¿De quién es la verdad cultural comunitaria, del pueblo o de los burócratas?

Carta abierta de funcionarios del CONAC que renuncian a sus cargos en protesta

Nosotros y nosotras, quienes suscribimos la presente comunicación, miembros todos del cuerpo Directivo, Gerencial y trabajadores y trabajadoras de la Plataforma del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), quienes en este momento histórico, en que el proceso revolucionario vive en el plano cultural una de sus mas profundas crisis, expresada en las contradicciones del quehacer político cultural, representado por dos tendencias que pugnan entre un modelo gatopardiano “cambiar para que nada cambie” y un modelo de construcción colectiva “dándole poder al pueblo”, sin titubeo, nos dirigimos al pueblo venezolano, para expresar de manera consciente y clara las razones de fuerza y peso que le dan a la decisión unánime de apartarnos de los cargos y responsabilidades que veníamos desempeñando transitoriamente allí, desde el inicio de esta revolución en algunos casos y más reciente en otros. Quizás, es importante enfatizar y hacer público que desde aproximadamente un año, asumimos junto al Presidente del CONAC, Lic. Ronald Lessire y la Directora General del mismo organismo, Lic. Jesús América Ferrer, el compromiso de conformar un equipo consolidado y activo con principios, normas y forma para emprender un proceso que, por un lado tenía que ver con la transformación estructural del CONAC, cuestión que se ha venido cumpliendo sin ningún trauma hasta ahora y por el otro, cambiar la concepción reproductora que definía la institución. Es por ello que, tomando como base los preceptos constitucionales y los ejes estratégicos planteados por el Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Hugo R. Chávez Frías, decidimos darle un rumbo al quehacer del CONAC para trabajar por proyectos, con sujetos y en contextos comunitarios. Todo ello, a fin de asumir el mandato de un pueblo, para darle respuestas a sus necesidades, requerimientos, inquietudes y problemas socio-culturales que demandaran, cuestión ésta que prefiguraría la construcción de ese poder popular tan ansiado y significativo para profundizar y mantener la revolución. Sin embargo, es sorprendente la actitud asumida por el ciudadano Ministro del Poder Popular para la Cultura, Arq. Francisco Sesto Novás y el Dr. Héctor Soto de solicitarle a la Junta Directiva de esta institución, ciudadano Ronald Lessire y ciudadana Jesús América Ferrer, la disposición de sus cargos, por no acatar y cumplir con la destitución –sin una lógica justificación- de tres Directores del despacho del Presidente del CONAC. Además pretender ser únicos jueces para, en nombre de un pueblo, acusarlos y acusarnos de cuestiones muy alejadas de la realidad, incluso que los Directores vienen trabajando de manera desarticulada. Por ello ratificamos, como siempre, que el único y real juez social de nuestras prácticas revolucionarias son las comunidades combativas del pueblo venezolano, que apalancan este proceso de transformación. Pues, camaradas, compatriotas, trabajadoras y trabajadores, cultores y cultoras de todo el país, nos permitimos decirles que lo expresado anteriormente fue nuestro sur y, gracias a estos dos camaradas diligentes y dirigentes fue posible cumplirlo en el pasado año. Pero allí queda todo, ahora el camino es de ustedes para defender y continuar emprendiendo aquello que se inició, es decir, que el uso de los recursos financieros fuera administrado por las comunidades organizadas, quienes de manera colectiva construyen sus propios proyectos atendiendo a su realidad, sin embargo las comunidades pueden seguir contando con nosotras y nosotros, pues la lucha continua y allí hemos estado y lo seguiremos haciendo, pues somos pueblo, y el pueblo unido jamás será vencido, adelante camaradas. SIN EMBARGO, LES DECIMOS QUE RECONOCIENDO LAS FALLAS, LOS ERRORES Y TROPIEZOS, PERO VALORANDO QUE LO IMPORTANTE ES LO QUE SE HACE Y NO SOLO LO QUE SE DICE, ES DECIR, QUE UNO Y OTRO DEBEN ESTAR EN CONSONANCIA Y APEGADOS A NUESTROS PRINCIPIOS REVOLUCIONARIOS, HEMOS TOMADO LA DECISIÓN DE RESPALDAR LA POSICIÓN TOMADA POR EL PRESIDENTE DEL CONAC, LA DIRECTORA GENERAL Y OTRO DE LOS MIEMBROS PRINCIPALES DEL DIRECTORIO Y PONER NUESTROS CARGOS PÚBLICOS COMO DIRIGENTES POLÍTICOS QUE OCUPAMOS EN EL CONAC A LA ORDEN DEL PUEBLO VENEZOLANO, A QUIEN LE DEBEMOS CUENTA DE NUESTRAS ACCIONES.

EXPLICACIÓN NECESARIA

En la marcha contra viento y marea de este pueblo por derrotar la exclusión y la hegemonía dominante, muchos sectores organizados se han empinado para dar su cuota y aporte en esta construcción revolucionaria, a fin de promover cambios estructurales rotundos y definitivos en Venezuela.

En lo referido al campo cultural, estos procesos han implicado marchas y contramarchas que reclaman el asumir la responsabilidad contribuyendo con la construcción de un proceso político cultural de inclusión: desde la base. Este ha sido nuestro compromiso, nuestra opción de vida política, tanto en los espacios comunitarios, como en los espacios de gestión pública, verbo y gracia ahora en el Consejo Nacional de la Cultura. Es así que, siendo consecuentes con los lineamientos que implican darle aliento de vida, espíritu de cuerpo a la valiosa frase que de forma reiterada se enarbola como “El pueblo es la cultura”, ha venido orientando e iluminando el camino necesario hacia la construcción y consolidación de una alternativa revolucionaria en el marco cultural.

Se puede reconocer de alguna manera que existen contradicciones entre la requerida y urgida participación del pueblo, de la comunidad cultural de un país que ha dicho “basta y ha echado andar”, como lo diría el Ché y la fastuosa política de “pan y circo”, dirigida a desarrollar una política presumida y alienada -que en el fondo es una novísima reproducción de la política dominante de la cuarta república-, mediante la cual con esto no se forma conciencia, es decir, “aquí no pasa nada”, ni tampoco reclaman como saldo la organización popular. Es por ello, que afirmamos que en Venezuela se vive una confrontación de clases que ha llegado a una encrucijada, expresada en las prácticas reformistas contra la práctica revolucionaria consecuente con las premisas de inclusión y justicia social que den origen a la construcción y el fortalecimiento del poder comunitario. A tal efecto nos preguntamos ¿Qué implica el anteponer a las instituciones rectoras bolivarianas el antetítulo de “Ministerio del Poder Popular para….”, cuando con estas prácticas reformistas se le pretende cerrar los caminos al pueblo?; ¿Qué implica querer ocultar la gobernabilidad de abajo hacia arriba, como opción de verdadera democracia y protagonismo?; entonces ¿De qué poder comunal estamos hablando en el Ministerio del Poder Popular para la Cultura?

Un Estado en la búsqueda y construcción del ideario socialista no puede estar atrapado en la duda de quién va primero, si la gente o las instituciones. No puede alentar posturas burguesas de abrogarse el derecho a mantener estructuras y prácticas representativas, no en este tiempo por Dios, y menos aún insistir en reproducir relaciones capitalistas para apropiarse de la plusvalía cultural.

Son suficientes estas razones para reflejar las contradicciones que actualmente conmueven y confrontan al CONAC con las concepciones y modelos que sustentan la postura del Ministro del Poder Popular para la Cultura, Francisco Sesto, y del Dr. Héctor Soto, miembro activo de un Supra Gabinete Cultural, más allá del bien y del mal, cuando señalan “que nosotros y nosotras trabajamos para otra revolución que no es esta….., que nuestra práctica socio cultural comunitaria debería estar en otras instancias públicas del Gabinete Social”, como si se estuviera contribuyendo una vez más a la odiosa División Social del Trabajo, que es categoría de valor de la ideología capitalista. Entonces insistimos en preguntar, ¿Cómo es que estos hechos nos señalan y acusan de no cumplir con el mandato del Presidente de la República?; ¿No es cultura revolucionaria acompañar políticamente la construcción del nuevo republicano y republicana?; ¿No es cultura revolucionaria una cuestión de corresponsabilidad social y un asunto político?; ¿Acaso no es el debate sobre la construcción de los valores del Socialismo del Siglo XXI, un problema eminentemente que compete a la Cultura, como expresión y espíritu de la Nación?

UNA MIRADA POR EL CAMINO RECORRIDO

Encontramos:

  • Una estructura que representaba lo que hoy es el Ministerio y sus Plataformas: una estructura anquilosada, elitesca, preferencial y personalista, que funcionaba como un “telecajero”, centralizada en ésta y otras capitales de estado, en detrimento de la democracia territorial.
  • Una moral laboral sin proyectos políticos de participación y cogestión.
  • Proyectos sin sujetos ni contextos.
  • Equipos tecnocráticos que pensaban y decidían por el pueblo.
  • Una política de distribución de recursos concentrada en el clientelismo y de beneficios a las minorías.
  • Una institución que le negaba el saber al pueblo, sólo la institución pensaba y legitimaba el conocimiento. Una institución que no orientaba la organización popular, ni la reconocía como un proceso sustantivo de la ciudadanía. Una institución destinada a confundirse y distraerse en el laberinto administrativo para cobrar por no dar soluciones al pueblo. En fin, una institución en la cual la planificación estaba centrada en el imaginario neoliberal y tecnócrata del funcionario cuarto republicano.

QUÉ HEMOS HECHO

  • Reconocer responsablemente la crisis anterior, para comenzar a construir colectivamente los escenarios y momentos que junto al pueblo, pudieran generar las respuestas acordes con la realidad y la coyuntura histórica que demanda el pueblo venezolano.
  • Ante la oferta de liquidación del CONAC, propuesta por el Ministro del Poder Popular para la Cultura, optamos por un proceso de consulta y transformación que generara un nuevo sujeto institucional bolivariano, respetando el derecho legítimo de trabajadores y trabajadoras a la seguridad social.
  • Asumir como modelo epistemológico una gestión pública bolivariana basada en la construcción de políticas y gobernabilidad con las comunidades, es decir, “de abajo hacia arriba”, en un ejercicio permanente de corresponsabilidad.
  • Asumir como nuestro compromiso y hacer públicas las tres políticas medulares que definiera el ciudadano Ministro para su primer período de gestión a saber: “Democratización, masificación y desconcentración”.
  • Romper con la orientación política clientelar del llamado Plan de Financiamiento Cultural (PFC), por una nueva política de corresponsabilidad y participación colectiva de y en la comunidad, dejando atrás el talante paternalista que caracterizó la gestión cultural cuarto republicana.
  • Emprendimos junto a las comunidades el acompañamiento y construcción de proyectos comunitarios basados en metodologías activas y participativas, en los 24 estados y en 260 municipios, donde los saberes y haceres son del pueblo.
  • Sistematizamos la información nacional de las tendencias sobre las demandas socioculturales del país, asunto inédito a esta escala en toda la historia de la institución cultural pública.
  • Acompañamos en las comunidades del país, la creación de los Equipos Locales de Investigación, en todos sus procesos y productos elaborados, que representan la memoria histórica de luchas ancestrales que definen la soberanía y nacionalidad desde lo local. (Ver la edición de cuatro Tomos distribuidos, presentados y debatidos a nivel nacional e internacional entre comunidades actoras, como aportes del intercambio de saberes comunitarios).
  • Aproximación a un modelo académico que define y unifica como responsabilidad del Estado Docente, el “Sistema Nacional de Educación y Formación para las Artes”, el cual representa una respuesta integral para toda la población con inquietudes artísticas.
  • Acompañamiento en la conformación de una política de inclusión socio cultural a través de las unidades productivas culturales, como protagonistas de un nuevo modelo de producción social para fortalecer el desarrollo endógeno local, concretada en 92 Asociaciones Cooperativas Culturales en esta primera fase en todo el país.

EN CONSECUENCIA:

  1. Nosotros y nosotras no nos abrogamos ningún derecho a pensar por el pueblo soberano, ni a decidir por él en asuntos vitales de su espíritu y construcción. Contrario a esto, reafirmamos nuestra firme voluntad de andar junto al pueblo acompañándolo en sus luchas emancipadoras, en su carácter de sujetos protagonistas de este proceso.
  2. Nosotros y nosotras no somos ni seremos responsables ni piedra de traba de las aspiraciones legítimas del pueblo en la explosión del Quinto Motor Constituyente.
  3. Sostenemos que no hay una real construcción de la Nueva Geometría del Poder si no se desenmascaran las prácticas y practicantes del reformismo burgués, incapaz históricamente de acompañar a las comunidades en su proceso de liberación.

POR CONSIGUIENTE:

  1. Declaramos públicamente nuestra convicción por la construcción colectiva de la patria socialista junto al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela: Hugo Chávez Frías.
  2. Declaramos que sin la verdadera y real participación popular, no hay un devenir histórico que nos guíe al establecimiento de una verdadera democracia revolucionaria pues toda afirmación fuera de ella, es una triste pantomima de los fantasmas del pasado.
  3. Rechazamos la ética “guabinosa” que pretende, al margen de la praxis junto al pueblo, definir, juzgar y condenar quién es verdaderamente revolucionario y revolucionaria, para acusar sin pruebas llamando a la crítica “conspiración”.
 

Caracas, al quinto día del mes de marzo del dos mil siete.

¡HACIA LA CONSTRUCCIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE LOS COMITÉS DE CULTURA DE LOS CONSEJOS COMUNALES!

¡POR LA CONTINUIDAD Y PROFUNDIZACIÓN DE LOS PLANES LOCALES DE DESARROLLO COMO EXPRESIÓN DE CONCIENCIA DE CLASE!

¡POR LA DEMOCRATIZACIÓN Y SOCIALIZACIÓN DE LOS RECURSOS PÚBLICOS ADMINISTRADOS SABIAMENTE POR LAS COMUNIDADES!

¡SIN PRÁCTICAS REVOLUCIONARIAS NO HAY CONCIENCIA NI CULTURA REVOLUCIONARIA POSIBLE!

¡CONTRA EL REFORMISMO: “COMUNIDAD, SOCIALISMO Y LARGA VIDA AL PUEBLO”!

¡SÓLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!

SUSCRIBEN:

Trina Manrique 2.744.141 D.G. Apoyo Docente
Jesús Mújica R. 3.226.121 D.G. Desarrollo Regional
Benjamín Zambrano 4.119.966 D.G. Coordinaciones Regionales
Isabel Castro 5.566.348 Directora de Despacho
Simona Rojas 6.381.494 D. G. de Investigación Cultural
Oswaldo Ramos 5.423.176 Director de Línea. D.G. Desarrollo Regional
Miriam Goyo de Nuñez 3.984.816 Sub-Directora. D.G Apoyo Docente
Karen Silva A. 10.337.759 Jefa de División. D.G Apoyo Docente
Pedro M. Guillen 8.984.719 Jefe de División. D.G Apoyo Docente
Carmen Betancourt 4.363.047 Jefa de División. D.G Apoyo Docente
Wilfredo García 5.520.621 Equipo Coordinación Nacional
Judith Gamboa 7.662.086 Equipo Coordinación Nacional
Carlos Iván Pérez 6.493.477 Equipo Coordinación Nacional
Iván E. Oviedo 9.959.909 Equipo Coordinación Nacional
José Rafael Naranjo 12.686.297 Equipo Coordinación Nacional
Luís Alberto Ochoa 10.112.565 Coordinador Dtto. Capital
Irma Betancourt 10.461.362 Equipo Coordinación Nacional
María Emilia Guevara 13.043.745 Equipo Coordinación Nacional


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