Cuando la guanábana "abdicó" a Irene Sáez y a Alfaro Ucero

Hoy de mañanita a eso de las 5 am y como inveterada costumbre, tratar de que el Sol no me ganase la partida, salí a un par de cuadras a dejar una pequeña bolsa contentiva de visceras de pescado, ésta previamente congelada. Es que el camión no ha pasado en una semana.

Nunca dejo de observar a mi gente que va para el trabajo. Usualmente cada quien va preparado con su morralito, lleva su agua y su comidita además de sus aperos livianos. Sé de uno al que nunca le falta ahí un poco de kerosén, borra´e café y una manilla de tabaco para las heridas, imponderable que tal; para él nada mejor que la cafeína, la kerosina y la nicotina para parar la sangre de ipso facto pero ahora él anda de manganzón y de metiche por un par de semanas más por lo que, nada con su morral ahora...

Bueno, mi gente va apuradita pero te deja siempre un saludito; …¡café, café cigarro!, ... café, café cigarro…, café, café cigarro…

—...usted quiere un cafecito?

—Gracias, es que a mi me gusta el café cargado y sin azucar, cuando mucho con una pizca de papelón, además a mí me gusta el ritual de sacudir la bolsita de colar y disfrutar el aroma del cafécito…(bromas).

—Y no le gusta ese dulcito que viene ahí?, no vire para que no la espante, es fulana.

Y pasa fulana dejando un "buenos días" y un aroma de perfume que lo inunda todo, y con un caminar prepotente, la mar de prepotente, maravillosamente prepotente como camina toda mujer venezolana que se de su puesto…

Más adelante en la acera opuesta un señor que repara calzados y vende bombonas de gas se dispone a armar su tarantíncito…

Y ya casi son las 6 de la mañana y la callecita va adquiriendo su aspecto cotidiano, unos van y otros vienen…

El tiempo transfigura todo a su paso pero así menos o más parecida era la vida en esta comarca y en casi toda Venezuela cuando el Comandante Chávez entrompó electoralmente a la guanábana.

Para entonces había transcurrido aproximadamente un tiempo de ocho años de la rebelión militar bolivariana, tiempo durante el cual nació y creció la consciencia popular a tal punto que el presagio de que estábamos en el umbral de una época de acendrada esperanza cuajó a tal punto que eso se hizo imparable y las oligarquías chupasangre afincadas en el entreguismo de AD y COPEI no pudo embaucar al sufrido pueblo venezolano que se vino con Chávez.

Si alguna diferencia considerable es de hacer notar entre aquella época y ésta es que entonces el pueblo no tenía esperanzas tal como ahora sí. El nivel de consciencia popular es muy superior ahora y ese factor gravita favorablemente en pro del chavismo popular bolivariano, pese a los feroces ataques del enemigo.

De modo que debemos prestarle mucha atención al nivel de consciencia del pueblo venezolano.

Otro factor que subyace en la consciencia del pueblo trabajador y en particular en la del obrero de la ciudad y en la del campesino, pero que se manifiesta ante la más leve perturbación es, la dignidad.

La dignidad de este pueblo se pone de manifiesto hasta ante la más leve ofensa y el pueblo sabe quienes lo ofenden con sanciones, subestimaciones, guarimbas, quemar vivos a hermanos como Orlando Figuera, contimás con la pretención de esclavizar a un esforzado y lindo pueblo como Venezuela.

El más conspicuo ejemplo de la catadura inmoral de la "guanábana" —fatídica, abusiva, corrupta y corruptora alianza blanca y verde, adeca y copeyeca— fue la defenestración de Luis Alfaro Ucero y de Irene Sáez Conde, respectivamente candidato adeco y candidata copeyana, entonces cuando el Comandante se lanzó al ruedo electoral en 1998.

A la sazón, ante el inminente arrollador triunfo bolivariano, los cogollitos de AD y COPEI, defenestraron, dieron de baja arbitrariamente, "abdicaron" al entonces llamado caudillo adeco Alfaro Ucero y a la flamante ex Miss Universo Irene Sáez en favor de Enrique Salas Roemer, éste, candidato impuesto por los gringos y a quien el pueblo demolió con su voto a favor de su esperanza: Hugo Chávez.

Salas Roemer es conocido también con el remoquete de "Frijolito".

Cada joven venezolano que tenga inquietudes políticas debe preguntarle a sus mayores acerca de estas reflexiones de las cuales yo prefiero no dar más detalles porque me da asco evocar lo que esa gente quiso hacer con Venezuela y seguramente sus padres podrán echarle el cuento con lujos y detalles más claros que los aquí expuestos.

Así que si el pueblo venezolano pudo entonces, ahora con más razón porque tiene más consciencia.

Chávez seguirá de ejemplo digno más allá de la contemporaneidad, así como Bolivar.



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Guillermo Guzmán


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