El carácter de clase en las políticas culturales

De la “Cultura” muchos venezolanos con toda legitimidad opinan y cuestionan. Este debate tiene que ver con lo que entendemos por “cultura”. Existen tal vez cientos de definiciones vinculadas a las disciplinas sociales. Otras que son “descriptivas”, “culturalistas”, “funcionalistas” o “estructuralistas”. Simbólicas, antropológicas y hasta Marxistas: “cultura no es más que “ideología”. Gramsci la vincula a la hegemonía de una clase.

Y así llegamos hasta las definiciones de diccionarios: “conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias a las facultades intelectuales”. “Conjunto de conocimientos, ideas tradiciones y costumbres”. “Acción de cultivar las facultades humanas. “Conjunto de conocimientos científicos literarios y artísticos”. “Erudición, ilustración, educación, instrucción, conocimientos, sabiduría, saber”. Y hay muchas más.

Las élites tienen su visión –interesada-, de lo que es cultura. Para ellos “un grupo de ilustrados alrededor de las bellas artes”. “Un círculo cerrado de genios que producen obras artísticas que sólo pueden ser comprendidas por otro círculo de genios que por supuesto son ellos mismos”. El resto somos el vulgo, los vulgares, los ignorantes, los “incultos”. Las “hordas” para decirlo de una vez.

Al diseñar las políticas culturales del Ministerio, asumimos un concepto: el propuesto por el Comandante Presidente: “Lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser” y agregamos la visión Martiana: “ser cultos para ser libres”. A partir de ellas hicimos un ejercicio de descarte. “Cultura” no es un grupo en Caracas, decidiendo por el país, dedicados a repartirse premios entre ellos mismos.

Para nosotros “cultura” son todas las manifestaciones humanas, que incluyen las bellas artes, pero que abarcan las tradiciones gastronómicas, danzarías, musicales, leyendas, mitos, creencias, ritos, actividad artesanal, medicina tradicional, y nuestras comunidades indígenas y afrodescendientes. En fin, todo lo que conforma nuestra riqueza y diversidad cultural.

De esa conceptualización han surgido nuestras políticas. Masificación (todos somos creadores). Deselitización y Desconcentración (cultura no es solo Caracas, ni solo los ricos). Democratización (todos debemos tener acceso a las políticas y a los bienes culturales). Y de estas nuestros programas: Censo del patrimonio cultural con la opinión de las comunidades. Política editorial con la producción de cerca de ocho millones de libros, distribuidos gratuitamente, o a precios muy bajos (2y3 BsF). 25.000 colecciones de 100 libros cada una para los Consejos Comunales. 51 Librerías del sur en los 24 estados. Una imprenta en cada estado. Misión Cultura con 33.000 activadores en el 100% de los municipios. 39 Tiendas de arte, 20 galerías. Eventos desde Caracas en galas inaugurales salen luego por todo el país (Magia, Arte Corporal, Boleros, Solos y Duetos, Pampas Llanos y Sabanas, y otros). Encuentros internacionales de filosofía, intelectuales y artistas abiertos al público en foros. Más de 80 salas comunitarias de cine, 11 cinematecas construidas y 13 proyectadas. Acceso libre a la Biblioteca Nacional en horario ampliado y activación de la Red Bibliotecas. Y así en todas nuestras actividades.

Nos falta por hacer. El territorio es grande, las necesidades muchas. Seguramente hemos errado. Se escuchan opiniones, pero creemos que vamos por el camino correcto. Nuestra tarea: “despojar a la cultura del carácter de clase impuesta por las élites y su ideología liberal burguesa y socializarla para todos los individuos dignificándolos”


h.soto38@gmail.com


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