La OEA es un organismo más moribundo que aquella constitución sobre la que se juramento Hugo Rafael Chávez Frías cuando ganó las elecciones en 1.999. Quizá este triunfo logrado por los países del Alba es un acto muy merecido por nuestro pueblo cubano, pero debiera a la vez convertirse en el acta de defunción para dicho organismo y la partida de nacimiento para un nuevo organismo que agrupe a todas las fuerzas emergentes de Latinoamérica: la OELA.
Al igual que no tenemos por qué ser dependientes del dólar, ni del Banco Mundial, ni del Fondo Monetario, menos debemos seguir dándole oxígeno a un organismo que no servirá para más nada en su vida.
Nadie apostaba a las posiciones de Chávez cuando era él sólo el que se enfrentaba al imperio en los primeros años de su gobierno y hoy tras de él marchan despiertos todos los pueblos de nuestra América y de centro América, todos liderizados por un líder regional nacido de la voluntad de los pueblos de cada País y que son en su conjunto la fuerza que pudo vencer la voluntad imperial en la última reunión de la OEA.
Una moneda propia, un Banco propio, un Organismo Internacional propio son metas imprescindibles para definir la posición ante el mundo de los cambios que se están sucediendo en nuestro Sur.
Cuba ha sido desagraviada en buena lid, pero luego resta abandonar la sala, que se queden los herederos del poder de la última guerra mundial con los asientos vacíos de todas las repúblicas del sur e invitemos a los países del África a que se una a nuestras fuerzas para que también dejen sus asientos desocupados y el mundo entero sepa que tenemos voz propia.
La irreversibilidad de nuestra revolución pasa por estas decisiones. Ya basta de que los países del norte determinen bajo sus patrones sobre los derechos humanos o las libertades de expresión en nuestras tierras. En la unión está nuestra fuerza ante el futuro, el resto del planeta tiembla ante su propia crisis y Latinoamérica se levanta con triunfos que cada vez impactarán más, ya se acabó el tiempo de ser el patio trasero, ahora somos el jardín del futuro, cada día la mayor unidad fortalece a las tierras vírgenes del Sur y de esta unión, apoyado por potencias como Rusia , China e Irán, nacerá una economía socialista y una unión socialista que marcará las pautas de este siglo.
Una Latinoamérica cada vez más unida, con una fuerza militar continental, con poder económico, con criterio y libre del dominio mediático y cultural del capitalismo, podrá formar los valores necesarios para que nuestra próxima generación sea la primera generación de hombres nuevos con la que se fundará el verdadero y definitivo socialismo.
Cuba ya pasó por esto hace rato, si bien debe sentirse orgullosa de que todos sus países hermanos le hayan restituido la dignidad ante la barbarie por la que ha transcurrido durante tantos años, ahora la lucha es por liberarla del bloqueo y dejar solo a ese organismo internacional será un ejemplo y un castigo para que no sigamos sometidos a él. Un nuevo organismo nos permitirá fijar nuestras reglas e imponerles a ellos los parámetros de respeto a nuestro Continente.
Cuba desde hace tiempo dijo no tener el más mínimo interés en volver a la OEA, ¿Qué va a hacer Cuba en la OEA? Nada, lo mismo que han hecho siempre todos nuestros países: nada que pueda marcar cambios acordes a los que reclaman nuestros pueblos.
Ya es la hora de tener una sola cara, es la hora de aquella unidad que nos pidió Bolívar, somos los llamados a escribir las páginas de la historia del futuro. Avancemos sin miedo, dejemos la OEA, conformemos nuestra unidad continental y dejemos sin poder a la invasión mediática. Aislemos al poder económico local del extranjero. Pongamos nuestras normas y las pautas de la era socialista sin pararnos en nada, el pueblo es eso lo que pide, socialismo radical ya!
Patria, socialismo o muerte: venceremos!
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