Soy un absoluto convencido de que, si Marx estuviera vivo, muy probablemente hubiera echado por tierra la mayoría de sus teorías, o por lo menos las estuviera revisando. Comenzando por eso que él llamó la contradicción principal, es decir, la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad. Vale decir, lo que, junto a su amigo e investigador Federico Engels, llamó explotadores y explotados, muy bien explicado en un librito que todo el mundo debería leer: el Manifiesto Comunista. Obviamente, todas esas investigaciones y esas reflexiones están soportadas en la observación y el estudio del desarrollo incipiente de la sociedad moderna, cuando apenas comenzaba la industrialización, y ni por casualidad se asomaba en el horizonte la tecnología como el problema fundamental por el que se mueve la sociedad actual. Una tecnología que es exponencial, y que ni los propios expertos son capaces ya de suponer qué ocurrirá dentro de un año, por ejemplo. El debate ahora es, si esa tecnología tomará vida propia y será capaz de convertirse en una especie de autogobierno; o si hay algún momento en su desarrollo, deberá o necesitará seguir dependiendo del hombre. Nadie sabe qué va a pasar. En una década, Alemania comenzará a fabricar 30.000 niños por años. Serán, obviamente, perfectos, porque es la carta: ojos azules, pelo oscuro, piel tersa, nariz griega, 1.90 metros, sin ninguna enfermedad, y sin ADN histórico. Todo eso lo puede hacer esa máquina diseñada por alemanes. Estamos viendo los videos de una impresora que hace carne y pescado, también a la carta, cantidad de grasa, peso, color, etc. Ahora imaginen si ya se puede hacer eso, y el desarrollo de la tecnología es exponencial, cómo serán esas industrias –que obviamente seguirán desarrollándose- dentro de 30 años. Ya, este complejísimo problema tiene que asumirlo las teorías.
Por ello, Marx, cuando echó mano de la dialéctica, no solo como un método para filosofar, sino también para establecer el carácter de lo real, del ser, de la constitución de la totalidad, que la convierte en realidad. Y a través de ella determinó que los hombres crean su historia no según su arbitrio sino según condiciones que heredaron de generaciones pasadas. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser sino su ser social el que determina la conciencia. Se refiere a la conciencia social. Es lo que se llamó el materialismo histórico. (A éste voy a llamarlo el segundo párrafo). Éstas, aún son herramientas fundamentales, pero como se imbrica dentro de la realidad que enumeré arriba
La obra toda de Marx, y de todos los teóricos que los sucedieron, se soportó en entender que existe una contradicción fundamental y que hasta que ésta no sea resuelta, no importa lo que se haga, la injusticia dominará a la sociedad. Pero la sociedad fue más allá del propietario de los medios de producción y el que ofrece su fuerza de trabajo al mejor postor. El desarrollo de la industria, la navegación alrededor del mundo, el crecimiento poblacional y la Primera Guerra Mundial, cambió por completo, una vez más, la visión del mundo. Algunas naciones que habían desarrollado sus poderes, soportadas en el esclavismo y el robo de la riquezas naturales a las naciones sometidas, habían desaparecido como imperios en este gran estremecimiento del capitalismo. Se sumaba además, la consolidación de un sistema financiero que se perfilaba como el gran controlador de todo lo demás. Es decir, la crisis financiera de 1929, finalmente determinó quién impondría las reglas del juego en lo sucesivo. Pero, había un problema que se asomaba como una mala verruga en el cuerpo, y que doce años después, los pensadores comenzaron a verlo como un cáncer que podría hacer metástasis: la Revolución Rusa de 1917, que comenzaba a calentar las cabezas de hombres y mujeres, que encontraron en las teorías comunistas, una propuesta distinta de cómo construir una sociedad. Se cumplía el sueño de Marx que era diseñar un sistema social que eliminara las diferencias de clases entre el proletariado y la burguesía. Digamos que eso sería el punto de partida para la construcción del socialismo, porque esas diferencias, eran el gen del desastre de la sociedad. El socialismo, en su desarrollo, buscaría formas de vida en donde todos se encontraran en algún momento, que generaría el comunismo que no es otra cosa que la abolición de las formas capitalistas de la producción social, tales como la subsunción del trabajo bajo el capital, la transformación de la productividad social del trabajo en productividad del capital, el trabajo enajenado, etc.
Si Marx estuviera vivo -salvo el segundo párrafo- estuviera, sin duda, revisando todos estos conceptos, porque no vio a posteriori, cosas fundamentales de la dinámica social, que la modificaron con una rapidez pasmosa, así como no vio el desarrollo de los imperios y el canibalismo entre ellos para que finalmente unos fueran devorados por otros, a través del sistema financiero. Eso que Lenin llamó la fase superior del capitalismo.
Y tampoco podía ver el desarrollo de un sector de la sociedad que se convirtió en el motor fundamental del capitalismo. La centrifugadora que mueve el dinero de un lado a otro, que se fue especializando a tal punto que terminó siendo indispensable. Con el desarrollo de la industria, fue creciendo un sector que se convirtió en intermediario entre el propietario de los medios de producción y la fuerza de trabajo. Ese sector se alió a un grupo no menos importante y cada vez más masivo, como era el sector bancario. Que además de ser intermediarios, no estaban vinculados a los medios de producción, pero tenían mejores ingresos, que les fue dando un estatus social de primer orden. Lenin lo llamó Pequeña Burguesía; y Gunder Frank lo llamó Lumpenburguesía, termino atribuido al "mito de los negocios negros", pero que en mi opinión es totalmente válido usarlo aquí. A partir de allí ya no había interacción entre propietarios y trabajadores, sino entre trabajadores y lacayos. Y ese sector se esparció por el resto de la sociedad en la medida en que el capitalismo crecía en sus diversas manifestaciones, especialmente en la sociedad de consumo.
Si nos apegamos a las teorías políticas. En la Unión Soviética, que fue el primer experimento, no hubo ni siquiera socialismo. Mucho menos su fase superior que es el comunismo. Cuba ni siquiera está cerca del socialismo, porque allí esta PCC que rige el país con mano de hierro y una casta militar con privilegios. Fue lo que ocurrió no solo en la URSS, sino en toda la Europa del este.
El único país que atravesó lo que yo llamo una etapa revolucionaria y estaba comenzando su etapa socialista, fue Yugoslavia. Y cuando el imperio se dio cuenta, aprovechó la muerte de Tito para desintegrarla a sangre y fuego. Un país, que originalmente era del tamaño del estado Bolívar, lo convirtieron en seis naciones cuyos habitantes se odian. Un país cuyos habitantes vivieron juntos por 30 años, ahora se odian. Obra del imperio. Avanzó tanto que llegó la OTAN y la desintegró, generando 200.000 muertos y un millón de desplazados.
El otro país que avanzó en la vía al socialismo, fue Libia y ya saben cuál fue su destino, incluyendo el asesinato de Gadafi.
De tal manera que, no existe ningún país comunista, simplemente porque no ha existido ningún país socialista. No existe ningún país en el mundo donde haya un experimento, cuyo avance uno pueda decir que se acerca al socialismo. De hecho, no existe ningún país que se pueda decir que entró en la etapa revolucionaria, lo que significaría que en 30 años estaría entrando a la etapa al socialismo. Hay dos factores que juegan un papel determinante y en contra, hoy en día: uno, necesitas meterle mano a la banca que es el principal factor de perturbación del sistema económico y financiero del país; y dos, necesitas un ejército de hackers que asuma todo el aparato tecnológico, porque la tecnología ya es, en sí misma, el principal factor de motorización del país. No tener control sobre la tecnología, tienes la guerra perdida. No enfrentarte a la banca, también tienes la guerra perdida.
Ahora, hoy en día, hacer la revolución implica revolcar todo. Casi comenzar de nuevo, en un mundo tecnologizado, donde todos saben todo, por lo que y es imposible que des un paso sin que te detecten y te saboteen.
Por eso, cuando bufones orates como Milei, hablan de comunismo, están manipulando. Siguen asustando a la gente, haciéndoles creer lo que no es verdad. Necesitamos una nueva generación de pensadores. Gente que comience a plantearse cosas extremadamente profundas, quizás la más importante, cómo salvar a la humanidad. Y ya eso está por encima del comunismo.
Caminito de hormigas…
"Yo no sé cómo hacer Olmos. Sabes las veces que he ido al partido a platear la situación de nuestras comunidades y nadie me para bolas. Yo estoy más que preocupado, para que sepas", me comentó un miembro del Psuv… La delincuencia regresó a la recta de Majagual. "Ahora como no hay noticieros, no se dicen las cosas, pero ya han matado varias personas, además de las violaciones", me comentó la denunciante.