Aunque Diosdado Cabello dijo que las elecciones presidenciales podrían ser en marzo, el encuestólogo favorito del chavismo, Oscar Schemel afirmó tajantemente que serían en mayo, fecha que se aproxima más a la posibilidad real de hacer unos comicios de carácter nacional. Aunque como en Venezuela se hacen unas elecciones hasta para hacer pipí, lo que contradice a los políticos europeos, y cosas con forma humana como Javier Milei, quienes insisten en decir que hay una dictadura, no es complicado hacerlas. Hay demasiada experiencia para organizarlas en muy poco tiempo. Incluso para organizárselas a cualquier país del mundo.
Y aunque oficialmente no se ha dicho finalmente cuándo serán, parece un hecho que ocurrirá antes de diciembre. Lo que vendría a ser el último clavo en el ataúd de la oposición y la muerte de las esperanzas de María Corina, de que el Big Brother, a costa de chantajes la convirtiera en candidata presidencial. Hasta vergüenza debería darle, decir que fue candidata porque los gringos presionaron al gobierno. Aunque, como ya hemos visto, esa soberbia yanqui, no hizo otra cosa que efervescer la sangre de los venezolanos, que, si bien estaban criticando al gobierno por las razones que fueran, les parece un insulto y un despropósito que a lo Juan Charrasqueao, fije un plazo para que una delincuente se convierta en candidata presidencial. O si no, habrá bloqueo.
Y nuevamente se evidenciará que el gobierno ha sido mucho más estratega y ha sabido mover mejor las piezas del ajedrez político, porque ha sorteado todos los contratiempos. Insólito es escuchar voces desesperadas que, como no ven cerca la salida del chavismo del poder, están apostando a la invasión militar. Deberían preguntarles a los dominicanos que es sentir que no puedes caminar por tu país porque un militar extranjero te está apuntando con un fusil, o a los granadinos, o a los guatemaltecos, o a los panameños, por nombrar algunos.
Esa amenaza gringa no hizo otra cosa que hervir la sangre de los venezolanos. "Y quiénes son estos tipos que tienen el descaro de poner un plazo para tomar una decisión. No pana, yo no soy chavista, pero ese tipo de vainas me dan arrechera. Por eso es que no me gusta ese país de mierda. Y María Corina es otra rata que se presta para esa mierda. Por eso es que no la quiero. Y, repito, quiero que Maduro se vaya", me comentó un poderoso comerciante de Valencia.
Lo cierto es que, desde el punto de vista del análisis, todo indica que Maduro ganará las elecciones del 2024, ante la inexistencia de una oposición que tuviera la capacidad de escoger un candidato para competir. Si las elecciones se hacen en mayo, habrá tiempo para comenzar a aplicar las nuevas políticas contenidas en las 7T, garantía de acuerdo al presidente Maduro, de hacer flotar al país. A eso apostamos todos.
