Auditórium

El peor año, y arrancando el 2023, con esa pata hinchá

"(…) ¡Ah, tenían muchas verdades que revelarle! ¡Y hermosas! ¡Y no trilladas! ¡Luminosas! ¡Deslumbrantes! "¡Eso es!", empezó a decir el buen pueblo, "¡sí señor! ¡Exacto! ¡Muramos todos por esto!" Lo único que pide siempre, el pueblo, es morir. Así es. "¡Vida Diderot!", gritaron y después, "¡Bravo, Voltaire!". ¡Eso sí que son filósofos! (…) ¡Al menos, esos son tíos que no le dejan palmar en la ignorancia y el fetichismo, al buen pueblo! ¡Le muestran los caminos de la libertad! ¡Lo emancipan! ¡Sin pérdida de tiempo! En primer lugar, ¡que todo el mundo sepa leer los periódicos! ¡Es la salvación! ¡Qué hostia! ¡Y rápido! ¡No más analfabetos! ¡Hace falta algo más! ¡Simples soldados-ciudadanos! ¡Que voten! ¡Que lean! ¡Y que peleen! ¡Y que desfilen! ¡Y que envíen besos! Con tal régimen, no tardó en estar bien maduro el pueblo". Fin de la Cita. Louis-ferdinand Céline, libro Viaje al fin de la noche.

En lugar de servir para unirnos, en Venezuela la devaluación del bolívar digital, la hiperinflación, la especulación, y el dólar a 20 bolívares, y con un salario mínimo de 7 $, lo que ha hecho esta tragedia económica de fin de año 2022, es agrandar las grietas entre nosotros, como si todos, y cada uno fuéramos los responsables de su llegada, y de sus efectos destructivos.

Salvo para quienes sufrieron el Covid-19 en el 2020, y los meses de hambre y encierro, que son ya pocos, y salvo para aquellos con los que se cebó el infortunio en un momento concreto, este año que se termina ha sido el peor año para los venezolanos, que sobreviven aquí, como para los de la diáspora, y como para la población que aun emigra por el Darién hacia USA. La devaluación, inflación, especulación que asola a este país estos últimos tres meses, se ha llevado por delante tantas cosas que es imposible no haber sufrido sus consecuencias independientemente de las circunstancias de cada persona. Si pudiéramos, todos apostaríamos por borrar el 2022 de la historia, y con él la tragedia que nos ha vuelto a teñir nuevamente de principio a fin.

Venezuela la otrora rica nación petrolera, estaba acostumbrada a la estabilidad, y al progreso de los últimos 40 años del siglo XX, algo de lo que no disfrutó ninguna de las generaciones anteriores a la nuestra, que hoy huyen del país ante la falta de oportunidades.

En la historia de Venezuela no habido nunca un periodo de más de 10 años de tragedia económica, sin existir una guerra, y convencidos de que a nosotros, ya nada nos podía pasar, la irrupción en nuestras vidas de esta terrible alza del dólar que de momento, nos dejó unas negras navidades, y se llevo los festejos del año nuevo en los cachos, se ha cobrado ya el llanto de millones de niños en todo el país que no los visitó San Nicolás, además de arruinar económicamente a muchas personas, nos ha trastornado tanto este diciembre negro 2022, que los efectos morales, y psicológicos se empiezan a notar individual, y colectivamente, haciendo de la convivencia un ejercicio de riesgo, y de la política una batalla más cruel. En lugar de servir para unirnos, en Venezuela la especulación que llevan los criminales comerciantes árabes, y chinos con chapas, y apoyo militar, y policial, lo que ha hecho es agrandar las grietas entre nosotros, como si todos, y cada uno fuéramos los responsables de este desastre socioeconómico, y de sus efectos letales.

Cuando la pobreza entra por la puerta de cada hogar venezolano, el amor por la revolución sale por la puerta del patio, dice un viejo refrán popular, pero en Venezuela con esta desgracia ha saltado por los aires incluso el respeto mínimo, demostrando la inmadurez de una sociedad apática e indolente acostumbrada a culpar a otros de sus problemas, sea de la oposición, o del Gobierno, como continuamente vemos ante el menor contratiempo.

Como esos niños de la calle que se han multiplicado que siempre piensan que la mendicidad tiene que solucionarles toda su tragedia, muchísimos venezolanos esta vez con este brusco salto del dólar, pareciera ser que han reaccionado, y veremos si siguen haciéndolo empezando enero del 2023, ante esta hiperinflación atroz, como si esto fuera un castigo inmerecido, y premeditado en contra de ellos, y no un drama colectivo al que hay que combatir unidos. Por suerte, ha habido muchos otros, la actual crisis del sistema de salud, educación, en primer lugar, pero también millones de ciudadanos apáticos que se han limitado a hacer lo que les convenía sin estridencias ni culpando a ningún ente publico, pero que si ha demostrado que quedan ciudadanos con algo de sensatez en este país tan crispado, y tan áspero del ultimo trimestre del 2022 para acá.

Cuando un tema da mucho que hablar, se lee, y oye, para exponer todo lo que se haya que decir.

"Lo que exalta y santifica Homero no es el triunfo de la fuerzas victoriosas de la especulación, y la devaluación del bolívar, sino la energía humana en la desgracia", muy bien descrito por un pensador en la ‘Ilíada’ en una felicitación navideña, que es lo mismo que dice otro poeta en la suya, pero este desde su fe religiosa, citando al papa Francisco: Confiemos en que sea así, y que la fe que empieza este domingo primero de enero nos salve a todos de esta tragedia económica de fin de año 2022, bien sea por unas efectivas, y drásticas medidas económicas o por la voluntad de Dios. El problema es que de momento no se ve una vacuna contra estos criminales especuladores, que los haga desaparecer del país con ella, si se las aplican bien dosificada. Aun así, y a pesar de todo, al pueblo venezolano, el que se quedó, y el de la diáspora, feliz 2023.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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