El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, tristemente célebre por su manejo de la COVID-19, desde el origen hasta la diseminación global de la enfermedad, no solo ha sido responsable en buena medida de las nefastas consecuencias socioeconómicas y de otras índoles, derivadas de la aplicación de medidas gubernamentales draconianas en el marco de la emergencia sanitaria en curso, sino que ha estado involucrado en diversos asuntos oscuros, incluso en el ámbito bélico. En este sentido cabe destacar la participación directa de Tedros, nacido en Etiopía (de la etnia Tigray), en el actual conflicto civil que azota a esa nación del Cuerno de África. De hecho, Tedros es nada más y nada menos que un contrabandista de armas destinadas al Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, fuerza político-militar apoyada por Estados Unidos y otros actores poderosos para buscar la separación de Etiopía:
"Ante la epidemia de Covid-19, la Comisión Nacional Electoral etíope pospuso las elecciones legislativas que estaban previstas para septiembre de 2020. Pero el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray –principal fuerza política de esa región– decidió organizar las elecciones en esa parte del país, en una iniciativa claramente secesionista. El gobierno federal, lógicamente, no reconoció esas elecciones. Así se abrió la guerra civil.
Etiopía cuenta 110 millones de habitantes y la población de Tigray es de 7 millones.
En un año, funcionarios del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT) y otros funcionarios del gobierno federal etíope cometieron crímenes de guerra sin que haya sido posible determinar con precisión si lo hicieron por propia iniciativa o por instrucciones de sus superiores –en este último caso serían calificados como «crímenes contra la humanidad». El resultado es que las zonas asoladas por la hambruna siguen creciendo y las masacres se multiplican.
Como siempre, cada bando atribuye los crímenes al otro, olvidando que otros actores pueden haber desempeñado un papel en los hechos. Pero si nos preguntamos quién se beneficia con el crimen habría que responder: Aquellos que esperan dividir todavía más el país.
Después de haber destruido los Estados en los países del Medio Oriente ampliado, el Pentágono está tratando de aplicar la misma estrategia en el Cuerno de África. Ya vimos la destrucción de Sudán, país dividido en dos con la separación de Sudán del Sur en 2011, y la de Etiopía, también dividida en 1993 con la separación de Eritrea. Tanto Sudán como Etiopía se ven hoy inmersos en nuevas guerras civiles tendientes a dividirlos nuevamente (…)
El FLPT dispone de gran cantidad de armamento, que parece obtenido –desde Suiza– por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, miembro de la etnia tigray (…)" https://www.voltairenet.org/article214716.html
Como se aprecia, el director de la OMS, al servicio de las élites, es un delincuente en toda la extensión de la palabra. Tanto por su responsabilidad al frente de la "lucha" contra la COVID-19, como por su participación directa en la guerra civil de Etiopía y en otros asuntos oscuros, Tedros es culpable de una serie de delitos contra la humanidad, desde crímenes "sanitarios" masivos y violaciones de derechos humanos y libertades hasta crímenes de guerra.