que integran América Latina y el Caribe.

Por otra parte, el proceso revolucionario en su dinamismo ha venido creando leyes en procura de desmontar la dominación hegemónica de los países desarrollados en cuanto a un área tan sensible como lo es la soberanía y seguridad alimentaria. Dentro de estos instrumentos existen: Ley de Salud Agrícola Integral, Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, Ley del Banco Agrícola de Venezuela, Ley de Beneficios y Facilidades de Pago para las Deudas Agrícolas y Rubros Estratégicos para la Seguridad y Soberanía Alimentaria y Ley de Crédito para el Sector Agrario.

En este nuevo marco jurídico se desatacan los artículos 49 y 50 de la “Ley de Salud Agrícola Integral”, que estipulan a la Agroecología como elemento fundamental del estado para cambiar la economía del país y lograr la mejor calidad de vida, está relacionada directamente con la Soberanía y Seguridad Agroalimentaria, objetivo claramente establecido en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007-2013).

En esta coyuntura, el PFG en Agroecología se constituye, en uno de los programas de formación con mayor pertinencia e idoneidad política de la Universidad Bolivariana de Venezuela, que por su diseño y operacionalización va dirigido a las comunidades campesinas. Ese sector vulnerable del sistema agroalimentario golpeado por el régimen fascista capitalista que ha regido nuestras relaciones de producción y con las cuales debemos reconstruir el conocimiento agrícola.

El PFG en Agroecología tiene como línea directriz la orientación de un esfuerzo en el rescate de lo que históricamente la República Bolivariana de Venezuela ha sido y es como nación agrícola.

TERRATENIENTES AHORA SE LES LLEGO LA HORA

Bibliografía

Brito Figueroa, Federico. Tiempos de Ezequiel Zamora. Caracas, 1974.

Colectivo de Autores. Programa de Formación de Grado en Agroecología. UBV. 2005.


(*)Prof. UBV


vjperalta@ubv.edu.ve


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