La nefasta herencia del puntofijismo

Nota de Aporrea: Este análisis fue publicado el día 31 de octubre de 2003.
Tal día como hoy, hace 45 años los dirigentes de los partidos políticos de la derecha venezolana firmaron en Caracas el Pacto de Punto Fijo, que selló el inicio de un proceso de democracia formal orientada a establecer un nuevo status quo que garantizara los intereses de la oligarquía. La legitimidad de ese nuevo orden "democrático" pretendió fundarse sobre la realización periódica de elecciones viciadas y el establecimiento de redes clientelares.

El Pacto de Puntofijo condensó en su momento las apetencias de los grupos de poder económico y político del país y del extranjero, entre los cuales destacaron los partidos políticos Acción Democrática, Socialcristiano COPEI y Unión Republicana Democrática, representantes de los intereses de las castas militares, eclesiásticas y empresariales. Los gremios y sindicatos harían el papel de socios menores, expresión e instrumento de la "movilidad social", mecanismo de legitimación del sistema sociopolítico.

Las negociaciones y acuerdos entre partidos políticos y altos mandos militares, entre organizaciones patronales y cúpulas sindicales, bendecidos en todos los casos por las cúpulas de la santa iglesia católica, sellaron el curso del último medio siglo venezolano, signado por la traición a las esperanzas de democracia del pueblo venezolano.

El resultado de esa traición se tradujo en la instauración de un sistema sociopolítico al servicio de la corrupción administrativa, el clientelismo político, el tráfico de influencias, la proliferación de negocios turbios, todo ello amparado en el electoralismo, interpretación reduccionista y degradada de la democracia. Los impactos se concretaron en el despilfarro de los recursos del Estado, la adquisición innecesaria de una enorme deuda externa con visos de ilegalidad, la masiva migración rural-urbana, con el consiguiente abandono de los campos y la sobrepoblación de las ciudades, entre otros males.

Posteriormente, tras la "crisis de la deuda" en 1983, se exacerbaron esos males sociales y surgieron nuevos: incremento de la pobreza y la desigualdad, incremento de la delincuencia, degradación ambiental, pérdida de la soberanía nacional y deterioro acelerado de los servicios públicos, principalmente de los servicios sanitarios, con la inevitable secuela de reaparición de enfermedades transmisibles, incremento de los índices de morbimortalidad y deterioro general de la calidad de vida de la población.

Ante esta herencia dejada por el puntofijismo, desde febrero de 1999, el Gobierno Bolivariano realiza un gran esfuerzo en procura de rescatar un sistema de salud desmantelado por el afán privatizador del neoliberalismo. El Primer Mandatario Hugo Chávez ha señalado que es necesario revertir los vicios que en el sector salud se desarrollaron en los gobiernos anteriores que destrozaron el sistema de salud dejándolo prácticamente inexistente. Se estudia revertir el proceso de "descentralización" de signo neoliberal de los hospitales que fueron transferidos a las alcaldías y gobernaciones que promueven el proceso de deterioro intencional de los servicios sanitarios, generado por la labor desestabilizadora, la corrupción y la pésima administración de los recursos.

Algunas de las políticas, planes, programas y proyectos implementados por el Gobierno Nacional en materia de salud en el transcurso de este año, pueden consultarse en la sección sociales de este Boletín Informativo.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional, el impacto de largo plazo de la herencia neoliberal, desintegradora de los servicios públicos, y de las actividades desestabilizadoras de la llamada "oposición" venezolana (paro petrolero que impidió al país el ingreso de unos 11 mil millones de dólares), que han afectado drásticamente las finanzas públicas al disminuir considerablemente la recaudación, amenazando con ello la inversión social y la ampliación y profundización de los avances en materia de salud pública hasta ahora alcanzados, se observa en el país la proliferación de algunas enfermedades infecto-contagiosas que habían sido exitosamente superadas y/o controladas por la acción gubernamental. Algunas de esas enfermedades que actualmente aquejan al país son la fiebre amarilla y el dengue.

Sobre estos brotes epidémicos sectores de la "oposición" (Federación Médica Venezolana, alcaldía mayor de Caracas, medios de información comerciales) se han confabulado para manipular mediáticamente la problemática, con la intención de seguir intentando desestabilizar al país mediante la difusión de informaciones sesgadas y tergiversadas, de connotaciones catastrofistas. Sin embargo, el Gobierno Nacional sigue adelantando acciones oportunas para garantizar mejores niveles de salubridad. Entre las metas del Ministerio de Salud y Desarrollo Social destacan los esfuerzos en seguir recuperando la red ambulatoria en salud, que universalizará la medicina preventiva, en función de lo cual se hacen grandes inversiones.

Respecto a la actual coyuntura de proliferación de algunas enfermedades transmisibles, se avanza en la inmunización de toda la población venezolana para prevenir nuevos brotes de fiebre amarilla procedente de la zona fronteriza venezolano-colombiana, en un lapso comprendido entre el último trimestre del presente año y el transcurso del año 2004, ello debido a que pese al cerco epidemiológico que levantó el MSDS al comienzo del brote epidémico, el mismo no ha desaparecido, si bien en puntos fronterizos ha sido controlado, debido al programa preventivo que ha sido implementado para erradicar la enfermedad, aunado a un control para evitar su propagación al resto del país. En todo caso, esta política de prevención se extiende a nivel nacional.

Como es sabido, las zonas fronterizas se caracterizan por la persistencia de enfermedades endémicas y epidémicas, lo cual obedece a determinaciones históricas y estructurales propias del modelo de desarrollo capitalista periférico en América Latina, cuya transformación es asumida como uno de los aspectos fundamentales en la construcción del proceso de Gobierno Bolivariano.

En la zona fronteriza venezolano-colombiana se hayan focos de enfermedades transmisibles (principalmente en los departamentos colombianos de La Guajira y Norte de Santander, este último, asiento de poblaciones desplazadas por el conflicto interno colombiano y que padecen altos índices de morbilidad). Para darle una oportuna respuesta a tales riesgos, los gobiernos de ambos países acordaron intensificar acciones de control y vigilancia de enfermedades, como la fiebre amarilla, la malaria, la leptopirosis y la encefalitis equina venezolana. Algunas de las iniciativas adelantadas es la realización en Maracaibo, estado Zulia de una reunión binacional que el 28 de octubre convocó a las autoridades sanitarias, evaluándose lo concerniente al establecimiento de un plan conjunto para inmunizar a las comunidades wayúú en La Guajira, zona actualmente afectada por el virus de la fiebre amarilla.

Respecto a la incidencia del dengue, el actual repunte obedece principalmente a la temporada lluviosa, sin embargo, algunos medios publican informaciones que atribuyen irresponsablemente al Gobierno Nacional las causas de tal propagación de la enfermedad: "el dengue seguirá repuntando porque en Venezuela no se cumple con los principios y tareas básicas de salud pública ..." (El Universal, 2-8, 28/10/03). Tales afirmaciones se amparan en estadísticas que maneja el Servicio de Epidemiología de la alcaldía metropolitana de Caracas, según las cuales desde la segunda semana del mes de agosto, las cifras de los casos de dengue en el país alcanza niveles epidémicos ya que existe un 75% por encima de la cifra registrada el año pasado durante el mismo período.

La inevitable conclusión de la funcionaria de la mencionada alcaldía, respaldada por la periodista que realizó la entrevista, es simplemente que "Venezuela carece de una estrategia de salud".

Entre las tareas básicas acometidas por el MSDS se contemplan la fumigación, el control de larvas, el saneamiento ambiental, la eliminación de los criaderos y una adecuada educación sanitaria. Al respecto, los medios obvian que todos esos aspectos han sido sistemáticamente implementados por el Gobierno Nacional, considerando las severas limitaciones estructurales y presupuestarias que padece el sistema de salud pública; asimismo obvian la actuación oportuna del MSDS al decretar la emergencia sanitaria tras el balance de 68 nuevos casos registrados en la Semana 34 del presente año. También obvian la ejecución del plan de vigilancia y control y sus resultados, la reducción en un 40% en la incidencia de dengue en comparación con los casos detectados el año pasado, cuando había en el país un brote de dengue de alrededor 15 mil casos, reducidos a 4 mil.

Algunos de los aspectos relevantes de las "informaciones" difundidas por el diario El Universal, incluyen estadísticas suministradas por la alcaldía metropolitana, pero, al compararlas con los datos aportados por el MSDS, revelan la inconsistencia de aquellas o, en todo caso, la inconsistencia de quienes desde los medios "interpretan" esos datos.

Veamos algunos ejemplos de lo antes dicho: Según las cifras de la mencionada alcaldía, "desde la segunda semana del mes de agosto la cifra de los casos de dengue en el país alcanza niveles epidémicos ya que existe un 75% por encima de las cifras registradas el año pasado durante el mismo período". Sin embargo, las cifras del MSDS indican todo lo contrario: el número de casos registrados en el acumulado nacional de dengue clásico (tipo que abarca casi la totalidad de los casos reportados de la enfermedad) contabiliza entre la semana del 5 y el 11 del presente mes y año 17.107 casos, en tanto que durante la semana equivalente del pasado año (41) se registró una cifra record de 31.918 casos.

Como puede verse, es falso que exista una proporción 75% por encima de la cifra registrada el año pasado durante el mismo período. En cambio, donde sí se observa un repunte vertiginoso de casos, superior al 75%, es en la jurisdicción del Distrito Metropolitano de Caracas. Las cifras hablan por si solas: durante la semana comprendida entre el 5 y el 11 del presente mes y año se registraron en esa jurisdicción caraqueña 103 nuevos casos de dengue que representan la mayor parte de los 136 casos registrados a nivel nacional. El caso del Distrito Metropolitano de Caracas sirve de ejemplo de la pésima administración de los recursos asignados por el Gobierno Nacional, al respecto, el mes pasado se entregaron al alcalde Alfredo Peña 2 mil 200 millones de bolívares para la dotación de insumos y el funcionamiento de la red hospitalaria, por lo cual es injustificable el estado de deterioro de los servicios de salud caraqueños.

La implementación de estrategias epidemiológicas y el trabajo constante, ajustado a las normas dictadas y al asesoramiento prestado por los organismos internacionales, aunado al sostenido esfuerzo en mejorar el sistema público de salud, son aspectos significativos que distinguen la actuación del Gobierno Bolivariano, en contraste con la actuación de las autoridades municipales del Distrito Metropolitano de Caracas, volcadas a sabotear los esfuerzos gubernamentales en materia de salud pública.

Una ecuación perversa guía a la "oposición": ésta consiste en generar el deterioro de los servicios públicos de salud en función de profundizar el deterioro de la calidad de vida de la población y, con ello, pretender debilitar las posiciones de legitimidad y apoyo popular del Gobierno Nacional en el seno del pueblo.


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