¡Emergencia Planetaria!

De eso se trata. El planeta entró en una fase de rendimientos decrecientes y la estrategia petrolera mundial, eje de los centros imperiales, es la principal responsable de ese deterioro. El petróleo del presente y del futuro está en la Faja del Orinoco y la ecología planetaria se está decidiendo ahí.

Venezuela está en el centro del conflicto y si sabe hacer un juego geoestratégico fino puede sacar grandes ventajas, especialmente si todas las políticas se inscriben en una estrategia global para defender la vida y recuperar los ecosistemas planetarios, que sea el inicio de una nueva historia donde la ecología sea el denominador común.

Sembrar el petróleo es contradictorio con los intereses de los centros imperiales petroadictos. Que vean qué hacen con su aparato industrial-militar geocida. El mundo no se puede hundir con ellos. China, la India, Rusia, Brasil y otros han tomado el camino de occidente y progresan colaborando activamente con la destrucción del planeta. Venezuela sin renunciar a ventajas geoestratégicas, no debe seguir ese camino.

Hay que ponerle un límite a la producción de la faja. Presentar una propuesta donde se establezcan los grandes planes nacionales y continentales y el camino para que progresivamente marchen independientemente del petróleo, pues la siembra de él, debe conllevar hacia una producción petrolera decreciente. Lo contrario solo le conviene al capital internacional, no a Venezuela, no a la humanidad, no al planeta.

La crisis financiera, energética, alimentaria, la escasez de agua, las guerras, son una sola cosa: el fin de una civilización fundada en la acumulación de ganancias, el egoísmo, el individualismo y el utilitarismo. Podemos celebrar el inicio de otra vida donde no seamos lobos de nosotros mismos ni de la naturaleza.

El imperio seguirá estimulando conflictos fronterizos, desintegración de países y las más horrendas manifestaciones de la explotación y la injusticia. A esto hay que cerrarle el paso. Pero simultáneamente hay que crear otra base energética, otra tecnología, otra ciencia, otra economía, es decir, otra vida, otra civilización fundada en valores espirituales. Incluso, por la vía de la energía solar, se puede marchar hacia el desarrollo de la energía como un bien libre ¿Nos atreveremos?


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Julio Escalona


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