A propósito de su crítica a la política económica del gobierno bolivariano

Las verdades ideales del camarada Chirino

El dirigente sindical de la Unión Nacional de Trabajadores, UNT y portavoz de la Corriente Clasista C-CURA, Orlando Chirino, califica de “antiobrera y “antipopular” la política económica del gobierno bolivariano del presidente Hugo Chávez Frías y llama a movilizarse en contra de esa política que, en su opinión, representa una conciliación con la burguesía venezolana (Ver http://www.aporrea.org/actualidad/n107517.html).

Este compatriota, con una larga y reconocida militancia obrera y socialista en Venezuela y Nuestra América, parte de verdades inocultables y reconocidas por el gobierno bolivariano, de que las fallas de la política económica (control de cambio, inflación, producción agropecuaria, desabastecimiento, especulación etc), constituyen una demostración de la desviación que se viene dando en la dirección del gobierno.

El infatigable organizador y agitador sindical y político, Orlando Chirino, seguramente partiendo de las experiencias históricas de la Comuna de París, la Revolución de Octubre, la Revolución China y la experiencia allendista, para mencionar solo algunos casos, propone la formula clásica de medidas económicas del movimiento obrero y revolucionario mundial para enfrentar la ofensiva imperial-burguesa en contra de los pueblos y gobiernos progresistas y obreros: nacionalización de la banca, aumento general de sueldos y salarios, escala móvil de salarios, congelamiento de precios, plan de inversión y producción agropecuaria con participación de los trabajadores; medidas que en lo general, podrían gozar la comprensión y apoyo de los mas amplios sectores que constituyen las fuerzas sociales y políticas favorables al proceso de cambio revolucionario iniciado a partir de 1999, pero que deben responder a determinadas circunstancias del proceso revolucionario para que sean exitosas.

Sin embargo, quizás por razones de síntesis comunicacional, el destacado dirigente obrero Orlando Chirino, no se extendió en explicar en sus declaraciones, su visión sobre el carácter de la revolución bolivariana, la condición de clase del Estado, el control de clase de los diversos órganos de los Poderes Públicos, la composición de clase del gobierno en sus diversos niveles, el momento histórico concreto en que se encuentra la revolución bolivariana, el estado de preparación y disposición combativa del pueblo trabajador y demás sectores no burgueses, la acumulación real de fuerzas de la contrarrevolución interna y externa, la correlación de las fuerzas progresistas y revolucionarias del planeta en relación con el peso hegemónico del aparato militar, económico, comunicacional y cultural del imperialismo y sus aliados de las burguesías nacionales de latinoamericana y el caribe; actores y factores estos que son influyentes, condicionantes y determinantes en el diseño y ejecución de las políticas de una dirección revolucionaria para avanzar, fortalecer, afirmar, profundizar y consolidar un proceso de cambio planteado en las condiciones histórico-concretas de comienzos siglo XXI, en medio de la globalización hegemónica, de la reconquista material, cultural y del trabajo de los pueblos por parte del imperialismo y del mayor retroceso histórico de la clase obrera como vanguardia de las revoluciones nacionales y planetaria.

Junto al compatriota y camarada Orlando Chirino, me encuentro entre quienes sueñan con el despertar de la clase obrera venezolana, ejerciendo su autonomía de clase, asumiendo la responsabilidad de vanguardia revolucionaria de este proceso de cambio, con su presencia destacada en los partidos y movimientos sociales identificados con el proceso revolucionario, en la lucha por el aumento de la producción agropecuaria, el incremento de la producción industrial petrolera y no petrolera, el fortalecimiento de las Misiones Sociales, la Contraloría Social, la Defensa Territorial y la Inteligencia Social, en el auxilio al Estado en su lucha contra la inseguridad, el desabastecimiento y la especulación criminal de la burguesía, la evasión de impuestos, el fraude con las divisas, el contrabando de introducción y de extracción y otros males sociales, cuyo impacto negativo en la población y su uso malicioso por los medios de comunicación de la burguesía y el imperialismo, afectan la legitimidad y el apoyo popular al gobierno bolivariano del comandante Hugo Chávez Frías quien, mas allá del aparato institucional del Estado bajo su jefatura, requiere de una fuerza social y política organizada del pueblo trabajador que las enfrente y derrote en el plano de los hechos y, especialmente, en el plano de la conciencia de clase, porque, a decir, verdad, la burguesía no se mancha directamente las manos con sus delitos ANTIOBREROS Y ANTIPOPULARES, sino a través de los desclasados, lumpemproletarios y traidores a la clase, provenientes del mundo del trabajo y de su ejército de la reserva (desempleados).

Mi amigo, camarada y compatriota, Orlando Chirino, concluye en su muy leída declaración de prensa (lo cual indica su real liderazgo), con dos propuestas concretas: realización en este primer trimestre de 2008 de un Encuentro Nacional Sindical y Popular de Emergencia, para salirle al paso a las medidas del gobierno que no apuntan al socialismo y, la convocatoria a la construcción de un Partido Revolucionario que exprese una opción de izquierda y revolucionaria; planteamientos que confirman su definición revolucionaria. Sin embargo, la ausencia de mención de la Unión Nacional de Trabajadores, UNT y sus diversas corrientes, la falta de llamado unitario a las corrientes socialistas que dentro del proyectado PSUV, PPT y PCV, pudieran coincidir con la propuesta de unidad clasista y popular, pareciera indicar que tal planteamiento lo ubican en el campo de la oposición a la revolución bolivariana y es un simple pero legítimo intento por construir la base social del Partido Obrero Revolucionario que desde hace años viene promoviendo, por lo que éste no tendrá mayor incidencia en el cuadro general de las organizaciones políticas y corrientes que existen en la actualidad en el país.

Se crea, sin embargo, una preocupación: Las Verdades Ideales han servido y sirven para afirmar utopías pero no siempre son útiles para resolver los complejos problemas del desarrollo de una revolución y, en particular, de la conducción de Estados y gobiernos en procesos de transición revolucionarias. Estas visiones pueden terminar, como el desgraciado caso del Partido Bandera Roja de los Trabajadores, (?), que, con su discurso socialista y revolucionario de “Verdades Ideales”, se dedicó a confrontarse con el gobierno y el movimiento bolivariano para finalmente caer en el campo del enemigo, incorporándose a la Coordinadora Golpista del 2002.

El dirigente trotskista Orlando Chirino conoce que, en este proceso no hay cabida para terceras vías, sino para las dos únicas históricamente posibles: la socialista con sus transiciones y modelos, en la cual se deben encontrar y unificar todas las corrientes auténticamente revolucionarias, incluso, con sus posiciones disidentes, en el común propósito de enfrentar y derrotar al imperialismo y a la burguesía y construir el Estado de los Trabajadores y las Trabajadoras y la liberación de la Humanidad de toda esclavitud y, por la otra, la capitalista, que en su crisis y agonía pretende la reconquista y explotación de los pueblos y que terminará – si lo permitimos – con la destrucción del planeta Tierra.

yoelpmarcano@yahoo.com



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Yoel Pérez Marcano


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