Tal sería el impacto de las medidas que adoptó de inmediato el gobierno del presidente Maduro, ante el descarado chantaje del gobierno de los EEUU por inmiscuirse en sus asuntos internos, que por el suelo hechas trizas rodaron las aspiraciones de María (C.M.) de continuar jugando a la candidata única. Con gran tino Maduro redobló la apuesta insinuando que las elecciones podían ser en marzo.
Aunque muy conveniente podría resultar este adelanto de las elecciones para evitar que sigan siendo utilizadas como urgencias para mayores escaladas en contra de los venezolanos, tampoco se debe obviar que no nos daría tiempo a depurar la ineficiencia y la corrupción que son nuestros verdaderos enemigos a vencer este año, los que si nos podría hacer rodar en todo una pesadilla.
Una peligrosa mora que siempre a partir de que no se puede cambiar de caballo a mitad del río nos ha estado llevando a tirarle piedras al cocodrilo sin haber llegado a la otra orilla. Lo que acontece en algunas parroquias del Zulia en el PSUV raya en la depravación, hicieron de diciembre su agosto. Ahora, como nunca antes, el enemigo lo llevamos por dentro. ¿Será la jugada escondida de los gringos?.
