Mucho ha cambiado el capitalismo con el Covid-19 y Venezuela no es Stalingrado

Los gobiernos de los países capitalistas occidentales se encuentran en una encrucijada política, entre implementar decisiones "políticas populistas" de derecha o continuar su rumbo despiadado de políticas neoliberales, ultraderechistas. El covid 19 los ha empujado hacia lo primero, se han venido dando cuenta de la gravedad del asunto, no se puede sostener una economía sin pueblo, sin ciudadanos y ciudadanas, sin fuerzas productivas, por lo que han implementado políticas subsidiarias para amortiguar la crisis del desempleo, de las empresas, estimular la economía para evitar males menores comparado con la amenaza mortal de lo que significa exponerse al covid 19.

La reticencia de adoptar tales políticas los gobiernos de EE.UU., Francia, España, Inglaterra, incluso gobiernos latinoamericanos tales como Colombia, Chile, Ecuador, Perú entre otros se debe al curso insostenible que seguían, ya sea para estos últimos la deuda externa sobre las cuales recae el peso de la crisis de los países capitalistas desarrollados, en tanto los primeros han sido testigos de endeudar públicamente sus Gobiernos con la emisión inorgánica de dinero mediante bonos públicos, mas allá de los limites del Producto interno bruto, vale decir crear dinero inorgánico, disciplina que en nada recomiendan a los países menos subdesarrollados. Total hipocresía de los países capitalistas desarrollados que aconsejan al mundo restricción pero que ellos no cumplen puertas adentro en sus casas.

¿Cuál es el escenario a futuro?. Puesto que los países capitalistas desarrollados se incorporaron tardíamente a reconocer los riesgos y amenaza del covid 19, el crecimiento de su curva es exponencial, la mortandad es elevada, ellos serán los que tomen con mas desespero para sobrevivir medidas antineoliberales, dar vuelta atrás a la historia, a retomar el camino de "la intervención del Estado" en la economía, a lo que venía renunciando en aras del neoliberalísmo que les aseguraban altas ganancias groseras a expensas de vaciar el bolsillos de los trabajadores y las arcas de los países dependientes. Ahora todos se han visto ante dilemas insospechable, el covid 19 los ha puesto a meditar el menor daño para la economía sin importar la sociedad, a tratar de ver como sostienen la economía y los trabajadores al menos en tiempos de covid 19 con "el menor daño colateral" como acostumbran decir en la guerra cuando crean "daños involuntarios" conscientemente.

El mundo de las ganancias extraordinarias y especulativas crujen, excepto en Venezuela, los capitales no dan tregua en esta "guerra económica", de efectos de enemigos visibles, las sanciones económicas y bloqueos comerciales, financieros, diplomáticos, militares y políticos. La razón de las mismas; someter con el bloqueo al "hambre al pueblo", disciplinarlo, aleccionarlo para que tomen una decisión crucial, o tumbar al gobierno de Maduro o vivir los rigores del bloqueo asi como los alemanes le hicieron a Stalingrado, a la Rusia. Fueron casi un año de sacrificios, la catástrofe de la hambruna amenazaban, enfermedades de todo tipo, un holocausto social humano de las cuales finalmente Rusia salió vencedora. Hoy nos toca vencer al fascismo de los continuadores de la Alemania nazi, de la peste fascista, el gobierno de los Estados Unidos con Trump a la cabeza.

Tenemos el apoyo solidario de Cuba, Irán, Rusia, China principalmente y en no menor medida de la comunidad internacional, ayer Rusia se vio sola, luego apoyó a China, a Cuba a Vietnam, y ellos son los que son, gracias a la madrecita de la Rusia Soviética, a la Unión Soviética leninista. Vietnam, Corea, entre otros países y ahora Venezuela pueden decir lo mismo, no estamos solos, el fascismo sabe que unidos no podrán vencernos, además sobre ellos está una amenaza incluso en los barcos de guerra, en los portaviones tienen un inquilino no invitado, los alojan, tienen un huésped, un enemigo invisible amenaza a la nación que dice ser más poderosa del mundo y sucede que la guerra la están perdiendo, la batalla económica, política y militar, incluso sus perversidades petroleras de destruir países petroleros de la Opep tales como Libia, Irak, Siria, entre otros los ha llevado a acumular inmensos depósitos petroleros para destruir la Opep, en particular Venezuela, ahora ven como se les pudre, se les congelan los depósitos con la inactividad económica.

Ahora no saben que hacer con la acumulación de los inmensos depósitos petroleros para tumbar los precios por el suelo, de un lado el daño que se le hace a los stock, el riesgo de solidificarse, el otro, que el precio es tan bajo que los negocios de Fracking pierden competencia, y tercero, tienen un mercado automotor a riesgo de estar paralizado. La economía de los Estados Unidos sufre el riesgo del colapso, el covid 19 amenaza no solo con el colapso económico, sino también la extinción a miles de vidas del pueblo laboral de los Estados Unidos, ellos osan desafiar a la naturaleza, el covid 19, no temerle, están entre la vida y el capital, lo que es lo mismo, están frente a la muerte, ellos han elegido el capital, con un presidente como Trump que desprecia la vida humana, vanidoso por el dinero, las ganancias, han decidido seguro correr la misma suerte, tarde o temprano serán jugados, sino por Tribunales en sus países, como Bolsonaro, al menos a todos ellos, incluso Lenin Moreno de Ecuador y Piñeira de Chile por crímenes contra el derecho a la vida, contra la humanidad.

Estamos pues en grandes encrucijadas, la vida económica, social, política, cultural y de toda índole ha cambiado, ha dado un vuelco en todas las esferas, quienes alardeaban de "absoluta libertad" como el pueblo de Estados Unidos acostumbrado a la aplicación de medidas neoliberales han optado por desafiar el covid 19, la libertad es lo primero ante que la vida, sin trabajo muero, e igual trabajando muero, y se entiende, los trabajadores no tienen seguridad social laboral, los equipos, trabajan por hora, viven al día, sino trabajan no ganan, no ahorran, no pueden pagar sus deudas con las tarjetas de créditos, dichos trabajadores están entre la espada y la pared, el covid 19 y el capital los ha arrinconado, ellos no tienen opción entre la vida y la muerte, deciden elegir por "la libertad de la muerte", total toda su vida a sido así, han trabajado consumiendo su vida humana, vivir muriendo decía Chávez, consumiendo su vitalidad humana, comprometiendo el futuro de su familia.

Hoy deciden protestar contra su vida, contra su libertad y el derecho a la vida, siguiendo el discurso inicial de Trump, de subestimar los peligros del covid 19, lo cierto además de todo es que el covid 19 está poniendo las cosas en su sitio, restableciendo "el orden natural", no el de la evolución humana de la sociedad humana, sino el de las leyes naturales, la ley de subsistencia, del mas fuerte sucumbiendo el más débil, las mismas que el mercado han impuesto, puesto que el covid 19, no es un organismo inteligente, reacciona instintivamente a nivel molecular, no importa quienes sean sus victimas, son huéspedes mortales, frente a ellos, la sociedad debe asumir una postura bolivariana la de desafiar a la naturaleza si se opone contra el destino manifiesto humano, la de dirigir conscientemente el curso de la naturaleza y de la sociedad por intervención del Gobierno y el Estado, sometiendo sus caprichos y arbitrariedades a las leyes ciegas. Solo la organización social humana tendrá mediante la existencia social del Estado que imponerse sobre el covid 19 y las leyes depredatorias del mercado mediante la decisión firme de "intervenir el mercado, las empresas, las industrias y la sociedad".

Aquí haré un alto. Reflexionaré sobre Venezuela y su Gobierno y digo, también debe aplicar la conclusión anterior, corresponde al Gobierno en representación del Estado, asumir "decisiones públicas" populares, anteponiendo la vida nacional, la existencia del Estado nación por encima de las empresas y la propiedad privada, debe subordinar los intereses económicos al interés nacional, existe "el Estado de excepción" y la amenaza del vocid 19 como contexto, la derecha lo ha comprendido, la izquierda no es menos inteligente, debería ser más audaz, Nicolás Maduro ha debido ser mas inteligente, "congelar precios" desde el principio, pese a las amenazas del capital privado de "escasear los bienes" si sus empresas son intervenidas, una cosa es en situación fuera de estado de excepción decretar congelación de precios y otra en situación de guerra, convid19 y estado de excepción, las empresas lo hubieran finalmente comprendido, razones de vida o muerte, razón d estado. El gobierno en este sentido económico no ha tenido capacidad de proteger a los ciudadanos y sus familias, se ha quedado inerte, "desnudado" frente al capital privado, titubeante y vacilante y firme frente al covid 19, el resultado es el mismo, entre la vida y la muerte, entre el hambre y la muerte, todo gira en torno a la muerte como lo revela Brooklyn y Nueva York.

Los precios acordados no responden a intereses de la protección social, el show que exhibe el gobierno de control de precios en el canal de TV la gente no le cree, siente como una burla social los operativos de supervisión de precios, pueblo no cree, los precios son injustos en tiempos de covid 19, el carnet clap aunque paliativo no es garantía de salud alimentaria, de proteger la salud, los comerciante amenazan igual que el covid 19, con el peligro de la muerte, el primero silenciosamente por el hambre y el segundo igual, silenciosamente con la muerte, ambos colocan el precio de la vida, ambos tiene el mismo objetivo, la vida humana, solo que el covid 19 "no sabe lo que hace" cuando mata, busca mutar como huésped, sobrevivir como molecular tratando de mutar, en cambio los comerciantes, empresarios e industriales capitalistas "si saben lo que hacen", matar de hambre al pueblo, eso es crimen económico y social, sin que el Gobierno de Maduro tome la decisión de congelar precios para defender la vida frente al "coronacapitalismo", por el contrario ha sucumbido y teniendo un arma que esgrimir, el estado de excepción, pero vacila su puño con espada bolivariana en mano, el estado de excepción es el arma para defender los derechos de acceso a los alimentos. Cuando el pueblo de Stalingrado salió de la guerra era espantoso ver los horrores del bloqueo impuesto por el fascismo por casi un año, millones de hambrientos sin importar las edades.

¿Qué espera N. Maduro, presidente de Venezuela para proteger al pueblo venezolano, lo veremos titubear, vacilar ante el paisaje social de verse diezmada la población y padecer el hambre cruel y despiadada en niños, niñas y adolescente, en ancianas y ancianos, en hombres y mujeres adultos, perder sus condiciones vitales de vida, sus habilidades mentales todo porque un presidente chavista no se atreve a tener coraje, a violentar "las sagradas leyes del mercado", de la propiedad y empresa privada, el aplicar las prerrogativas del Estado de Excepción de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela por encima de los derechos económicos del capital? Hasta ahora vacila, sucumbe ante la empresa privada en mi concepto no congela los precios y salarios, no ajusta los salarios para que el pueblo pueda al menos alimentarse, vacilar es perdernos, el seguir con la dominación capitalista. La historia lo juzgará con justicia, aun cuando nos ha salvado de la guerra civil y la invasión extranjera, en el frente interno ha vacilado, no ha sabido tomar decisiones firmes, implacables e imperturbables en el frente interno, el de la batalla economía contra el capital. El pueblo de Stalingrado salió fortalecido frente a su enemigo, el nuestro firme contra un enemigo invisible el covid 19, blandengue contra otro enemigo visible, el capital.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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