Auditórium

Venezuela: ¿El paraíso de los mediocres?

«Cada acierto nos trae un enemigo, y que para ser popular hay que ser mediocre». Huyamos del paraíso de los mediocres, y avancemos hacia una transición. Fin de la cita. Oscar Wilde.

La política venezolana está muy desprestigiada, ya no atrae a personas de valía, y que necesariamente no tienen que ser tecnócratas, aunque tengo que decir que éstos son buenos en un gobierno. No me identifico con una ideología trasnochada concreta, y creo que de todas las ideologías democráticas pueden tomarse medidas útiles, según las circunstancias políticas, económicas y sociales.

El problema es cuando hay un exceso de ideologización, y el pragmatismo casi desaparece, que es lo que ahora ocurre, lo que conduce a la polarización, al tacticismo cortoplacista, la agitación, y la lucha por la propaganda calichosa. De esto último estoy hasta los mismísimos escrotos. Yo también creo que el unipartidismo no solo no ha arreglado nada, sino que ha causado más perjuicios.

Venezuela C.A. no es más que una gran empresa de la que todos los venezolanos somos accionistas. Soy venezolano ya jubilado, pero todavía mato mis tigritos para sobrevivir. Soy articulista, pero mis opiniones no nacen de una vocación de la poesía, sino de una necesidad vital de recomponer, la sociedad, y la economía de mi país. Observo la realidad de Venezuela con mucho distanciamiento.

Hoy, cuando escribo este articulo, me siento como incomodo cuando veo a un mediocre intentando "ordeñar una chiva macho", es como intentar hacer lo imposible. En este artículo mi asidero será el buen juicio, y el menos común de los sentidos.

Cuando uno tiene una situación difícil en el corazón busca al mejor cardiólogo posible. Cuando se tiene un problema legal, buscamos un buen abogado. Cuando el auto presenta alguna avería, acudimos al mecánico de confianza.

Lo único que buscamos es contratar talento con la experiencia precisa para sacarnos de un apuro. ¿Acaso se nos ocurrirá contratar a la persona más mediocre, y sin calificaciones simplemente porque es locuaz, tiene buena presencia, o pertenece a un parapeto ideológico con el que tenemos afinidad? ¿No exigimos experiencia para la labor en cuestión, y exigir que no haya piratas en las profesiones? Creo que nadie en su sano juicio puede oponerse a este razonamiento.

Entonces, ¿por qué elegimos a políticos mediocres, a aparatchiks sin preparación, sin capacidades profesionales? ¿Por qué no se exige excelencia en la política?

En Venezuela teníamos la suerte de contar con un admirable cuerpo de profesionales en la administración del Estado, gente increíblemente preparada, y que conocían las entrañas del país en profundidad. Pero para liderar las instituciones, últimamente optamos por la más absoluta mediocridad. Con dirigentes mediocres, con resultados penosos, esta es la ecuación del desastre de la patria. Por esto, es absolutamente intolerable, que en el momento actual de extrema urgencia, donde Venezuela se asoma al abismo, la sociedad permita que los fondos provenientes del petróleo (nuestra salvación) sean administrados por un grupo de líderes insignificantes, rabos e` cabuya, profesionalmente mediocres, salvo honrosas excepciones, y que la ansiada recuperación económica sea gestionada por gente que sigue fracasando estrepitosamente.

La democracia es el menos malo de todos los sistemas de gobierno, quizá el único válido. Si queremos que la democracia venezolana sobreviva al populismo, y a la mediocridad, tenemos que intervenir. Las amenazas a la democracia no vienen solo de regímenes totalitarios del extranjero, sino de líderes libremente elegidos en nuestros propio país, los cuales corroen las normas de convivencia atrayendo una base popular empobrecida, y corrompiendo las instituciones.

Debemos recurrir de manera extraordinaria, a los especialistas, a los técnicos, a los que saben resolver, independientemente de su ideología. Hay que encargar a los más capacitados para que diseñen la salida de esta crisis, gestionen los fondos internacionales, y realicen una asignación eficiente de los recursos. Necesitamos invertir cada dólar en aquel sector que tenga un mayor efecto multiplicador, en aquellas áreas que erradiquen más rápido la precariedad y la pobreza, y redistribuyan la riqueza de manera productiva. Hay que evitar que se repartan los fondos en función de intereses electoreros.

¿Porqué los profesionales más capacitados no activan en la política? La traba radica en los obstáculos de entrada inspirados e impuestos por los más mediocres y corruptos de la clase política, con el objetivo encubierto de excluir a los mejores. ¿Y cómo se ha consumado este asalto al poder por los mediocres? Sencillamente porque estos cargos estarán muy mal retribuidos para los mejores aunque sí son excesivamente jugosos para los mediocres.

Por lo tanto en política, salvo en las citadas excepciones, hay una tendencia a la selección negativa, es decir, acuden a ella aquellos que no tienen mejores opciones en la vida real.

Venezuela es un extraordinario país afortunadísimo en cuanto a recursos naturales de todo tipo. No tenemos más que gestionar y sacar partido a lo bueno que atesoramos en beneficio de todos. ¿El país está al borde de la ruina, y nuestra única esperanza la vamos a seguir poniendo en manos de algunos de los pirómanos que ayudaron a propagar el incendio con su ineptitud?

Por eso es que hago un humilde llamamiento cívico a todos los partidos, para promover un movimiento que impulse la creación de un gobierno de salvación nacional.

Esto no es algo ingenuo o idealista. Solo necesitamos generosidad por parte de la oposición, liderazgo por parte de los gobernantes, y muchísima presión social.

Si abandonamos los criterios politiqueros e ideológicos para salir de este agujero, el efecto será monumental, y cambiaremos el futuro de Venezuela inmediatamente superemos la desunión, el odio, el egoísmo político, la algarada, y la mendicidad callejera, la división, los sectarismos que nos enfrentan, por la unión, la cooperación, el trabajo en equipo, la alegría, y el compañerismo, la tolerancia, y todo con claros objetivos: mejorar la calidad de vida, conseguir la igualdad de oportunidades, aumentar nuestro nivel educativo, invertir en nuestro futuro vía innovación. Postscriptum: ¡Uff! Me he quedado a gusto. Ingenuo de mí, al menos lo he intentado. En el futuro, podré decirles a mis nietos que hice lo que humildemente estuvo en mi mano. ¿Y tú?



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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