Crónicas cotidianas

Como si Dios estuviera haciendo un experimento

El esposo de Maritza formó parte de la primera oleada que cogió sus macundales y se fue del país, en busca de mejores horizontes, hace cuatro años y medio. La dejó con 30 años y tres hijas, Daniela de 9, Maritza de 8 y Susana de 6. La dejó en una humilde casita que afortunadamente "había comprado con el dinero que había ganado, cuando era obrero calificado de Gabriel, donde -me cuenta ella- ganaba mucha plata y compró la casa, la arregló, le pusimos platabanda un día que hicimos un sancocho y vinieron los amigos a ayudar, su hermano que era albañil -a él lo mataron unos malandros pa´atracarlo- le diseñó tres cuartos, la sala, dos baños y el patio. Todos los fines de semana, el hermano que los dirigía, él y dos amigos se ponían a construir, hasta que la terminaron, poquito antes que llegara la crisis y entonces no dio chance de frisar la sala, ni el cuarto de nosotros, los cuartos de las niñas sí. Hicieron la cocina también. Tampoco alcanzó la plata para ponerle cerámica a los baños. Pero nos quedó una buena casa. Siempre me ofrecen plata por ella. Como estaba sola y no tenía para comer, se quieren aprovechar, pero Marcelo me enseñó cosas. Yo creo que ya no regresa porque debe tener otra familia. Antes me llamaba dos y tres veces a la semana. Hablaba con las niñas y conmigo y me dijo que estaba reuniendo para venirse. Ya hace más de año y medio que no se comunica. Sé que está bien por otros hombres que se fueron de aquí del barrio. Él está en la zona industrial de Santander que llaman Inacar, y trabaja en una empresa de químicos, porque él sabe de cosa de aleaciones. El señor Armando, que es un vecino, llama a su esposa, quien se fue hace como dos años para allá entusiasmado por Marcelo; y le dice a la esposa que Marcelo está bien y que lo bien siempre por la zona, que a veces hasta almuerzan juntos. Por eso siento que no va a volver".

.- ¿Por eso te pusiste a vivir con otro hombre y te embarazaste?

.- Él es un buen señor. Se le murió la esposa hace dos años. Desde que estaba la esposa viva, siempre me ayudaba. Yo iba, le limpiaba la casa, ayudaba a la señora, la bañaba al final de sus días, le daba la comida, la limpiaba; y él me pagaba por eso. De verdad le agradezco mucho porque qué hace una mujer sola con tres niñas, que no llegues a un sitio y los tipos no te quieran coger para darte un trabajo. Busqué trabajo en una panadería por aquí cerca y el tipo me lo dijo de frente. Yo nunca había pasado por eso, porque todavía tengo a mi mamá y mi papá vivos y a mis hermanos. Estudié hasta 4to año, y Marcelo fue mi segundo novio y con el que me casé. Pero yo lo estaba pensando en verdad, que, si le iba a dar la cuchara alguien, era mejor ser puta y ganar plata.

.- Y este señor te quitó el tormento

Es muy buena persona. Todo lo que tiene lo comparte. Nos fuimos a vivir a su casa y dejé mi casa cerrada porque pienso alquilarla. Cuida a las niñas. Está pendiente de ellas, les compra cosas y no es un tipo malicioso, porque yo estoy pendiente. No creas, con tantos pedófilos que hay. Pero tiene una banda de nietos y nietas, algunas de la edad de las mías. Antes iban para allá los fines de semana y se quedaban allá, y nosotros las íbamos a buscar los domingos en la tarde. Hasta que ocurrió aquella vaina que, en verdad, nadie imaginó que fuera a pasar.

.- ¿Pero qué ocurrió?

Bueno, imagínate que uno de los nietos del viejo, es un niño de 15 años. Y en una de esas noches que se quedaron, pues embarazó a Daniela.

.- ¿Qué es eso, y qué edad tiene ella? ¿La violó?

.- Va a cumplir 13. Daniela dice que le gusta él y él que está enamorado de ella. Ella quiso tener sexo con él. Dos niños que no saben un coño de un coño. Nada de nada de la vida. Ella está feliz. Me hace llorar porque no quiere entender que se le jodió su vida. Los papás del niño y yo hemos hablado con ellos, y no quieren entender. El viejo está apenado. El otro día lo encontré llorando y le dije que no era su culpa.

.- O sea que tú de 33 y tu hija de casi 13 están embarazadas al mismo tiempo

.- Y la llevo con la misma obstetra, que nos ve siempre a las dos. De paso parece que vamos a parir con una semana de diferencia. Es como si Dios estuviera haciendo un experimento



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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