El autor de aquella frase que nunca olvidé, fue precisamente uno que la historia recuerda como corrupto y como padre de la corrupción en Venezuela. En realidad, yo estaba en mis auges periodísticos y recuerdo claramente que la frase fue motivo de debate, no solo por los medios de comunicación de entonces, sino de la élite del país. La frase fue: "hay dos cosas que en la vida no se pueden esconder, la tos y los reales". Su autor, Carlos Andrés Pérez. Uno de los líderes más aborrecibles del país, y autor precisamente del estímulo a la corrupción, sobretodo de la poderosa CTV. Lo conocí, hablé con él. Incluso tengo fotos junto a él y varios periodistas que cubríamos la fuente de Miraflores para entonces. En dos oportunidades hablamos a solas. Me impresionó su astucia. Nunca tuve dudas de los hechos de corrupción, pero también me di cuenta que muchas de las cosas que se decían, formaban parte más de la inventiva popular (ahora son las muy venenosas redes sociales) que de la realidad. Como aquella joda de los torontos de Luis Herrera Campins y resulta que él tenía prohibido el chocolate.
Hay un clic en la sique humana que se activa cuando se le tocan ciertos hechos que lo alteran. Esa parte de la mente, cuando se activa, de inmediato asume posiciones según como recibe el mensaje. Son estudios hechos desde hace mucho tiempo y que el funcionalismo estadounidense ha utilizado con mucha astucia a través de los medios de comunicación. Ya hoy sabemos que el 92% de lo que se dice en las redes sociales, o es mentira, o son tergiversaciones de los hechos reales. El gran líder negro Malcolm X, dijo una vez "debes tener cuidado con los medios de comunicación, porque te harán odiar al oprimido y amar al opresor". Lo dijo en 1965, imaginen qué no harán los medios ahora, 57 años después y con todos los estudios que se han hecho sobre control de la mente.
Trabajaba yo en Últimas Noticias por el 2006, cuando al área de política nos visitó un muy conocido columnista de deportes de entonces para decirnos que de "buena fuente" le habían dicho que Chávez era marico. Berenice Gómez "La Bicha", que no era chavista, le dijo que no podía estar regando estupideces.
Entre el 2002 y el 2005, se desplegó una campaña, previamente planificada, por la que se tildó a Chávez de todo lo malo que existía en la sociedad. De cualquier perversión que hubiera sufrido la humanidad. Desde aberrado sexual, pasando por periquero, hasta mentarle la madre públicamente, como lo hizo Felipe Mujica, un connotado dirigente del MAS entonces. Fue la campaña más feroz que yo conozco desplegada contra alguien. Obviamente eso aumentó un odio desproporcional contra un hombre, que en esencia, tuvo como mayor aspiración, conquistar la historia. Ese fue su delito. Nunca nadie probó, por más que lo intentó, ni con todo el andamiaje electrónico del imperio, que se hubiera robado unos reales, o que fuera el hombre más rico del mundo, como alguna vez también dijeron.
Lo mismo dijeron de su hija María Gabriela, que era la mujer más rica del mundo y de más poder. En realidad, ella vive con su madre, no tiene cargos de relevancia en el gobierno, no da declaraciones, a pesar de ser periodista. Es una venezolana simple y tranquila que nunca tuvo bienes de fortuna, pero los venenosos medios de comunicación, se encargaron de poner en ella cosas que nunca fueron ciertas.
Hace muchos años que aprendí a no meter la mano por nadie. Incluso tengo amigos, rectos, honestos, decentes, que no he visto en años y si me hablan cosas malas de ellos, las dudo, simplemente porque sé que es un ser humano y que en un año, cualquier persona puede cambiar.
Hace años conocí a Aristóbulo Isturiz, cuando era dirigente de un movimiento político-sindical llamado SUMA, venía del MEP, era un guerrero de mil batallas. Yo era militante de otra organización de izquierda, de los tantos grupúsculos revolucionarios que existían en el país. Puedo decir que éramos amigos. Después, siendo yo periodista, lo entrevisté en muchas oportunidades. Y finalmente, siendo yo Jefe de Política de El Mundo, le hice una gran entrevista a una página completa, que era standard.
En tanto tiempo que lo conocí, en tantas reuniones que nos encontramos, de tantos cigarrillos que fumamos juntos, de tanto guisqui que compartimos , nunca ví en Aristóbulo algún interés por el dinero, o por bienes materiales. Sus hijos estudiaron en mi amada UCV y son trabajadores comunes y corrientes. De hecho, en esa entrevista que le hice en su casa, un apartamento ubicado en El Panteón en Caracas, desde el balcón se veía la podrida y nauseabunda quebrada del Catuche, un taller mecánico y un basurero. Era un simple apartamento, creo que en el piso 5 de aquel viejo edificio.
Supongo que se mudó cuando fue gobernador de Anzoátegui; y también supongo que cuando le tocó regresar a Caracas, no se mudaría al mismo sitio. Nunca se dijo nada de corrupción en su tarea como gobernador. De hecho, todos los videos sobre su gestión y su encuentro con el pueblo anzoatiguense, era de bienvenida y agradecimiento. Dejando claro que en Anzoátegui pulula lo más podrido de la oposición venezolana, pero nunca Aristóbulo fue denunciado por hechos de corrupción.
En algunas de las conversaciones que tuvimos, siempre coincidimos en lo que se debía hacer con la educación, no solo desde el punto de vista político, sino teórico. Después del maestro Prieto (a propósito fue mi tesis de grado en comunicación) a quien conocí y entrevisté muchas veces en su casa, Aristóbulo fue el educador más preocupado por la formación del venezolano.
Cuando Chávez murió, una mujer que vivía cerca de mi casa, fue la primera a la que escuché y también tuiteó "viva el cáncer". Ella misma murió de cáncer casi dos años después.
Desde este miércoles, las redes sociales han sido implacables no solo con los insultos, sino con las burlas, prosaicamente desproporcionadas, contra un hombre, culto, formado, trabajador incansable, decente, preocupado por la formación de los venezolanos y muy preocupado por su país. Aun muerto, continúa siendo la burla de quienes creen que esa es la respuesta a la crisis del país.
Es la contradicción de la que hablo y es el envenenamiento de los medios de lo que hablo.
Los opositores que escriben en las redes, tienen dos características en común: 1) están cargados de un odio visceral e irracional, con mensajes de odio y deseos de muerte, insultos, descalificaciones, y una larga cadena de etcéteras; y 2) De inmediato saltan al otro hemisferio del cerebro: la sangre de Cristo te cubra. Dios vaya contigo a todas partes. La bendición de Dios te proteja, y etc, y etc. Es una vivencia de lobo y cordero en un mismo cerebro. Ignoran por supuesto que es una contradicción sembrada por los medios de comunicación. Y que, si Dios existe, con toda seguridad odiaría ese tipo de comportamiento.
Como dije al principio, no meto la mano en la candela por nadie, pero si un tipo de 70 años, es multimillonario y no se retira a vivir en paz los años que le quedan, simplemente es estúpido. Para qué quiere enriquecerse una persona que trabaja 16 horas diarias y que ni siquiera unas vacaciones de descanso tiene.
No importa lo que digan de este lado del gobierno y de enfrente. Somos una sociedad dividida y sometida al odio, producto de los medios de comunicación. Cuando uno escucha a alguien decir "menos mal que se murió el mono de mierda. Ojalá Maduro y Diosdado lo acompañen pronto", es un indicativo de que la conciliación está lejos. Por el contrario, creo que se profundiza.
Modificar esa conducta ya internalizada en las personas, que desean la muerte y al mismo tiempo mandan a la gente a donde Dios, es un sentimiento de odio y de culpa al mismo tiempo. Sacar eso del insconciente del venezolano, será quizás la más difícil de las tareas por venir. ▪
Caminito de hormigas...
Subieron las tarifas en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera. Ahora una prueba de Covid, cuesta cien dólares...
Y hablando de Covid, si las autoridades se dieran una pasadita por el Módulo Canaima, se asombrarían de los negocios con los combos Covid. Todo en dólares, por supuesto.