Descubrí al Dios del Siglo XXI

Ya no soy más católico

Es difícil tomar esta decisión. Soy bautizado, mis padres me formaron como católico practicante. Mi madre me inculcó la sensibilidad social cristiana. Me eduqué en colegio católico y participé desde niño en grupos socioreligiosos. La calle me enseñó el contraste entre lo que decían algunos curas y la fuerte realidad de los pobres. De adolescente me hice ateo por rebeldía, pero en mi juventud comprendí que no podemos achacar a una institución los errores de los hombres. Cuando cayó en mis manos la Biblia Latinoamericana, y vi una lámina con Martin Luther King y su mensaje, volví a la Iglesia.

Pero a lo largo de los años seguí viendo el gran retraso de la Iglesia Católica, su tardanza para pronunciarse por la causa de los pobres y la prontitud con que responde a la agenda de los poderosos; también viví su atraso teológico. Me alegré cuando Juan XXIII dijo que "la Iglesia es y quiere ser la Iglesia de todos, pero principalmente la iglesia de los pobres". Seguí con la Iglesia con Paulo VI, quien dijo que "la Iglesia está ligada por vocación nata a la humanidad indigente y que sufre... la Iglesia sabe cómo hacer suya la ira de los pobres y de los no violentos, la rebelión contra la injusticia". Más aún cuando los obispos, en 1971, rechazaron al capitalismo "ya en su forma económica como en su base ideo­lógica, que favorece el individualismo, el provecho y la ex­plotación del hombre por el hombre...". Juan Pablo II me mantuvo cerca cuando afirmó que "la opción por los pobres es mi preocupación cotidiana", a pesar de la práctica lenta y omisa de la Iglesia.

Pero con los Obispos venezolanos y el Papa Ratzinger se rompió el cordón umbilical: una jerarquía que habla políticamente en nombre de la "Iglesia" sin consultar a los fieles, que somos la Iglesia; que se identifica con los ricos e ignora a los pobres; que conspira junto a la oligarquía. Y ahora, el Papa que visita a Bush, el principal terrorista del planeta, y celebra con él su cumpleaños.

Cuesta romper con una religión, porque está anclada en tus más profundos principios. Más aún cuando, como la Católica, se fundamenta en el miedo, en un centralismo absolutista, en la manipulación.

Sigo con Jesús, pero he descubierto a Dios en mi, y en ti, con Él somos uno, un Dios que no castiga, que es Amor, que te da múltiples oportunidades en diversas vidas, para ir creciendo. Un Dios que no es hecho a nuestra imagen y semejanza, un Dios infinito que encontré en mi interior. No necesito más al miedo de la Iglesia. Excomulgo al Papa y los Obispos de mi vida. Luchando por el Socialismo del Siglo XXI, descubrí en el camino al Dios del Siglo XXI.

leopoldocook@gmail.com


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Leopoldo Alberto Cook Antonorsi


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