Copan la escena, todas las mañanas en la Televisión Venezolana. Son los vendedores de ilusiones, que utilizando cartas, caracoles, perfumes, esencias, horóscopos, signos del zodiaco, cartas del tarot, comentarios generalizados sobre temas de interés humano etc., participan como en una especie de festival de esperanzas, con el que pretenden vender ilusiones , futuros prometedores, esperanzas ficticias a la tele audiencia, y hasta conseguirle trabajo y parejas.
A veces los moderadores de esos programas para apuntalar sus falsas ilusiones, tienen invitados especiales, supuestos especialistas en supercherías, que son presentados como doctos en la materia, pero la realidad es, que tanto en la calle como en los estudios de tv, son creadores de falsas esperanzas y sedimentan espejismos en la mentalidad de los ingenuos usuarios televisivos.
La competencia por ganar incautos con esta programación, por parte de los canales tanto privados como oficiales es feroz. No sólo en la promoción de los mismos sino, en la presentación, llegándose el caso que algunos tienen hasta una especie de altar y varita mágica. Se visten a la usanza de magos o con ropaje extravagante para captar televidentes.
Los vendedores de ilusiones, son hábiles en sus presentaciones. Se valen de las descripciones personales, aquellas que son tan generales que se pueden aplicar a mucha gente. Igual, en su repertorio, acuden al viejo expediente de los problemas personales que son comunes en los miembros de cualquier sociedad y endulzan las soluciones, de acuerdo a formulas ya manidas, que aparentan su solución. Se les recomienda a la audiencia, comportamientos, de acuerdo a tal o cual carta, o de tal interpretación, de la forma en que caen los caracoles, cartas o la lectura de la borra del café. Las sugerencias de los vendedores de ilusiones, apuntan a conductas que le resolverán sus problemas o solventarán sus inquietudes sentimentales u emocionales.
Las esencia, los perfumes no faltan en esta especie de hipnotismo en el que inducen al televidente, para buscar la felicidad, embadurnado de aromas y fragancias. Estas fragancias exquisitas, según los vendedores de ilusiones pueden llevarlos a estados de felicidad que Ud. no se imagina, aunque la realidad lo golpee y lo golpee.
La especialidad de algunos de estos vendedores de ilusiones es la cartomancia, en particular el uso del Tarot, para predecir el futuro. Aquí también se acude a las generalidades, a situaciones emocionales o de salud que forman parte del devenir del ser humano, pero que ellos hábilmente las presentan como interpretadas por ellos al disponer las cartas sobre la mesa y en consonancia advierten sobre cosas que pueden pasar al cien por ciento de los seres humanos. Vas a tener un problema sentimental a futuro? Quien no lo tiene?. Veo aquí, un futuro viaje?; Quién no piensa en un viaje a futuro? Puedes tener mejoras en tu trabajo. Quien no piensa en mejorar su vida con el trabajo. Y así los vendedores de ilusiones van hilvanando generalidades, posibilidades para hacer crear a los televidentes que han adivinado sus problemas.
Acuden también a la bola de cristal o al horóscopo, también manejando un sinfín de generalidades, de situaciones probables o posibles. También realizan advertencias a las que cualquier persona en sociedad, producto del convivir puede enfrentar. ¡Debes cuidar tus relaciones ¡; ¡ Tendrán inconvenientes en tu trabajo¡; ¡Toma las cosas con calma, no cometas errores¡; ¡ Cuida la relación con tú pareja¡ Y así, continúa una autopista de advertencias que son comunes y validas para todas personas en cualquier sociedad donde viva.
Entre los vendedores de ilusiones de la tv no podían faltar los que ven el futuro, el de los demás, nunca el de ellos. Entonces acuden al tarot, al manejo de cartas que manipulan a su antojo y le predicen a Ud. cualquier cosa. Son hábiles prestidigitadores en el manejo de las cartas, pero la interpretan de tal manera que caen en generalidades, lugares comunes que podrían sucederle a cualquiera y no precisamente porque su futuro está pre determinado. No está comprobado o verificado que sea posible conocer los hechos futuros a través de método adivinatorio alguno, pero ellos lo siguen pregonando y engatusando a los ingenuos que los siguen.
La idea del Cosmos ha cambiado a través de los tiempos, natural, porque el universo evoluciona, cómo evoluciona la vida y todo lo que existe, sin embargo, los vendedores de ilusiones trabajan con mapas ya caducos, porque la posición de los Astros también ha variado y surgen nuevos planetas, estrellas y fenómenos en el universo, que quedan al margen de estas vetustas cartas, que ellos utilizan para sus predicciones. Todavía utilizan los modelos de Tolomeo en sus interpretaciones que tienen más 2.500 años de antigüedad.
La expansión y dinámica del Universo, es continua, pero los astrólogos siguen divagando sobre mapas, que tienen miles de años de haber sido elaborados, ya sin vigencia, pero ellos, siguen convenciendo a la gente de su credibilidad y orientando sobre bases falsas, porque ya los instrumentos y modelos que utilizan para tales fines han perdido toda vigencia. Sus predicciones son tan generales que pueden aplicarse a cualquier persona o situación.
Si a todo lo narrado, le sumamos que los personajes que aparecen en televisión, gozan de una ingenua credibilidad por parte del público, por considerar, opinión común que: "si apareces en televisión, es porque eres importante y creíble", por el poder de penetración del propio vehículo comunicacional y ahora, porque se venden, por el número de supuestos seguidores que tienen en las Redes Sociales, podrían Uds. Imaginarse, el mundo de fantasía e ilusiones falsas que son capaces de crear.
Todo lo hacen con la complicidad de los directivos del Canal respectivo, que en fin de cuentas no le importa el impacto emocional que esto pueda tener en el espectador, sino, en los beneficios económicos que le pueda reportar una audiencia hipnotizada. Verán entonces, cuan negativo es el vendedor de ilusiones y de falsas esperanzas en el mundo de las comunicaciones. "Me gusta la ternura, no la ridiculez; la discreción, no la indiferencia; los sueños, no las falsas ilusiones". Elena Poe