-
La ultra derecha no sólo utiliza la magia para robar los bienes del pueblo venezolano, sino también, para evadir la justicia, frente a la mirada estupefacta del pueblo que exige justicia.
Por arte de Magia y al mejor estilo del famoso personaje de ficción creado por Sax Rohmer, conocido como Fu-Manchu, la ultra derecha con sus predigistadores Juan Guaido y Leopoldo López, desaparecieron del mapa a MONOMEROS y CITGO, empresas venezolanas rentables, hasta que fueron ilegalmente expropiadas y administradas por los eficientes funcionarios al servicio del interinato.
El espectáculo había comenzado a sala plena, cuando se presentó al público el interino-itinerante, con su mentor Leopoldo y el equipo de oportunistas de oficio, que lo acompañaban, para mostrarle a al expectante público, la proeza que habían logrado. Con el apoyo de afamados titiriteros del Norte, que no es una quimera sino, una lastimosa realidad, anunciaron: CITGO ES NUESTRA, TAMBIEN MONOMEROS Y EL ORO QUE ESTÁ EN INGLATERRA, YA LO ESTAMOS FUNDIENDO PARA EL REPARTO.
El público presente, de derecha por excelencia, aplaudió hasta rabiar, ya tenemos los churupos, decían algunos, frotándose las manos; ahora, no sólo mantendremos a nuestro aliados de la Asamblea Nacional sino, también, para financiar el Magnicidio, el golpicidio y todavía nos va a quedar para nuestro bolsillicidio.
Los prestidigitadores hicieron sus ademanes de costumbre, sacaron su pañuelo y sombreros y en un decir Jesús, en un santiamén, cuando todavía no había bajado totalmente el Telón, CITGO y MONOMEROS, habían desaparecido, sin dejar rastro, dejando boqui abiertos al público expectante. Qué Maravilla, dijo Dovilla, ¡increible¡, -exclamó- una pava del Este, emulando el estilo de la sifrinas de Caurimare cuando iban para Paparo, ni Haudine, lo hubiera hecho mejor-agregó-
No pasaron años, ni siquiera meses, solo días, cuando un sentimiento de angustia y una especie de escalofrío, recorrió la columna vertebral de la ultra derecha. Los churupos no aparecían. Algunos decían, sería un exceso de magia, que también los evaporó y desaparecieron o estarán mal repartidos.
Al parecer la segunda opción, era la cierta, es decir, mal repartidos. Porque algunos, los compinches del interino y los amigos y parientes de Leopoldo y Guido, recibieron su mesada completa, la bicoca millonaria pasó a engrosar los bolsillos y los bienes de los repartidores, por aquel refrán que dice: el que reparte y reparte le queda la mayor parte. Pero a la gran mayoría de los opositores, a los segundones, los tontos útiles, que los siguen ilusionados por la promesas ofrecidas, le pintaron una paloma y luego todo se supo, porque la verdad, puede esconderse pero siempre sale a flote.
La verdad, verdadera, no pudieron asfixiarla y por más que se tongonearon se les vio el bojote. El escándalo salió a flote: quebraron a MONOMEROS, desvalijaron a CITGO y mantienen secuestrado el, oro en manos de Gran Bretaña, para repartírselos como botín de piratería.
Como en un ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales, comenzaron las denuncias de parte y parte, que tú fuiste, que yo no fui. Que yo no estaba allí, porque yo estaba en una misa de aguinaldo. De Tín Marín de Títere fue. Así estaba de turbio el panorama dirigente opositor y la incrédula atención de sus seguidores, cuando, les salió un fantasma, que como buen conocedor de componendas y maniobras, porque las había practicado, al punto de tener un amplio curriculum en la materia, lo dijo por todo el Cañón: "Leopoldo López y Juan Guaido son responsables del desastre de MONOMEROS". Era el fantasma de alguien que estaba entre bastidores, Calderón Berti, quien quizá, para no verse salpicado, por haber aceptado el honroso cargo de diplomático de Juan Guaidó, trataba de expiar sus culpas con la denuncia.
Leopoldo, acusó el golpe, y presto salió a defenderse: a mí que me registren, dijo desde España, donde lo protegen sobre la base de comisiones y altanero de la boca para fuera, amenazó con demandar a Calderón Berti. Pero era solamente una pose para la prensa y para los que ingenuamente todavía lo siguen. No demando, porque Calderón Berti, zorro viejo, le dijo, yo tengo las pruebas. Y cuáles eran las pruebas?. Eran evidentes, MONOMEROS y CITGO, habían sido repartidos como cualquier torta de cumpleaños. Todos comieron, todos la disfrutaron, el Filósofo del Zulia, Primero Justicia, Voluntad Popular, el medio pollo de Henry Allup; se distribuyeron los cargos directivos, las comisiones y el capital que había. Hasta el queso que había en la mesa se lo comieron. La ultra derecha, cual jauría de hienas con la presa, arremetió y la despedazaron, no dejaron ni la carroña para los buitres. La familia López no se quedó atrás y la Matrona de la Familia, se ofreció para mejorar la imagen y posicionamiento de la empresa y fue recompensada con unos dolaritos, que no le caían mal para gastos menudos de peluquería y maquillaje. Fue el Festín de Baltazar, lo que hicieron con MONOMEROS y con CITGO.
Todavía, al estilo Fuman-chu, hacen malabarismos para enmendar el desastre, pero el daño ya está hecho, develada la trama corrupta, están al desnudo; no habrá demandas, en privado harán un pacto de silencio para no continuar sacándose los trapitos al sol, pero el Sol, no lo podrán tapar con un dedo, ni con todos los de la mano y los pies. Pienso que ni Mandrake, ni Haudini, el Mago de la Oz, David Copperfield, Fuman-chu, juntos podrán con sus habilidades tapar el agujero negro que ha significa una de las mayores estafas cometidas contra la Nación Venezolana y su pueblo; como tampoco podrán evitar ni ocultar, el canibalismo y enfrentamiento que ya se presenta entre ellos, al repartirse los bienes mal habidos y muchos más, mal repartidos.
Hoy vemos con asombró como voceros de la ultra derecha piden a gritos por los medios, retomar el Diálogo, que tantas veces propicio el gobierno nacional y al que ellos asistieron bozaleados, pero no le vemos el mismo afán, exigiendo que se haga justicia y que los bienes robados al pueblo venezolano sean devueltos. Puntos clave si se retoma el diálogo, debe ser, la aplicación de justicia contra los saqueadores y la devolución de los bienes robados al pueblo venezolano.