De Aníbal
Nazoa, en alguno de sus sabrosos artículos leí algo que tengo borroso
en la memoria. Tenía que ver con las peripecias del humorista en una
camionetica donde iba de pasajero en su amada Caracas, entre él –ya
hombre maduro– y un jovencito de unos veinte años, se sentó una
hermosísima joven con una cortísima minifalda que le quitó el aliento
al famoso cronista y a otros caballeros tan entrados en años como él,
mientras el jovencito ni se inmutó y se dedicaba a mirarse de reojo
en el espejo retrovisor y se acariciaba la melena de una manera muy
delicada. La ninfa voluptuosa que tenía a su lado para este joven no
existía, él se consideraba el centro de atracción, mientras esa cuerda
‘e viejos se babeaban por la niña, él allí imperturbable demostrando
así que su egocentrismo estaba por encima de la lógica excitación
que aquella criatura angelical despertaba en aquellos señores prestos
al otoño de sus vidas.
El cuento viene
a colación porque, al igual que este joven pasajero y conservando la
distancia en el tiempo, han salido a la palestra pública los famosos:
¡Estudiantes del torso desnudo!, ellos llaman a esto “actividades
creativas”, con la consigna; “nos robaron la ropa, pero no nos robarán
los votos”. Acompañados de toda una campaña publicitaria en Globovisión
(quien más podía ser), se ve a un niño de éstos de lo más parecido
a una rana platanera, con el torsito de lo más bonito, con su gorrita
Nike y sus bermudas Off Shore en una avenida del este de la ciudad haciendo
alarde de su apolíneo cuerpo, con la convicción que mami y papi los
verán en la pantalla chica con gran orgullo al verlos pedir la salida
del macaco de Miraflores.
Como en el
cuento de Aníbal, solos en su afán exhibicionista estos narcisos piensan
que nosotros vamos a estar pendientes de ellos, vacíos de ideas, incapaces
de decir dos frases seguidas, torpes al creer que el pueblo es pendejo,
se aparecen así no más, con el torso desnudo ¡qué idea! ¡qué ideota!,
¡el mono va a caer!, nada nuevo bajo el sol.
Estos muchachos
la mayoría estudiantes de la UCAB no se han dado cuenta del ridículo
que hacen en cada una de sus nuevas ocurrencias, ¿quién los asesora?
¿será Ugalde?, ¿será Bobolongo? o ¿será Ravell? Tengo un amigo
que me dice: Manolo si alguien me dice: –mi hijo se graduará en la
UCAB– te juro que lo acompaño en sus sentimientos, ahí si la gente
que se gradúa es como el Yongo, pobrecitos una caterva de imbéciles
formados por el cura Ugalde es lo que se gradúa.
Volviendo al inicio, creo que estos niños no sólo se dejan robar la ropa sino, que si se descuidan les levantan las jebas, más aún si ellas emulando a estos bellos muchachos aparecen con el torso desnudo, el pandemonium sería del carajo, los vimos en la avenida pendiente de las pantallas de Globovisión sin darse cuenta que a su lado estaban sus esculturales acompañantes esperando ser el centro de atracción y ellos muy pendientes de que no les roben el voto, ¿cuál voto? ¿el de castidad?