Leyendo artículos en nuestra página web Aporrea, donde acusan a Nicolás Maduro de no ser Socialista y de haberse entregado a manos del Capitalismo Neoliberal, me motivó a escribir estas reflexiones, las cuales espero sirvan de algo para enseriar el análisis situacional que nos corresponde hacer los que tenemos la misión honrosa de educar y formar a las nuevas generaciones.
Ayer en el programa 360 de VTV, el periodista que lo dirige entrevistó a varios empresarios directivos de FEDECAMARAS y FEDEINDUSTRIA; todos muy contentos celebraban el hecho de que el Gobierno hubiera creado las Zonas Económicas Exclusivas, las cuales vendrían a corregir las desviaciones que dejó el Comandante Chávez con sus expropiaciones y leyes que hicieron inseguras las inversiones productivas en el país, las cuales, según ellos, fueron la principal causa para que salieran huyendo hacia otras latitudes, buscando donde realizar sus actividades en ambientes mas seguros. Hasta se atrevieron a decir que en esas zonas libres de impuestos y protegidas por El Estado, los Trabajadores recibirían mejores sueldos y salarios. Algo así como cuando el gobierno de Juan Vicente Gómez, les dio las concesiones territoriales a las compañías norteamericanas para que estas nos hicieran el favor de llevarse ese barro negro que llaman Petróleo; el cual obstaculizaba la siembra y el pastoreo del ganado.
Hace más de 150 años un científico estudioso de los procesos y sistemas políticos y económicos de su época escribió un libro donde volcó unos conocimientos que luego pasarían a ser de aceptación universal y en el están expresados algunas leyes económicas, que hasta ahora se han tomado muy en serio por las universidades, para explicar el pasado y el futuro de la evolución que ha tenido la humanidad en este planeta llamado tierra; se trata del Libro El Capital, del alemán Karl Marx. Hago esta primera disgregación, porqué veo que, así como hay revolucionarios "CHAVISTAS" desconocedores de la existencia de la página web Aporrea, así también hay "SOCIALISTAS" que no saben quién fue Karl Marx y que escribió.
Según Mark, uno de los que más estudio a fondo al Capitalismo como Sistema, éste es el más óptimo creado por los humanos desde que aparecieron en la tierra para producir bienes y servicios. En su famoso libro Mark no habla de crear otro Sistema Productivo, sólo dice que después vendrá otro que él llamó Socialismo, encargado de Distribuir la Acumulación en pocas manos de Bienes logrados por la apropiación de la Plusvalía que los capitalistas hacen a costa de los trabajadores; los cuales deberán organizarse como Clase Social para enfrentar a la clase social de la burguesía capitalista y apropiarse ellos, de los Medios de Producción, para crear nuevas Relaciones en el Sistema Productivo. Esa podría ser una síntesis del planteamiento Socio-Económico de Mark.
Para poder comprender que está haciendo Nicolás Maduro y su gobierno, hay que buscar en cuales lineamientos ideológicos se ha formado y que él mismo recuerda a cada momento. Él es un Obrero Sindicalista que viene de una Empresa Capitalista Estatal, llamada Metro de Caracas Compañía Anónima, la cual todavía funciona como tal. A un obrero sindicalista nunca se le ocurrirá acabar con la Empresa donde genera los recursos (salarios) que les permiten satisfacer sus necesidades básicas y las de su núcleo familiar. Él sabe que, si la empresa quiebra o fracasa, él pierde su chamba. Él también sabe que si la Empresa prospera, su sindicato tendrá más posibilidades de obtener mejores beneficios contractuales en la próxima convención colectiva. Nicolás Maduro Moros fue formado y funcionado en esa lógica y él considera que Venezuela es una gran empresa la cual él preside y que, si ésta fracasa, el más perjudicado será él, su familia, sus amigos y la gente que lo acompaña. De allí que hará todo lo posible por sacar a la Empresa Venezuela, del hoyo donde la dejó Chávez, que se atrevió a desafiar al Papá de los helados (Imperio Norteamericano) y volver al bienestar que tenía la clase que él representa antes que apareciera el travieso Chávez con sus juegos de monopolio.
Es por eso es que Nicolás Maduro, la primera Ley que aprobó fue la de Precios Justos, con el fin de proteger a los Empresarios y asegurarles un mínimo de ingresos a los trabajadores que en las empresas laboraban. Lo que pasó que el salario fue tan mínimo que muchos trabajadores optaron por irse del país buscando mejores condiciones vida para ellos y sus familias. Nuestros empresarios, no teniendo mano de obra calificada para extraerle Plusvalía, pensaron que Maduro era peor que Chávez y pidieron ayuda al Imperio para sacarlo del poder.
Ahora las cosas han cambiado, gracias a Putin, el Imperio y los Empresarios optaron por convivir con el sindicalista Maduro y se han sentado en una mesa de negociaciones. Ya entendieron que no son enemigos y que pueden trabajar juntos. Unos para permanecer en el poder político y los otros para obtener beneficios económicos que aumenten sus tasas de ganancias en sus inversiones de capitales que seguro les suministrará El Estado.
¿Qué hacer? ¿O que yó aconsejaría hacer? Dejar que Maduro y su gobierno hagan lo que tienen que hacer. No se le pueden pedir peras al horno, como dice el filósofo gobernador del Zulia, hay que esperar mejores tiempos. Vivimos 14 años de efervescencia revolucionaria con Chávez, tendremos que ahora tranquilizarnos hasta el 2030 con Maduro para luego Reimpulsar al Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, el cual debe surgir después del Capitalismo Productivo que le toca desarrollar a Nicolás Maduro Moro. Así avanzan los procesos, dos pasos adelantes, uno para atrás y luego dos hacia adelante.
Yo, en lo particular, prefiero lo antes planteado, que la posibilidad de que vengan a presidir a la empresa Venezuela, hombres con la mentalidad de un brasileño como Bolsonaro, un colombiano como Duke, un argentino como Macri, u otro como el Boric chileno y menos a un venezolano como el dueño de La Polar. Con un Sindicalista nos puede ir bien o mal; con un empresario ya sabemos de antemano como nos va a ir a los vencidos de siempre. Más sencillo, imposible. Y les sigo recordando a mis lectores, mi sagrada progenitora me dejó hace 47 años, por favor no me la recuerden.